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jueves, 24 abril, 2025
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Colonialismo intelectual, fertilidad a la criminalidad de “cuello dorado”

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Por: BENJAMÍN MOCTEZUMA LONGORIA •

Los retrógradas están perdidos, reman en contra del curso de la historia. Tantas mentiras para ocultar que en México existía, y de nuevo quieren, un gobierno entreguista y obediente a las políticas extranjeras (los tres poderes, pero también las oligarquías económicas, ideológico-políticas y mediáticas) terminó por envenenarlos, confundirlos, ver una realidad inexistente a la que toman como diagnóstico y punto de partida. 

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De esta manera, para los diversos aparatos nacionales de gobierno y de la sociedad civil (económicos, políticos e ideológicos), las derrotas estratégicas, sin autocrítica, sin refundación de rumbos, solo los confunden más y los dividen. No logran ver que son simples marionetas del extranjerismo. Así, hasta la victoria nunca, Jamás. (el Che Guevara decía: “¡Hasta la Victoria, Siempre!”).

A esa falsa conciencia no escapan muchos intelectuales que han formado parte orgánica, por tanto, defensores del modelo de sociedad que se trasplantó neocolonizando a México. Con seguridad puede decirse que se trata de una intelectualidad castrada, transgénica y colonizada. A eso obedece su incapacidad de producir ciencia social nacional. Están impedidos para producir progreso, desarrollo, solo atinan en retrogradar y ser conservadores.

Para los aparatos económicos, políticos e ideológicos (y sus correas de transmisión hasta las estructuras de comunidad), que durante 36 años contribuyeron al implante del patrón de crecimiento económico neoliberal, hubo privilegios y confort, abundancia de recursos legalizados, o no. Fueron peones y chalanes que acríticamente contribuyeron a implantar un modelo teóricamente concebido en el exterior para resolver sus problemas, no los nuestros. Se trató de una nueva colonización, por una vía “suave”, pero no dejó de ser socialmente dolorosa para el grueso de los mexicanos; se profundizó la explotación, la desigualdad social, creció el desempleo, la miseria e hizo de la corrupción (una forma encubierta de la misma explotación) un método para facilitar el saqueo nacional.

Si la pobreza de las ciencias de la sociedad se hizo presente por castración y transgenización intelectual y la corrupción se volvió un método recurrente en la vida pública; al frente de los partidos políticos defensores del neoliberalismo sólo podría florecer dirigencias con una enorme miseria teórica y grandes limitaciones para el desenvolvimiento práctico de sus estrategias, pues esa condición es necesaria al proceso neocolonizador. 

Consecuentemente, la dirección política de la derecha mexicana recayó en un gerente empresarial: Claudio X. González, reflejo directo en México del modelo neoliberal. O si se quiere: representante de la neocolonización, al que se sometió el PRIANRD y MC. Esto nada tiene que ver con la democracia, soberanía, independencia y el patriotismo, sino con su opuesto: sometimiento, subdesarrollo y dependencia.

Se comprenderá el papel entreguista y antipatriota del bloque económico, político e ideológico conservador. También de lo que queda de las estructuras institucionales, de las que decían que “no se tocan”, porque al tocarse se desgrana el todo organizado neocolonial de México. Vaya forma de malinchismo. Aunque dicen que la malinche sí tenía apego a lo propio.

Una de esas últimas instituciones, y seguro que la más importante, es el Poder Judicial; instancia protectora de los capitales y mecanismos legales del saqueo nacional. Su reforma trastoca su estructura que, hasta ahora, era inmutable, así como sus mecanismos de reproducción por los usos y costumbres irregulares en su práctica institucional, igual que por el arraigo y exagerado nepotismo con el que se garantizaba el continuismo de corrupción y complicidades en la “interpretación”, procuración y aplicación de la “justicia” en la que el pudiente tiene gran ventaja sobre el desposeído.

A eso obedece la molestia de algunas transnacionales y de sus gobiernos imperiales, principalmente de Estados Unidos y Canadá. Cerrar una puerta al saqueo, no puede ser visto con buenos ojos. Tampoco lo ve bien la derecha de nuestro país, porque responde a intereses extranjeros. 

Los criminales de cuello blanco, como del crimen organizado, son parte de los mecanismos de neocolonización, por cuanto son métodos de sostén del modelo neoliberal en México y medios para la acumulación y concentración del capital transnacional, de forma que cerrar el paso a la impunidad de esos criminales va contra la lógica del capital extranjero.

La reforma al Poder Judicial al modifica su estructura organizativa, sus prácticas y sus costumbres irregulares representa un cambio sustancial porque rompe el cordón umbilical con el extranjerismo. Con ello, se gana en independencia nacional, se garantiza soberanía popular, democracia y legalidad. 

Pero, también cierra la puerta a que la derecha internacional y gobiernos imperiales aliados a la derecha mexicana puedan aspirar a un golpe de estado “blando”, como los ejercidos en otras naciones de América. Intervencionismo que vergonzosamente (aunque ellos se ufanan sin vergüenza alguna) han solicitados los antipatriotas mexicanos que han visitado la OEA, la ONU, al Rey de España, al Parlamento Europeo y a los gobiernos de USA y Europa.

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