Kunduz. Al menos 18 soldados afganos murieron, algunos de ellos fueron decapitados, en un ataque perpetrado por los talibanes en el distrito de Jurm, en la provincia de Badajshan, una región remota del noreste de Afganistán, indicaron este lunes fuentes de seguridad.
El ataque tuvo lugar el viernes, detallaron los responsables, quienes lanzaron una operación para buscar a una decena de otros soldados afganos desaparecidos desde ese día.
«Dieciocho miembros de las fuerzas de seguridad perdieron la vida desgraciadamente, ocho de ellos fueron decapitados. Diez soldados resultaron heridos y otros diez todavía están desaparecidos», informó Naweed Frotan, vocero de las autoridades de Badajshan.
En un comunicado, el ministerio de Defensa de Afganistán confirmó este incidente, que coincidió con el comienzo del inicio de la primaveral, temporada tradicional de combates en el país.
Los talibanes, que suelen aumentar los balances de sus ataques, reivindicaron este asalto en Badajshan, al supuestamente confirmar la muerte 40 soldados. Las autoridades locales, por su parte, afirmaron haber acabado con la vida de 20 insurgentes, entre ellos yihadistas extranjeros
La Organización del Tratado del Atlántico Norte puso fin el pasado diciembre a su misión de combate en Afganistán, pero la bloque todavía mantiene en el país a 12 mil 500 soldados, incluidos 9 mil 800 estadunidenses, con el fin de formar a las fuerzas afganas que están en su primera «temporada de combates» en la «línea del frente» ante los insurgentes.
Los enfrentamientos han ocurrido en un momento en el que el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, trata de convencer a los talibanes para que se comprometan en un proceso de paz que sirva para estabilizar al país, que se encuentra inmerso desde hace 35 años en conflictos armados.