■ Comentarios Libres
Para mi hija Mayela, médico
residente 3 Anestesiología.
En México, el servicio y entrega que el sector salud demostró y ha demostrado durante la pandemia COVID-19, que lleva duración de un año y ocho meses, es digno de mérito y gratitud. Se hizo acreedor a la Medalla Belisario Domínguez en su edición 2020, de próxima entrega en el Senado, como un reconocimiento a hombres y mujeres integrantes del Sistema Nacional de Salud, que con servicio, vida y humanidad, atienden y permanecen en la primera línea de la batalla contra esa enfermedad. Fue ardua y valiosa su labor en los tiempos aciagos, cuando se desconocía aún el origen, no existían vacunas para su control y que lamentablemente, tan sólo en nuestro país, hasta el día miércoles 13 del mes actual y según datos de la autoridad de salud, ha costado 283, 193 defunciones.
Entre esos médicos se encuentran los anestesiólogos, que mañana 16 de octubre celebran su día. Al respecto deseo formular los siguientes comentarios:
Anestesiólogo es el medico que tiene una formación especial, para administrar medicamentos y otras sustancias con la finalidad de prevenir o aliviar el dolor durante una cirugía y otros procedimientos. Pero además, vigilan al paciente muy de cerca durante la cirugía y la recuperación; usan dispositivos muy avanzados que muestran constantemente la presión arterial, los niveles de oxígeno en la sangre, función cardiaca y el ritmo respiratorio del paciente. Estos dispositivos han mejorado considerablemente y hacen posible, operar muchos pacientes que se solían considerar demasiado enfermos para someterlos a cirugía.
La anestesia es diferente a la analgesia. El primer concepto, etimológicamente significa “sin sensación” o “sin sensibilidad”. Su objetivo principal es evitar el dolor. En cambio, analgesia es ausencia del dolor, pero según el tipo de anestesia empleado además de la analgesia, se producirán sobre el paciente otros efectos de pérdida de sensaciones.
Se puede decir que la verdadera anestesia nació en el siglo XIX, de la mano de los descubrimientos de los gases.
Horace Wells y William T.G. Morton, fueron dos dentistas preocupados por encontrar un método que permitiese extraer piezas dentales sin dolor. Ambos formaron una sociedad profesional en Boston en 1842 que disolvieron en menos de un año. El primero, acudió a una demostración de Gardner Colton en Hartford (Connecticut) en 1844, y observó cómo un joven, después de inhalar óxido nitroso, se golpeó en una pierna y no sintió dolor. Luego, Colton administró óxido nitroso a Wells para que un ayudante de éste, le extrajera un diente. Wells notó sólo un leve dolor, por lo que siguió usando este gas para extracciones dentales siguientes.
Se atribuye a Horace Wells, el primer uso de óxido nitroso, para extraer piezas dentales. Pero cuando tuvo la primera demostración pública para presentar su sistema en el Hospital General de Massachusetts de Boston en 1845, administró óxido nitroso a un estudiante para la extracción de una muela, el sujeto se movió y gruñó, y aunque el dolor que experimentó fue leve, la demostración se consideró un fracaso. Tras este hecho, Wells abandonó la odontología y se dedicó a la venta de artículos hogareños y finalmente se suicidó.
William Morton, estuvo presente en la fallida demostración de Wells y posteriormente, comenzó a trabajar en pruebas con éter en perros, amigos y consigo mismo. Al ver que estas tenían éxito, resolvió crear un dispositivo de vidrio, en forma de una esfera, con fieltro adentro y con dos orificios: uno para introducir el éter y otro, del que salía una boquilla para el paciente.
Confiado en su invento, solicitó mostrarlo en Boston, Massachusets, propuesta que fue aceptada y programada para el 16 de octubre de 1846. El paciente que fue tratado en esta demostración, tenía un tumor submaxilar, una vez que fue dormido con la ayuda del instrumento diseñado por Morton, el médico Jhon Collins Warren, le realizó la primera incisión. Todos quedaron sorprendidos que el paciente no gritó ni se movió en el transcurso de todo el procedimiento.
La comunidad científica, abrazó con entusiasmo este avance. De hecho, en muy poco tiempo se empleó el éter en multitud de países.
La prioridad de Morton durante toda su vida, fue obtener rendimiento económico de este descubrimiento. Sin éxito, trató ocultar la sustancia química que empleaba (él la llamaba Letheon, para que no se supiese que realmente era éter). Su interés fue por tanto, más la remuneración que lograr un avance de conocimiento.
Muchos científicos se dieron a buscar otras alternativas. Así encontraron el acetileno y el etileno, sin embargo, ninguno de estos compuestos químicos superaban las ventajas del óxido nitroso. Posteriormente los doctores Easson Brown, George Lucas y Velyien Henderson, se dedicaron a indagar sobre un analgésico que fuera superior a los conocidos hasta el momento. Su investigación los condujo al uso del ciclopropano, que había sido descubierto desde 1882, pero fue hasta 1930 que se reconoció su gran eficacia y seguridad.
Actualmente el éter y el cloroformo han sido desechados. Algunas sustancias químicas continúan siendo aplicadas con métodos más modernos.
¡FELICIDADES A TODOS LOS MEDICOS ANAESTESIOLOGOS!
