En el marco del Festival Cultural Zacatecas (FCZ) 2025, la Banda Sinfónica del Estado celebró el tradicional concierto de Jueves Santo, en esta ocasión bajo la tutela del director huésped Luis Manuel Sánchez Rivas; como parte del programa, se realizó el estreno nacional de Montuno, obra compuesta por Rodrigo Lomán.
Durante años, el concierto de Jueves Santo se ha instituido como un evento emblemático de la ciudad porque no sólo honra la memoria colectiva de una entidad profundamente musical, sino que también ofrece un espacio de reflexión, belleza y espiritualidad a través de la música.
Este jueves, el programa comenzó con una de las obras corales más reconocidas del siglo 20: Carmina Burana de Carl Orff, presentada en una adaptación para banda sinfónica realizada por John Krance. Basada en una colección de cantos goliardos de los siglos 12 y 13, esta obra exalta los placeres mundanos, el destino ineludible y la naturaleza cíclica de la fortuna.
Con esta pieza, Carl Orff convoca a un ritual sonoro donde lo sagrado y lo profano conviven, donde el cuerpo y el espíritu se entrelazan en una danza antigua, impetuosa, vital, a la vez de que los textos escritos en latín, alemán medio y francés antiguo “no son dogmas, sino exclamaciones: al amor que quema, a la primavera que estalla, a la carne que tiembla, a la rueda del destino que nunca cesa de girar”.
Sobre Carmina Burana, cada número es una historia en sí misma: Ecce gratum canta el regreso de la estación fértil como quien celebra la vida misma. En Tanz – uf dem anger, la música se hace danza que chispea sobre los pies del tiempo. Floret Silva ofrece una naturaleza que se despereza con sensualidad, y Amor volat undique describe al amor como un ave traviesa que vuela sin rumbo, sin culpa, sin amarras.
Después, con Ego sum abbas y In taberna quando sumus, un canto burlesco, casi irreverente, donde la humanidad se acepta como es: celebrando, perdiendo, viviendo, dejando ir, no hay juicio, sólo la conciencia clara de lo efímero. El concierto continuó con In trutina, el corazón de la obra, donde todo se detiene para recordar que la vida también se siente suave desde dentro.
El segundo movimiento inició con una obra representativa de la música mexicana contemporánea: el estreno nacional de Montuno, compuesta por Rodrigo Lomán. Esta pieza, impregnada de ecos caribeños, ofrece una exploración de ritmos afrocubanos desde el prisma de la música de concierto.
Posteriormente se interpretó Tundra, de la compositora mexicana Nubia Jaime Don Juan, obra que se considera “un paisaje». Una extensión de hielo y silencio, donde cada nota parece una huella sobre la nieve recién caída. Tundra no narra: respira. Su lenguaje está hecho de tensiones, resonancias mínimas, latidos lejanos”.
La última sección del programa se compuso por dos obras que han devenido emblemas: Huapango de José Pablo Moncayo, en la adaptación de Luis Manuel Sánchez, y la célebre Obertura 1812 de Piotr Ilich Tchaikovsky.
“El Huapango es un espejo que nos devuelve un rostro nacional con alegría, elegancia y energía inagotable. Es el corazón de la música mexicana latiendo al centro del escenario. La Obertura, por su parte, es la historia hecha música: batalla, esperanza y victoria. Una pieza que cierra con estruendo, como si con ella se conjurara un renacimiento”.
Para finalizar el concierto de 90 minutos, la Banda Sinfónica del Estado de Zacatecas interpretó la Marcha de Zacatecas, no sin antes pedir a los asistentes retirar las sombrillas y mostrar su rostro. También se hizo mención y agradecimiento a Salvador García, ex director, por su trayectoria al frente de la Banda.
Sobre Sánchez Rivas, director huésped para este concierto, se detalló que actualmente es director artístico de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes y director titular de la Banda Sinfónica de la Facultad de Música de la UNAM.
Como director huésped ha colaborado con destacadas agrupaciones nacionales e internacionales, entre ellas: la Ópera de Bellas Artes, Orquesta Filarmónica de la UNAM, Orquesta de Cámara de Bellas Artes, Orquesta Sinfónica del Estado de México, Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, Orquesta Filarmónica Mexiquense, Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata, Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, Orquesta Sinfónica de Puebla y Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. Asimismo, ha trabajado con el Coro del Teatro de Bellas Artes, Coro de Madrigalistas de Bellas Artes y el Solistas Ensamble del INBA, entre otros.
A nivel internacional ha dirigido al Coro Tradicional de la Diáspora en Grecia, la Banda Sinfónica Nacional de Costa Rica, la Banda Sinfónica Integrada de las Américas en Colombia, la Northern Arizona University Wind Symphony y el Dartmouth College Wind Ensemble en Estados Unidos, así como la Banda Sinfónica de Las Palmas de Gran Canaria y la Banda Sinfónica Municipal de Bilbao en España.