Aunque están faltando los maestros que por distintas causas no acudieron a presentar el examen, mismos que serán reprogramados, la primera jornada de la evaluación del desempeño docente ha concluido. El periodo para el que se programó ha llegado a su término. Esta etapa de evaluación correspondiente a la Ley del 2013 (LSPD) y que norma a la Reforma Educativa (RE) se caracterizó por la actitud de la autoridad de tratar de cumplir a raja tabla con la ley, recurriendo para al empleo de la fuerza pública, en contraposición a las acciones de resistencia de la CNTE que buscaron impedir la realización del examen de conocimientos y competencias; a lo que se agrega la negativa de muchos maestros que por su cuenta y libre arbitrio decidieron no examinarse. Salvo los que renunciaron a ser evaluados sin que existiera de por medio ningún tipo de coerción, demostrando en los hechos su desacuerdo, las posturas de la Secretaria como las de la disidencia activa, demostraron que lo que más estuvo ausente fue la libertad para hacer el examen. La autoridad en la materia ejerció la coerción y la amenaza.
La macro meta prevista a nivel nacional que se puso la SEP fue de 152 mil 8 participantes. Solo acudieron al llamado 131 556, cantidad que representa el 82.2 promedio en todo el país. En Zacatecas se trazó la meta de 2, 822, asistieron al examen, 2, 199 profesores que dan un porcentaje de 77.92, abajo como puede verse de la media nacional. En los estados con mayor presencia de la disidencia la cifra de los que no presentaron examen alcanzó a los 14, 170. Seis de cada 190 maestros no fueron evaluados con el examen (datos tomados de Milenio, 15, Dic. 2015). La prueba con la que se concluye el proceso de evaluación que abarcó tres partes previas, fue un examen de conocimiento y competencias construido con una batería de prueba de opción múltiple con preguntas confusas y capciosas, según declararon algunos que lo hicieron. Las otras partes o instrumentos de la evaluación fueron el informe de cumplimiento de actividades firmado por los directores de los planteles, el expediente de evidencias de enseñanza (trabajos de los alumnos) y la planeación didáctica argumentada. Instrumentos o etapas que se resumirían en la frase: burocratismo y control. Aquellos que no acreditaron ninguno de los instrumentos serán dados de baja.
En el lapso de cuatro semanas, del 14 de noviembre al 13 de diciembre y lo que va del actual del año que expira, los diarios han sido pródigos en noticias sobre la primera evaluación docente a maestros en servicio con plaza de base. Es tanta la información que quien quiera hacer de ella una novela tiene mucha tela de donde cortar y quien reconstruya una crónica con todas las incidencias que registra el fenómeno, de igual forma dispone de la materia necesaria para el caso. Seguramente Luis Hernández ha puesto ya manos a la obra. Con Chiapas el pasado fin de semana terminó el primer ensayo de evaluar al primer contingente de varios estado que conforman parte del universo de maestros que pasaran por la báscula para ser medidos más que evaluados en su desempeño docente, y que por ley deberán de cumplir con este proceso. Las siguientes líneas de esta y próximas colaboraciones, pretenden ser un balance sucinto y muy general sobre las impresiones que causaron a éste tecleador que en ocasiones le da por estar atento a procesos de este tipo que tienen que ver con las prácticas de los maestros y su cultura pedagógica. Para este noviembre y diciembre la SEP programó evaluar tal como se menciona arriba a 152 mil profesores de todo el país. Para febrero próximo tiene pensado convocar entre el 40 y 50 % del magisterio. La última evaluación del presente año a realzarse en Chiapas, la SEP la anuncio para el 13, pero la adelantó desde el martes 7. En esta se registró el suceso trágico de la muerte de uno de los maestros que se manifestaban en contra de la aplicación del examen.
Aunque Nuño reconoce que la RE tiene componentes laborales, en más de una ocasión ha remarcado que es sobre todo una reforma política. Por esto entiende y quiere que entendamos, con clara alusión a la CNTE y al charrismo del SNTE en sus mejores momentos y esplendores al lado también de sus miserias, que lo busca es cambiar una estructura de poder clientelar, corporativo y opaco. También ha llegado a mencionar que en enero de 2016 se conocerán documentos sobre el modelo educativo y nuevos planes en media superior y básica. Por aquí justamente debió a ver empezado la Reforma, pero se prefirió descombrar el terreno primero comenzando por hacer una limpia con los maestros “no idóneos”.
Quizá, por lo que se está viendo en el proceso de evaluación, el objetivo superior de la RE es el de hacer de los maestros criaturas obedientes y pasivas. Se les ve como objetos y no como sujetos. Para cumplir con este propósito el Estado no ha dudado en utilizar la fuerza coercitiva que va desde la amenaza al despido y pérdida del empleo a quienes no acudan a evaluarse, como el recurrir a un despliegue policiaco bajo el supuesto de garantizar la seguridad de los que desean hacerlo tras ser advertidos y presionados de distintas formas acuden a presentar el examen de diagnóstico con vistas a su permanencia en el servicio.
Si se parte de considerar quien es el sector al que más le importa que se examine a los maestros, resulta que es el empresarial el más le interesado, por encima de los padres y sociedad civil. Han sido los organismos patronales con la organización Mexicanos Primero como su brazo operativo quienes han ejercido una mayor presión. Miembros del Consejo Mexicano de Hombres de negocios, le han reconocido a la SEP que haya tomado en cuenta propuestas de Mexicanos Primero. De ahí que de acuerdo con Manuel Pérez Rocha (La Jornada, 24/Nov. 2015) que toma como referente al pedagogo Alfie Kohn, la naturaleza de la RE obedece a una visión tecnocrática que corresponde a un régimen autoritario de vigilancia, masivo y masificante, burocrático, centralizado, mecánico y deshumanizado centrado en la desconfianza, en este caso es a los educadores a los que se pretende ver y usar como objetos y no considerarlos sujetos. Esa no es otra que la filosofía empresarial que la SEP pretende imponer en las escuelas teniendo como aliado y cómplice a la burocracia del SNTE. Y efectivamente, los maestros que fueron “premiados” o bien señalados por el dedo flamígero de Nuño, al ser notificados, en cada una de las partes o momentos vivieron en carne propia el peso de la autoridad, se sintieron vigilados experiencia, inédita para los más: subir evidencias de actividades realizadas con su grupo, responder el cuestionario que les hizo su director para dictaminarlos en su trabajo, hacer el informe de planeación y coronar con el castigador examen con preguntas capciosas y muchas de contenido inútil de opción, se sintieron ahogados por un burocratismo ciego y enajenante, a la vez que espeso y brumoso. El tortuoso proceso de evaluación le da la razón al pedagogo norteamericano Alfie Kohn y lo que piensa sobre la evaluación en las escuelas bajo criterios tecnocrático empresariales. ■