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lunes, 21 abril, 2025
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La memoria y el olvido: 2 de octubre

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Por: LAURA GEMMA FLORES GARCÍA •

La Gualdra 547 / Arte

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¡Genocidio¡ ¡Masacre¡ ¡Brutalidad¡ ¡Impunidad¡ Son adjetivos que acompañan a uno de los episodios más lastimosos de la historia de nuestra nación. Como respuesta a una manifestación pacífica estudiantil que no era sino el eco de una gran revolución ideológica de los años 60, el poder del estado se volcó contra un grupo de manifestantes y sus familias en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco de la Ciudad de México, perpetrando el crimen más agudo del siglo XX y llevándose a 300 víctimas de muerte además de un nutrido grupo de encarcelados políticos. Era un 2 de octubre. A 54 años de su recuerdo no podemos dejar de recordar este acontecimiento para las generaciones venideras.

Después de los hechos, las protestas ciudadanas y el dolor por la pérdida colectiva, a lo largo de los años solo nos quedó el recurso de una consigna: “2 de octubre, no se olvida”. Literatos, cineastas, dramaturgos, artistas plásticos, músicos e intelectuales se dieron a la tarea de recordar sistemática y fervientemente, de diversas formas lo sucedido.

Hace unos días, cuando paseaba por la turística ciudad de San Miguel de Allende en Guanajuato, tuve la oportunidad de conocer el trabajo de un artista mexicano que inevitablemente tocó mis fibras más íntimas. Se trata del fotógrafo Adam Wiseman, que exhibe Core, espacio de arte y diseño; galería que aloja obras de grandes artistas y fotógrafos internacionales. Adam Wiseman nació en la ciudad de México en 1970, vivió en Nueva York, Escocia y Brasil. Su último proyecto se titula Arquitectura libre (2020), pero en 2014 creó Tlatelolco Disproved (Tlatelolco Desmentido). El diplomado en fotoperiodismo promovió una empatía con los habitantes de algunos edificios -entre ellos los de Chihuahua y Zacatecas del conjunto Tlatelolco- realizando un taller donde los habitantes participaron en un estudio visual con el prendido y apagado de sus departamentos simultáneamente, logrando un impacto visual y creando un paisaje urbano que testifica cómo los residentes se han adaptado a la memoria de la tragedia.

La pequeña maqueta exhibida en Core corresponde al edificio Zacatecas y en una minúscula caja se aloja la memoria digital de las tomas intermitentes que mediante algoritmos muestran el rejuego de luces y oscuridades de las ventanas de los edificios. Esta pequeña muestra del conjunto habitacional de 102 edificios, solo es un suspiro de aquella zozobra que vivimos muchos mexicanos en la década de los 60, que se repitió en 1972 y que volvió a cimbrar a los habitantes en el terremoto de 1985.

Con este proyecto visual Adam Wiseman muestra que las cicatrices del 2 de octubre resuenan aun en nuestra memoria colectiva, en donde los derechos humanos violentados tanto por las notas del poder, como de nuestros propios hermanos siguen lacerando las entrañas de un México sin rumbo. Hoy, a más de medio siglo de lo ocurrido, es necesario reflexionar si esa nación es la que merece el ciudadano común que todavía despierta convencido de que no hay opción: “La mañana debe seguir gris”.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_547

 

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