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lunes, 28 abril, 2025
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Los rituales inesperados: José de Jesús Sampedro, el maestro mira el horizonte

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

  • Historia y Poder

Como escritor zacatecano, el maestro Sampedro ha inaugurado a nivel nacional y mundial, un estilo que le sirvió a las amplísimas generaciones que le vieron nacer y que vio renacer con su lenguaje que más que cautivar, cimbró las estructuras del idioma español y sobre el ritual de la entonces poesía mexicana muy apegada a decir mucho o nada, a ser solidaria con la onda impetuosa o el mismísimo espejo de vanidades y desencuentros opacados.

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José fue en verdad desde 1975 con su libro Un (Ejemplo) salto del gato pinto un auténtico ganador de calle ante muchos poetas y ante las viejas y anquilosadas estructuras de la academia nacional del inmovilismo, situó a la poesía y a su ejercicio cotidiano como el verdadero rompimiento entre decir lo que valga madres o re cautivar el desenlace que tanto le dio cuerda a un mundo en que se agitaban las nomenclaturas a procrear círculos de mucha alcurnia y no hacer nada ante la barbarie pública desenfrenada.

El poeta Hugo Gutiérrez Vega exaltó en la ceremonia de ese premio tan codiciado, que José encarnaba pues un ímpetu inesperado que refrescó la manera de hacer, publicar y divulgar una poesía aparentemente inarmónica y por el contario, con una fuerza interior que arreglaba los reglones a su visión del mundo que acababa de disgregarse, si la masacre estudiantil de 1968 y 1971, antes el trauma nacional por el asesinato a sangre fría de líderes campesinos y el encarcelamiento de luchadores verdaderos de la causa social. Don Hugo exaltó la naturaleza delirante del joven poeta de entonces 25 años recién cumplidos, el círculo virtuoso que lo acompañaba y acompaña hasta nuestros días.

¿Para que sirven los escritores? ¿Sirven de algo los poetas? Lo cierto es que no son un adorno. Economista de profesión, maestro de literatura, coordinador de Talleres Literarios, promotor de publicaciones, el Buen Sam ha sido motivo de orgullo y de una impresionante producción poética que le dio fama de ser  de una ciudad y estado promotor de las letras. Jefe de jefes en la manera de orquestar reuniones de poetas venidos de una amplia cartografía nacional y latinoamericana.

El estilo implacable del maestro Sampedro Martínez es siempre una sorpresa y un deleite y más cuando escribe acerca de otros menesteres de discos, libros, ensayos y restantes buenos remordimientos que salen a su defensa de cuan necesario y vital ha sido tenerlo siempre en el arrebato de explicarnos al mundo, su propio terreno en donde una infinita riqueza del lenguaje nos libera de tensiones y nos explica a bien entender sus desafíos.

En verdad se festeja que José de Jesús Sampedro sea pues hijo de nuestra ciudad y del estado zacatecano, su círculo familiar es también alucinante ya por sus hermanos Rito, Gerardo y Olaya, y quienes se desandan en otras profesiones que muestran la catadura de esa singular familia zacatecana.

Tuve el privilegio de ser su alumno en uno de sus talleres. Más aun, de seguir leyéndolo en su entrañable revista Dos Filos y en el memorable y supra coleccionable Corre conejo. Escuchar un sonido distante de otras galaxias. Aprender con gusto su impresionante acervo. Saber que el maestro mira al horizonte y carga con sus libros. Leerlo es obligación y poder, deleite y asombro. ■

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