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domingo, 20 abril, 2025
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La Soberanía y el carácter estratégico de la Energía en el Mundo

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Por: José Luis Pinedo Vega •

La iniciativa de Reforma Eléctrica bien puede considerarse como un preámbulo de las nuevas reflexiones en materia de política de Estado.

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En varios países europeos crece el cuestionamiento a la privatización de las empresas que producen energía.

El detonador fue la escalada de los precios de la electricidad y del gas en Europa. En el 2021, de acuerdo a la Agencia Internacional de la Energía (IEA) en las grandes economías el aumento promedio en los precios de la electricidad fue de 64%.

La explosión de los precios, tuvo como epicentro, España. Las empresas eléctricas privadas encabezadas por Iberdrola, incrementaron el precio de la electricidad en más del 500% -de facturas del orden de 60 € (1500 pesos) por mes por familia en el 2018, llegaron hasta 315 € (7800 pesos) en noviembre 2021-.

Iberdrola se re-fundó, apenas en el 1992. Se dedica a la generación, distribución, comercialización y comercialización de energía eléctrica. Sus áreas de influencia son España, Portugal, Reino Unido, México, Brasil y Europa Occidental. La revista Forbes reporta que en el 2021 el capital de Iberdrola fue 84.6 miles de millones de euros y sus ganancias del año 37.8 miles de millones de euros (sic!). Las ganancias del último año representan el 45% de su capital. ¿Cómo es que a pesar de la crisis por el covid se lograron tan altos “beneficios”?

Desde el 2013 Iberdrola, ha sido denunciada en España por manipulación de los precios de la electricidad y el gas. Pero hasta este año, 2022, está siendo investigada, por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), y su gerente José Ignacio Sánchez Galán ha sido obligado a comparecer acusado de haber bloqueado intencionalmente la producción de hidroelectricidad para imponer los precios de la electricidad en forma arbitraria. El Gobierno de España en lo inmediato nada pudo hacer para someter a las empresas privadas y tuvo que aprobar un paquete de medidas entre las cuales se destaca la baja en los impuestos de las tarifas eléctricas y promete la confiscación de los beneficios “caídos del cielo” a las empresas que acapararon el mercado de la electricidad. Incluso amenaza con la nacionalización de la industria eléctrica.

España, Sede de Iberdrola, fue el epicentro del aumento de los precios de la electricidad. Pero el aumento en los precios se propagó en toda Europa, porque las redes eléctricas están interconectadas y porque los precios de la electricidad se rigen, por el mismo sistema de subasta, mediante el cual las empresas privadas, encabezadas por Iberdrola, controlan el mercado de la electricidad en México.

Esto da cuenta de que detrás del control de la electricidad hay toda una visión y una estrategia maquiavélica. El común denominador de las crisis energéticas en Europa, es Iberdrola -la vergüenza de los españoles de bien-.

Desde fines de noviembre, a toro pasado, se tuvieron que tomar medias para palear la escalada de precios.

En Reino Unido, el país donde hasta la educación y la salud son privadas, a fines de noviembre, para detener la escalada de precios de la electricidad y el gas, el gobierno decidió nacionalizar la empresa Bulb, proveedora de electricidad y gas para 1.7 millones de consumidores.

En Francia en el 2014, producto de la ola de privatizaciones EDF, empresa estatal vendió la filial Altoms, fabricante de turbinas para reactores nucleares, a la compañía norte americana General Electric. A inicios de febrero 2022, a unos meses de las elecciones presidenciales, el Presidente Emmanuel Macron, que busca la relección, tiene como cartas fuertes para ello la recuperación o re-compra de Alstom y la construcción de 10 nuevos reactores nucleares.

Y no solo Macron, varios candidatos presidenciales, entre ellos de los partidos verdes que décadas pasadas fueron antinucleares, están proponiendo la construcción de 10 nuevas plantas nucleares, para garantizar el suministro de electricidad y recuperar la soberanía e independencia en materia de electricidad.

Francia desde el embargo petrolero, al no tener reservas ni de petróleo ni de gas, para no depender del exterior en materia de energía, optó por desarrollar la energía nuclear. De esta manera, por décadas fue autosuficiente en electricidad, llegó a generar el 80% de la electricidad por plantas nucleares y era un exportador de electricidad a los países vecinos.  Pero, tras la ola antinuclear después de Chernóbil, ya no construyó nuevos reactores. Y sus reactores se hicieron viejos, algunos han tenido que pararse y otros requieren mantenimiento cada vez más seguido. Y en el 2021 Francia tuvo que importar electricidad, de un mercado europeo, controlado por compañías privadas. Y esa fue la causa del aumento de los precios de la electricidad en Francia, una perdida en su capacidad de producción. Por tanto, ahora tienen que reformular su política energética, dándole vuelta a la página a los movimientos antinucleares; cosa en que parece que hay ya mucha coincidencia política.

Todo esto nos dice, que los temas, soberanía energética y seguridad energética están re-cobrado relevancia a nivel mundial. Prueba de eso, es, que a nivel político muchos partidos han tenido que reconsiderar sus posiciones, incluyendo partidos que en el pasado fueron antinucleares.

No hay nada extraño en que los Estados asuma la rectoría de la política energética. Esa es justamente una función de Estado.

En la Unión Europea Francia, Italia, Suecia, Países Bajos, Suiza y Alemania cuentan con entidades estatales de energía. Y a pesar de ello no han quedado exentos de la escalada de precios. Lo que alerta que cada día hay que estar más vigilantes en materia de energía.

En el mundo, los acontecimientos han puesto en evidencia la necesidad de revisar, corregir o acotar las políticas energéticas. Una de las principales razones por la cuales se debe revisar la política energética radica en que la seguridad energética no está garantizada por mucho tiempo.

Ciertamente, un tema asociado a la energía, es el problema de los Cambios Climáticos. Lo deseable es intensificar el uso fuentes limpias de energía, y suprimir el uso de los combustibles fósiles. Pero dos décadas de apoyo intensivo y de subsidios extraordinarios a las fuentes renovables, han mostrado que estas no dan muestras de tener un carácter alternativo, sino solamente complementario.

Tienen un mayor perfil alternativo, hidroelectricidad y la energía nuclear, -fuentes tan o más limpias que las renovables-, que, durante las mismas décadas de sobreprotección de las fuentes renovables, han sido relegadas. La, tan cacareada, transición energética, sin duda tendrán como objetivo fundamental aumentar la participación y capacidad instalada en hidroelectricidad y en energía nuclear, porque entre las energías limpias, son las más constantes.

Mientras tanto, no será posible prescindir de las fuentes fósiles. La mayoría absoluta del transporte en el mundo se mueve con combustibles, gasolina, diésel, diáfano… Y aunque se desarrollen los autos eléctricos, el problema es: cómo generar la electricidad. Las fuentes limpias producen estrictamente electricidad y aportan tan solo el 15 % de le energía que se consume en el mundo. Si toda la energía que se utilizar en el mundo fuera eléctrica, en lugar del 15% se necesitaría multiplicar por 6 la capacidad instalada de todas las fuentes y eso es imposible hacerlo a la vuelta de dos o tres décadas.

Mientras tanto la energía seguirá siendo indispensable, y se requerirá en mayores cantidades, tan solo porque aumenta la población y porque la energía de mercado induce el crecimiento en la producción de todo, indispensable o no.

Hay que seguir promoviendo el ahorro de energía. Pero por más que ahorremos las necesidades de energía no desaparecerán. Y esto explica lo radica lo estratégico de la Energía.

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