En el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, la reflexión sobre la degradación de la tierra -de la que brotan los alimentos que dan sustento a la humanidad-, debe ir acompañada de una mejor gestión hídrica, y la adecuada planificación de las prácticas agrícolas y ganaderas, considerando que la desertificación proviene de las actividades humanas y es difícil de revertir.
A diferencia de la sequía que tiene una duración temporal, la desertificación implica consecuencias a largo plazo que impactan en la riqueza biológica de los suelos, la pérdida de biodiversidad y otros efectos que son causados por el exceso de labranza, la falta de rotación en los cultivos, las quemas agrícolas, el riego excesivo o uso ineficiente del agua, entre otros factores.
Carlos Miguel Alean Rocha, jefe del Centro de Previsión de Meteorología de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) Zacatecas, explica que las prácticas agrícolas y ganaderas que contribuyen a la desertificación muchas veces están arraigadas en usos y costumbres, y dejan a un lado las previsiones que organismos como la Conagua y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emiten.
La planificación de cultivos y de manejo de ganado debe tener en cuenta la parte climatológica, el historial de lluvias de años recientes y dar lugar a la flexibilidad para modificar estos planes de acuerdo a la información que los modelos meteorológicos actualizan.
“Querer mantener animales que necesitan bastante agua durante más de un año, dos años, es insostenible para cualquiera”, ejemplifica Alean Rocha, indicando también que se debe planear con los recursos disponibles: con la cantidad de agua que tiene un bordo y no esperando que llegue más, teniendo en cuenta el hecho de que, desde octubre de 2022, en la entidad ha dejado de llover.
La sobreexplotación del suelo por la ampliación de la zona de labranza y la siembra de cultivos que requieren más agua de la que tiene una región, al igual que el uso ineficiente del agua en las parcelas, son acciones sobre las que se tiene que reflexionar en la lucha contra la desertificación y la degradación de las tierras.
Probabilidad de lluvias escasas a partir del jueves y viernes
Lluvias escasas, de aproximadamente 5 milímetros, se esperan a partir de este jueves en el estado, derivado del ingreso de humedad desde el Océano Atlántico al continente; aunque los modelos numéricos indican que la nubosidad se ha movido un poco al norte, todavía se esperan estas lluvias que han venido retrasando, indicó Alean Rocha.
En los últimos días, lluvias muy aisladas son las que se han venido presentando en el estado, en el caso de Atolinga en las últimas 24 horas han sido precipitaciones de 12.5mm, mientras que en Mezquital del Oro se registraron 5 milímetros de lluvias durante el sábado, 19 mm se registraron en Villa Hidalgo, 6 mm en Excamé, Tepechitlán, 4 mm en Villa González, y 5 mm en La Bufa. También en Loreto y Tayahua se presentaron lluvias el domingo, de 6 y 4 mm, respectivamente.
Estas pequeñas lluvias aisladas seguramente se van a reflejar en el Monitor de sequía de junio del Servicio Meteorológico Nacional, indica Carlos Miguel Alean, refiriendo que la sequía extrema en la zona de los Cañones -que se muestra en el último reporte de este Monitor-, corresponde a que son mayores las precipitaciones pluviales que se esperan en esta región, comparadas al norte, donde cualquier “cualquier lluviecita” hace menos notorio el nivel de sequía.
En el estado, son muy contrastantes los panoramas respecto a precipitaciones pluviales que hay en las distintas regiones, puntualiza el funcionario de Conagua, pues mientras que en el norte la lluvia promedia entre 300 y 400 milímetros, en el centro se reciben alrededor de 500 milímetros, y en el sur son entre 800 y mil milímetros.