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miércoles, 2 julio, 2025
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¿La Nueva Escuela Mexicana transformará al sistema educativo?

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

Cuando se habla de reformar al sistema educativo, por añadidura pensamos en una transformación del mismo, en ello, mucho tienen que ver los postulados que soporten la reforma, los planes, los programas y los proyectos que se estructuren para tal fin. En las reformas educativas que históricamente se han implementado, se ha priorizado al proceso de enseñanza y aprendizaje; para el caso particular de la reforma ideada por el actual sexenio (2018-2024), se prioriza la transformación social, cierto que es una variante que puede dar buenos resultados, sin embargo, a la fecha no se han generado acciones que puedan ser motivo de esta tan anhelada transformación educativa, en consecuencia, la transformación social.

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Una de las primeras acciones a emprender debió haber sido la promoción en los educandos de una memoria y conciencia histórica con la finalidad de que pudieran realizar de manera autónoma análisis críticos en tres dimensiones: en retrospectiva, en perspectiva y en prospectiva. Tomando como referencia los postulados de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), se considera al respeto como valor fundamental, con él se entendería que mi semejante es diferente a mí. Esta idea es por demás interesante, favorecerá a que los alumnos lleven la comunidad al aula y viceversa, promoviendo así la construcción de conocimiento y saberes locales. En pocas palabras, que los educandos se asuman como sujetos activos de su comunidad. 

Otra característica de la NEM es que ya no se habla de la disciplinariedad -asignaturas específicas-, sino de la interdisciplinariedad; en esta, se habla también de las capacidades a desarrollar como rasgos prioritariamente humanos. Se plantean, además, siete ejes articuladores o de acción: 1) inclusión, 2) interculturalidad crítica, 3) pensamiento crítico, 4) igualdad de género, 5) acercamiento a las culturas mediante la lectura y la escritura, 6) arte y experiencias estéticas y, 7) vida saludable. En documento, todo esto suena interesante, incluso, también de manera interdisciplinaria se plantean campos formativos tales como: lenguaje, saberes y pensamiento científico, ética, naturaleza y sociedad y, de lo humano y lo comunitario.

Para que realmente prospere el proyecto de la NEM, los docentes deben instituir su propia práctica, convertirse en investigadores de la misma, elaborar sus propios programas analíticos tomando como referencia los programas sintéticos que establece la institución. Sería ideal que los padres de familia aprendieran junto con los alumnos, para que esto suceda, se requiere que los docentes actúen con total autonomía, que desarrollen la habilidad para realizar diagnósticos socioeducativos que les permitan tomar decisiones tanto a manera individual como colectiva. Se requiere, además, que los alumnos también desarrollen habilidades para enfrentar los diferentes problemas sociales; en sentido figurativo, que el maestro salga del aula, que sepa hacer lecturas fieles de los fenómenos de su contexto y que diagnostique situaciones problemáticas. 

Es prioridad también, que el docente atienda la comunidad donde se encuentran sus alumnos, que sea capaz de interactuar con los padres de familia y, además, integrarlos a la comunidad educativa para que juntos tomen decisiones. Se requiere pues, que se promueva una educación incluyente y diversa y que atienda las necesidades formativas de los alumnos; esto será posible sí y solo sí se presta la debida atención a la formación de los docentes. 

¿Qué tan necesaria es la evaluación en el proceso educativo y/o de enseñanza-aprendizaje? Se dice que, en todo proceso social, la evaluación es indispensable, en consecuencia, tanto los proyectos educativos, así como los aprendizajes de los alumnos requieren ser evaluados; realmente no se sabe bien a bien si la evaluación dicta los logros; la NEM no le apuesta mucho a la evaluación sumativa -léase calificación-, ya que con esta, se produce desigualdad social. A lo que se le puede apostar es a la evaluación formativa, esta es la más indicada puesto que con ella, el alumno refiere lo que ha aprendido y lo que realmente le resulta significativo. 

En las instituciones educativas, el proceso de evaluación se ha pervertido dado que, en realidad no se evalúa, sino que se califica. Por desgracia, el proceso educativo es incompatible con la evaluación puesto que se ha demostrado que de esa manera se trasgreden los fines mismos de la educación. Tradicionalmente la evaluación que se practica en los centros educativos, lo hacen aplicando instrumentos estandarizados y, con ello, solo se califica el contenido curricular, al final de todo el proceso, solo se da un número, situación que va en contra de los objetivos que persigue lo que por nuevo modelo educativo se pregona. 

De acuerdo a los postulados de la NEM, el docente deberá ejercer una didáctica de forma tal que no propicie prácticas pedagógicas iguales dado que los educandos son desiguales y, que utilice a la evaluación para retroalimentar y promover la autorreflexión de los educandos. Con esto, el docente sabrá si los alumnos han adquirido los conocimientos y habilidades que se requieren, entonces, la evaluación es necesaria en la medida en que se utilice adecuadamente; con la evaluación sumativa se identifican áreas de mejora al currículum, y, la evaluación formativa, evita el adiestramiento de la memoria.         

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