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sábado, 19 abril, 2025
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La decisión de Ricardo: capítulo extra*

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Por: Armando Salgado •

La Gualdra 547 / Libros

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Era una tarde de calor donde las playeras se pegan por el sudor excesivo. Decidimos subirnos al Octopus por lo mismo, ya saben, el árbol que Joana y yo trepamos con pericia y que ofrece buenos vientos. Además, nadie husmea por ahí y se puede platicar a gusto. Sus ramas son una enredadera difícil de dominar. Pregúntenle a Iván cuando se cayó, desde entonces aprendió los trucos que son necesarios para treparlo. Ahora es uno de los pocos elegidos que conocen su altura. Como sea, les quiero contar algo que solo Joana sabe. Espero sean discretos porque ya saben cómo son en la escuela. Si alguien me descubre seré puré de papa.

—Ya cuéntame, qué es lo que quieres decirme —preguntó Joana.

—Es que… ahora que me dijiste que Patricia tiene el cepillo de dientes que yo le regalé, descubrí que soy importante para ella, no sé, y eso me tiene medio ido. Le doy vueltas a todo, y quiero resolver esto que siento —dijo Ricardo con un tono chiveado.

—¡Insinúas que te gusta Patricia! 

—Pues… sí. Y quiero regalarle algo, pero no sé.

—Ah, qué buena sorpresa. Iván me dijo que esto pasaría, pero no le creí. Mira, si el cepillo de dientes que le regalaste lo conserva como un gran trofeo; creo que cualquier otro regalo la hará feliz. A veces no importa el obsequio sino la intención.

—¿Crees? ¿Y si no?, ¿qué tal si espera otra cosa de mí?

—No te enredes, mira, tengo el regalo perfecto. Recientemente me metí a un club de lectura con todo esto de la pandemia y están recomendando libros muy buenos de literatura infantil y juvenil, y leímos a una autora que tiene un montonal de libros chidos, se llama Vivian Mansour. Su libro me está gustando mucho porque rompe el hielo de las historias clásicas y tiene eso que llaman vueltas de tuerca.

—Suena interesante. No sabía que te gustaba leer, Joana. 

—Ya sabes, la pandemia hizo que encontráramos nuevas habilidades. Igual también te gustaría leer, inténtalo.

—¡Va! Me animaré a leer. Además, sí le va a latir a Patricia porque ya sabes, es bien ñoña.

—No le digas así, porque en todo caso también yo lo soy y deja que le agarres el gusto a la lectura, serás un nerd devora libros.

—¿Y cómo se llama el libro que dices? 

—Tiene dos títulos. Uno es “Había una vez, pero al revés”, y se lee de izquierda a derecha, como todos los libros. Pero… si lo volteas de cabeza puedes leerlo de nuevo y ya es otro. Ese se llama: “Cuentos de cabeza”, es genial, ¿no? Dos por uno.

—Suena descabellado. 

—Te cuento que el otro día leí una reseña en internet. Deja la busco, aún tengo datos. Ya, aquí está. ¿Te la leo?

—Okay, okay, me estoy entusiasmando. A ver…

 

Una realidad invertida

Por Armando Salgado

Vivian Mansour tiene un libro muy particular que es dos en uno. Se llama “Había una vez, pero al revés”, y cuando lo volteas de cabeza muchas historias invierten la realidad y cambian de nombre a “Cuentos de cabeza”. Entonces sucede la magia: en ambas partes, desde las ramas del árbol más alto, los cuentos juegan con el vértigo de las posibilidades y, con la maestría de Vivian, encuentran un final diferente al habitual. Esas vueltas de tuerca tan frescas como el agua fresca más deliciosa nos ponen de cabeza como lectoras y lectores, y es súper interesante leer pasajes de otros cuentos alrevesados o, mejor dicho, enderezados, porque hay mucha justicia en todas partes. Por ejemplo: en el primer libro vemos a una bruja preocuparse más por su formación intelectual como periodista que por verse más bella, lo que mueve de lugar el estándar de belleza típica hacia las mujeres que por muchos años se refrendó en la literatura infantil. En los reajustes textuales de Vivian las cosas por fin tienen otro sitio para que de una u otra manera el mundo tenga más opciones de lectura, y así asumamos nuevos riesgos al momento de elegir. Esto es tan importante en la formación de niñas y niños que están configurando diariamente su manera de ver el mundo, y con ello, la forma de vivir en él. Si se les enseña a que las mujeres son vajilla de cristal y que deben de ser rescatadas del castillo por un príncipe azul, ¿qué tipo de pensamiento se modela en ellas? De igual manera, ¿qué tipo de estándares se gestan en los niños?, se les atribuye el papel histórico de salvadores restándole a las niñas la capacidad de elegir por sí mismas. Esto lo sabe muy bien Vivian y en el primer libro de su dos en uno lleva al límite distintos conflictos de cuentos clásicos para descubrir que una misma historia puede ser contada de forma distinta infinitas veces sin alterar el orden de la vida, al contrario, mejora su circulación. Me encantó además ver a una Blancanieves distribuyendo equitativamente las tareas domésticas con sus siete amigos enanos, a Rapunzel con pelo corto, a un príncipe valiente llorando a chorros la muerte de su caballo con lo que se reconoce que los niños y los hombres también podemos llorar y no dejar de ser valientes por tal motivo; pero lo mejor fue cuando uno de los príncipes por decisión propia: “dejó de vivir de los impuestos de sus súbditos y optó por trabajar para cumplir con las demandas económicas de su familia”, además de que: “Sus aristocráticas manos aprendieron a probar la temperatura de la leche de los biberones”. En el segundo libro de su dos en uno, Vivian refrenda escenarios totalmente cotidianos y con pericia nos cuenta otra serie de historias inesperadas, donde la vida adulta mira hacia su interior y descubre a la niña o al niño que llevan dentro posibilitando: arcoíris de refresco; una colección de Star Wars por fin completa gracias a un ladrón sensible (te invito a que descubras por qué); los berrinches de un director obsesionado por el color verde, o un jefe de policías que cansado de ser el detective prefirió ser el motivo de la búsqueda. Si eres un adulto que quiere romper el tedio de la tarde, mover el gris del concreto que te rodea y recuperar parte de tu infancia perdida, te recomiendo este libro. Si eres una niña o un niño que quiere descubrir nuevas historias que fortalezcan tu corazón y ver a un futbolista oler su cobijita mientras es el astro del planeta, o leer cómo una maestra aprende cosas novedosas de sus peques, este libro también es para ti. A veces solo hace falta estar un poco de cabeza para que esta realidad, a veces sosa, recupere su color original. Vivian Mansour es fenomenal al hacer posible todo esto. 

—¡Wow!, pues suena muy bien. Le va a gustar mucho a Patricia. Y también lo compraré para mí. Gracias por la recomendación Joana, me has salvado el día.

—De nada. Debes de aprender a confiar en mí. ¿Cuándo piensas regalárselo?

—Iremos el cine este fin de semana. Aprovecharé ese día. Ay, estoy un poco nervioso.

—Súper bien. ¡Qué guardado lo tenías! Y calma, no es cosa del otro mundo salir con una chica, solo no metas los pies como Iván, eh.

—Je, pues, a ver qué pasa. A veces la vida te pone de cabeza justo como el libro que acabo de descubrir gracias a ti. Pero ya te iré contando qué show. ¡Gracias, Joana!

 

 *Este texto se escribió a partir de los personajes de La decisión de Ricardo (2016), de Vivian Mansour, publicado por el FCE.

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_547

 

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