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martes, 22 abril, 2025
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Mentiras muy cercanas a la trampa, la manera en que se proponen las candidaturas: Martell

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Por: ALMA RÍOS •

■ Aspirantes “apuestan por algo que no son ellos”, tras cambio de imagen en Photoshop

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■ Falta poco, expuso, “para que sus discursos sean playback”; no tienen habilidad de construirlos

El uso del Photoshop, las modificaciones físicas a sus características personales, pero también la evasión a debatir durante las campañas, por parte de quienes pretenden convertirse en diputados federales mediante la elección del próximo 7 de junio, exhiben frivolidad, vacío de contenidos, y no permitirán al electorado formarse representaciones simbólicas integrales que posibiliten una decisión razonada para emitir su voto, expuso Juan Martell Muñoz, docente e investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas, en su Unidad Académica de Psicología.

“No hemos tomado conciencia que atrás de esa persona debería existir un fundamento filosófico y teórico-político. La tarea de un político profesional es conceptualizar una presencia de lo humano en sus ideas”, dijo.

Las imágenes de candidatos modificadas ya sea física o digitalmente sin ofrecer mayor información, “son mentiras muy cercanas a la trampa”, expuso el psicólogo social.

El manejo de imagen propuesto denota racismo, clasismo “y en algunos casos iría hacia un tratamiento peyorativo del que es diferente ‘del que no compone´, o no es integrante de mi grupo racial, de mi clase social. No es integrante de mi condición económica”, dijo.

Para el caso concreto, agregó, fue a finales de los 80 que los medios masivos de comunicación propusieron la presencia tanto de hombres como de mujeres con extrema blancura y delgadez –en este último caso, en ocasiones patológica-.

Actualmente, hasta en publicaciones como Vogue o Cosmopolitan, “hasta esas revistas tan frívolas, se están deshaciendo del Photoshop muchas modelos profesionales. Y tenemos acá en nuestro país y específicamente en Zacatecas que estos candidatos apuestan por algo que no son ellos”.

“Es una forma de manipulación grotesca de mentir y de hacer trampa; presentarnos, demandar solicitar, y a veces hasta obligar el apoyo mediante el voto, a través del ocultamiento de características personales”.

Propuso como ejemplo la campaña del actual presidente de la República. Dijo, las tomas fotográficas durante la misma buscaron no exhibir su estatura, similar a la de su antecesor, Felipe Calderón, a fin de tratar de salvar al candidato Peña Nieto de la mofa a través de la caricatura política.

Recordó también su imagen saliendo por el quemacocos de una limusina y arremangada la camisa, “para más o menos manifestar que está trabajando, que era una persona de esfuerzo”.

Por el contrario, los campesinos, dijo, utilizan las mangas hasta abrochadas hasta el puño para evitar el calcinante sol.

Así, expuso, “son cosas tan absurdas y grotescas” que hacen exigible que detrás de cualquier candidato haya un discurso sostenido política e ideológicamente.

Al respecto citó al sociólogo húngaro Karl Mannheim, al señalar que tenía razón contradijo a Napoleón, atribuyéndole que había echado a perder el concepto de ideología, luego que el líder francés considerara “mala”.

Mannheim dijo por el contrario, no sólo no es mala la ideología sino “sirve de guía en la vida para manifestar posturas que bien pudieran ser contrarias a quien está enfrente” pero permite el diálogo democrático para tomar decisiones.

El ocultamiento de las características de los políticos, ya sea físicas o ideológicas, agregó, exponen una diferencia entre aquellos que realizan actividades de manera honesta “y aquellos que siguen y van a seguir mintiendo”.

Faltará poco, dijo, “y aquí me estoy burlando abiertamente, para que sus discursos sean playback”, pues los candidatos agregó son carentes de habilidades para construir un discurso.

No obstante al mencionarse que ya se usa el denominado telepromter, un apoyo visual que permite que un orador lea cualquier cosa, trajo a colación el caso de Martín Luther King.

Al luchador por los derechos civiles estadounidense, dijo, le elaboraban los discursos, “pero alguien que no se conmueva con I have a dream (Yo tengo un sueño, el discurso ofrecido por el líder frente al monumento de Abraham Lincoln en Washigton, DC, en 1963), yo creo que es una piedra… o no es humano. Esa persona tenia esas habilidades oratorias”.

En el contexto de la mercadotecnia política, expuso lo que han hecho los norteamericanos: poner a tocar el saxofón a Bill Clinton o a jugar basquetbol a Barack Obama, o bien, construir un discurso en torno al republicano Mitt Roomney, como veterano de guerra.

“Se construye toda una parafernalia evidentemente mercadotécnica para posicionar el producto en la mentalidad de los potenciales consumidores. En nuestro contexto lamentablemente pues no hay posibilidades de construir representaciones mentales de habilidades, destrezas… el conocimiento de una persona integral”.

Barack Obama, citó como ejemplo, fue el primer director de raza negra de la revista de Derecho de la Universidad de Harvard, destacado académicamente, buen jugador de basquetbol, nacido en Hawaii, senador por Illinois.

De las habilidades y destrezas de Obama y sus gustos atléticos se han derivado programas que maneja la Primera dama: jugar por lo menos 60 minutos fuera de la casa, realizar 30 minutos de actividad física más o menos rigurosa, mismos, luego apoyados por la NFL o la NBA.

“¿Qué ponemos a hacer a estos?”, preguntó acerca de los candidatos que buscan sentarse en una curul para modificar mediante propuestas y votaciones a leyes, la vida de los mexicanos. Y se abrió en la entrevista un espacio de silencio…

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