Es evidente que todos los municipios de nuestra entidad se encuentran con una plantilla laboral gigantesca, esto es producto de un lastre histórico en donde cada administración incluye parte de los compromisos de campaña a la función pública, pero además manteniendo la cantidad de trabajadores hombre y mujeres que se tenían con anterioridad, un nuevo gobierno despide a los empleados de confianza que ocupan puestos de nivel superior y no necesariamente a todos los mandos medios.
No se trata de ver a quien se mantiene en la plantilla laboral o no, las sobre cargas generan otros problemas que repercuten fuertemente en la sociedad y la eficiencia, eficacia y pertinencia del orden municipal.
Se ha hablado en todo el país del servicio civil de carrera en el municipio, se crearon normas con respecto a esta premisa y no se han aplicado, es así como en realidad las personas que tienen capacidades de servicios pueden verse despedidas y por el contrario otras sin competencias seguir ubicándose en un espacio gubernamental.
De todos es conocido que los nuevos gobierno se asumen sin recursos, que las navidades son escalofriantes para las nuevas administraciones porque no hay para pagar la nómina, que las deudas de corto plazo son elevadas aunque sean pequeñas pero su suma produce una bola de nieve, que no hay un análisis serio en donde se pueda observar correctamente el estado que guardan las finanzas, los servicios prestados y el impacto sobre la población.
Observamos cómo la gente se desencanta si no ve obra o acciones en los primeros seis meses de gobierno, pasan los años y se repite el mismo círculo vicioso de endeudamiento, despido, contratación masiva, desencanto electoral y otros.
Por otro lado la atención al público, la solución de las problemáticas más sentidas de la población está aparentemente en otra dimensión, es decir parece ser el objetivo secundario de los gobiernos locales.
Entonces cuando vemos cuales son las estructuras, los organigramas, los reglamentos internos de cada administración, la ley orgánica, entre otros ordenamientos, nos damos cuenta que el municipio en general es un desorden, se crean y suprimen áreas que no responden por lo general a las necesidades del servicio público, llega una nueva administración y crea otras, esto significa más empleos, mas erogaciones sobre nómina y menos recursos a la solución de problemas prioritarios para la población.
Es necesario pues, redimensionar las administraciones municipales en Zacatecas y en el país, claro que esto es una tarea de ellas pero además de la propia legislatura, no podemos llegar al punto de la banca rota, al punto donde el gobierno municipal sólo se convierte en un empleador en donde sus servicios que presta son sumamente costosos.
Claro que hay muchas propuestas para abordar estos temas, pero destacan por ejemplo la implementación de un verdadero servicio civil de carrera; el gobierno digital en donde internamente las áreas se relación mejor mediante las TIC’s, reducen los tiempos y la tramitología, pero hacia afuera el gobierno digital permite hacer recaudación de impuestos en forma electrónica, el manejo de proveedores por descuento y muchos temas más; la creación de nuevas estructuras operativas menos burocráticas como las ventanillas únicas (las que hay en los municipios están muy primitivas y atienden un solo tema); la generación de una nueva estructura organizacional en general; la creación de cartas de servicios que es un medio donde se informa a la población de cada programa, sus trámites, los tiempos, los responsables, etcétera, estas se construyen con los compromisos de todos los trabajadores y con el apoyo de los niveles directivos.
Creemos que ya es tiempo de mejorar, de que el ciudadano en realidad sea el centro de atención de los municipios, falta compromiso, voluntad, normatividad y sumar a la sociedad civil, lo peor que puede pasar es que tengamos gobiernos mejores y ciudadanos más satisfechos. ■
