Durante Semana Santa, los balnearios en Zacatecas son una opción popular para el descanso familiar. Sitios como El Vergel, Paraíso Caxcán, Las Margaritas y Las Sirenas, entre otros, ofrecen aguas termales y espacios recreativos. Sin embargo, especialistas advierten sobre riesgos sanitarios en albercas públicas, como infecciones gastrointestinales, de piel y ojos, debido a una desinfección inadecuada o mala higiene. Se recomienda seguir medidas básicas de higiene para evitar contagios.
Con la llegada de Semana Santa y el aumento de las temperaturas, los balnearios se posicionan como una excelente opción para mitigar el calor y disfrutar en familia. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta los riesgos asociados a la afluencia masiva de personas en las albercas..
En el agua de las albercas pueden transmitirse diversas afecciones, como diarrea, infecciones en la piel, ojos y oídos, así como enfermedades respiratorias y síndrome urémico hemolítico.
Además, los piojos (pediculosis) también pueden propagarse en estos espacios, ya que tienen la capacidad de flotar y sobrevivir hasta 36 horas incluso en agua tratada con cloro.
Asimismo, en el artículo titulado “Piscinas e infecciones: un dato que no hay que olvidar en vacaciones” (Zúñiga Carrasco, I. R., & Caro Lozano, J., 2023), publicado en la Revista Latinoamericana de Infectología Pediátrica (36[2], pp. 73–76), se analizan en profundidad los riesgos para la salud asociados con el uso de albercas públicas, particularmente durante la temporada vacacional, cuando su uso se incrementa de forma considerable.
El texto señala de igual manera que el agua de las albercas puede ser un medio de transmisión para virus, bacterias, parásitos y hongos, especialmente si no se lleva a cabo un adecuado control sanitario. Las condiciones de humedad y calor presentes en estos espacios contribuyen a la proliferación de agentes patógenos. Pese a que en México existe la Norma Oficial Mexicana NOM-245-SSA1-2010, que establece los requisitos sanitarios y de calidad del agua en piscinas, diversos estudios revelan que muchas de ellas incumplen esta normativa.
Por ejemplo, dos de cada tres piscinas públicas superan los niveles recomendados de cloro, y en el 60% de sus filtros se ha detectado materia fecal, lo cual representa un riesgo sanitario significativo. Además, el 65% de los bañistas no se ducha antes de ingresar al agua, lo que aumenta la carga biológica en las albercas.
La exposición a virus, bacterias, parásitos y hongos en las piscinas es un riesgo latente cuando no se lleva un control adecuado de la calidad del agua. Factores como la humedad y el calor contribuyen a crear un entorno propicio para el desarrollo de múltiples infecciones. Además, los bañistas pueden introducir patógenos entéricos en el agua recreativa, ya sea a través del contacto directo con materia fecal o mediante residuos presentes en la piel y los trajes de baño.
Finalmente, los autores proponen una serie de recomendaciones preventivas para reducir el riesgo de infecciones:
1. Evitar ingresar al agua si esta presenta turbidez o no permite ver el fondo.
2. No entrar si las paredes de la piscina están resbalosas o con presencia de algas.
3. Lavar los trajes de baño nuevos antes de usarlos para eliminar residuos químicos.
4. Ducharse antes de nadar.
5. Evitar nadar si se presenta algún síntoma de enfermedad gastrointestinal.
6. Supervisar especialmente a los niños, ya que son más propensos a liberar patógenos en el agua.