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lunes, 9 junio, 2025
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La Quemada, probablemente el asentamiento prehispánico más importante del norte de México

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Por: ALMA RÍOS •

■ La inversión para la conservación del lugar ha sumado alrededor de un millón de pesos

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La vida de los pobladores de La Quemada (300 a.C., 200 d.C.) fue netamente mesoamericana. Los hallazgos de materia orgánica encontrados mediante el proyecto de investigación que desde hace dos años encabeza el arqueólogo e historiador Marco Antonio Santos Ramírez, arrojan como una aportación para sustentar este argumento la composición de su dieta, conformada por diversas variedades de frijol, así como chile, maíz y amaranto, lo que la hace compaginar con la acostumbrada por las culturas del altiplano.

La arquitectura de este sitio, ubicado en el municipio Villanueva, presenta grandes similitudes con las usanzas en Teotihuacán, la metrópoli más importante entre los siglos 200 a.C. a 650 después de Cristo en Mesoamérica, y a la que La Quemada sobrevivió.

La hipótesis que tratará de demostrarse a partir de estos descubrimientos que replantean la relevancia de este sitio, es que probablemente sea el asentamiento humano prehispánico más importante del norte de México y por tanto un centro irradiador de cultura para esta zona y el sur de los Estados Unidos.

El Proyecto Arqueológico La Quemada se inscribe dentro del Plan de Manejo del Sitio y antecede a éste en su puesta en operación, en un año. Entre los elementos que conjuga se encuentran la conservación, investigación, gestión, protección técnica y legal, la difusión y administración del lugar.

Cada una de estas áreas tienen proyectos prioritarios. Uno de ellos fue la reciente adquisición “de los terrenos que faltaban para que todo el sitio fuera propiedad federal”, dice Marco Antonio Santos.

El área total del polígono, que tiene el estatus de “Zona de Monumentos Arqueológicos de La Quemada” desde 1994, fue ya delimitado y comprende tres hectáreas aproximadamente.

Los dos aspectos en que se ha focalizado la atención de esta primera etapa de un proyecto que se prevé en su desarrollo a 15 años, son la conservación  de 100 por ciento de las estructuras dispuestas para visita pública y la investigación.

El sitio, comenta Santos Ramírez, se encontraba en algunas de sus estructuras bastante deteriorado por falta de mantenimiento, en algunos casos al punto del colapso.

En este momento han logrado consolidarse en su totalidad tanto el Salón de las Columnas como la Pirámide Votiva, dos de sus espacios emblemáticos.

“Los muros de las estructuras están construidos con piedras lajas de riolita, mismas que estuvieron pegadas con un cementante a base de arcilla, fibras vegetales y  aglutinante, tal vez, baba de nopal”, precisa.

Con el paso del tiempo esta argamasa desapareció y quedaron sólo las lajas con peligro de colapsarse. El cementante se está recuperando, en este momento en un avance de 15 por ciento del sitio.

La inversión de estos dos últimos años para el propósito de la conservación de La Quemada ha sumado alrededor de un millón de pesos, mismos “que se van prácticamente en mano de obra, pago de trabajadores y arqueólogos”.

Para 2014 se prevé la inversión para este rubro en otro millón de pesos y se espera contar con el apoyo de Gobierno del Estado y la Federación a fin de acortar el tiempo para desarrollar este proyecto, agregó.

“La conservación no puede hacerse sin investigación”, puntualiza el director de la zona y señala que uno de los sitios más deteriorados en La Quemada era el denominando Cuartel.

Esta área fue  excavada en la década de los 50 y 60  del siglo pasado por Pedro Armillas, quien obtuvo datos que le permitieron formular hipótesis novedosas como “el movimiento de gente a partir de los cambios climáticos”.

Este planteamiento fue fundamentado en los hallazgos de restos orgánicos que encontró y mandó fechar. De esta manera se propuso la hipótesis de que el abandono del sitio habría tenido como sustento un periodo de sequía, comenta.

Los hallazgos recientes en este mismo lugar ofrecen la lectura de que los habitantes de La Quemada tenían una forma de vivir más cercana a la de la gente del altiplano. 
Por falta de investigaciones, ubicó el arqueólogo, se le había vinculado con el norte de Mesoamérica  y se atribuyó su construcción a grupos chichimecas.

Sin embargo, las recientes exploraciones junto con los datos de las anteriores cambian la visión que tenemos del sitio y lo plantean como un asentamiento “netamente mesoamericano”.

A lo que confluye el análisis de sus estructuras arquitectónicas, la inclusión de patios hundidos de estilo teotihuacano y del juegos de pelota, pero también y esto es lo reciente,  la base alimenticia de sus pobladores: chile, maíz y frijol, este último de diferentes variantes; y amaranto.  Hasta este  momento, La Quemada representa el  límite en el norte donde se registra el consumo de esta planta, de amplia significación para las culturas prehispánicas del altiplano.

También coincide para fortalecer esta visión, la orientación de sus construcciones según arrojan  los estudios arqueastronómicos realizados en ellas y las similitudes en la cerámica y lítica, también los paralelismos iconográficos. 

“Podemos establecer que estos pueblos compartían una misma cosmovisión, por esto es que podemos ver esta presencia. En su momento Teotihuacán era el sitio más importante para este tiempo y obviamente tendría ciertas relaciones con estas regiones, a nivel comercial, idelógico,  político y económico”.

La cultura teotihuacana desarrolló entre el 200 a.C. a 650 d.C., su fase de mayor esplendor.

La Quemada sobrevivió a su  caída

Esto probablemente implicaría que esta última habría subido a controlar las redes comerciales tras la debacle de la metrópoli, como ocurre con los sitios periféricos que le abastecían de productos, los cuales según señalan algunas hipótesis, ocasionalmente cortaban los suministros para contribuir a su caída, para luego ser ellos los que ostentaran el control económico de estas redes y así surgir como nuevos sitios de poder.

“Esto es muy evidente para el periodo epiclásico que va del 650 al 900 que es la parte de mayor esplendor de La Quemada”.

Lo más destacable que arrojan los hallazgos recientes es que se replantea el cambio de imagen que se tenia del sitio y vemos que Mesoamérica a lo largo de los siglos ha tenido muchas variantes en términos de fronteras, “pero sobre todo creo que reafirma el que La Quemada es el sitio más importante para el norte de México, creo que esto es lo que estas investigaciones van a confirmar y que ya se suponía por otras investigaciones: el sitio rector a nivel ideológico sobre todo”.

“Creemos en lo personal que muchas de las cosas que vemos en los Estados Unidos salen de estos lugares para el postclásico tardío, que en algún momento La Quemada se convirtió en un centro que irradiaba cultura hacia otros lados”, aventuró Marco Antonio Santos, la hipótesis que tratará de confirmar en las siguientes temporadas de investigación.

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