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lunes, 16 junio, 2025
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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

Ecos de la Guerra Cristera en Zacatecas

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Para la Arquitecta Lupita Merchant

Profundo dolor entre el pueblo católico de Zacatecas fue el artero asesinato de 6 de sus sacerdotes que defendieron la fe y los recintos en que se veneraba a la Virgen de Guadalupe.

La masacre no tuvo nombre ni parangón en los anales de la historia zacatecana.

Quizá el más emblemático de esos asesinatos fue el del padre jesuita Miguel Agustín Pro, junto a su hermano Humberto, acusados de terrorismo y sabotaje y ante un pelotón de fusilamiento se comportó de manera digna a sus escasos 36 años recién cumplidos el 27 de noviembre de 1926.

Pero todos los crímenes contra sacerdotes y contra su pueblo que los defendió, jamás se olvidaran de la memoria colectiva y de las entrañas de un pueblo como el nuestro.

Fe inquebrantable, pero también, nada de confusiones, ni alardes, ni fanatismo.

Muchos fueron los episodios dolorosos en que el pueblo zacatecano se vio envuelto en la famosa Guerra Cristera y bajo el grito penetrante de Viva Cristo Rey!, Viva la Virgen de Guadalupe y desde ese 31 de julio de 1926 en todos los rincones del suelo de nuestra patria chica, cundió la voz de alarma ante el Gobierno de Plutarco Elías Calles y su asonada en contra del pueblo católico para cerrar iglesias y conventos, prohibir de facto el culto al aire libre, detener las sublevaciones, se supo algo que cambiaría la faz de todo un siglo por delante: no se metan con lo más sagrado, pues es posible se desate el verdadero infierno para todos.

Entre  los levantamientos  más importantes, el primero ocurrió en Zacatecas. El 14 de agosto el ejército detuvo al párroco de Chalchihuites, Luis Bátiz, hombre pacífico y muy querido por el pueblo. Al día siguiente llegó al mercado el tratante de ganado Pedro Quintanar, personaje influyente y respetado, y los paisanos le pidieron que liberara al párroco. Quintanar fue a emboscar a los soldados, pero en el combate murieron los prisioneros que ellos tenían. Quintanar convocó a más hombres de toda la región, y el 29 de agosto entraban en Huejuquilla el Alto, donde derrotaron a un contingente de 50 soldados.

Fueron muchos y muy variados los combates de los famosos cristeros en contra de los elementos forajidos del Ejército nacional que sólo cumplían órdenes.

Los dolores no cesaban: saqueo de iglesias, detención y tortura de párrocos y sacerdotes, temor entre la población católica, fusilamientos en masa.

-Sacerdotes activamente hostiles a los cristeros, 100

-Sacerdotes activamente favorables a los cristeros ,40

-Sacerdotes combatientes = 5

-Sacerdotes neutrales ,65

-Sacerdotes que abandonaron parroquias rurales y de ciudades ,3500

-Sacerdotes ejecutados por el gobierno ,125. 59 de la arquidiócesis de Guadalajara, 35 de otras zonas de Jalisco, 6 en Zacatecas, 18 en la diócesis de León Guanajuato y 7 en la de Colima.

Era famoso en nuestro estado el jalicience José Reyes Vega, apodado “El Pancho Villa con sotana” y Miguel Pérez Aldape. En Juquila el padre Epigmenio Hernández fue prácticamente responsable del movimiento armado.

En Zacatecas Pedro Quintanar, Porfirio Mallorquín y todos los jefes a excepción de Justo Ávila y Aurelio Acevedo, fueron asesinados antes de que terminara el año.

Son muchos los mártires: Hermano Adolfo María, de las escuelas cristianas, fusilado en Zacatecas por Francisco Villa el 24 de junio de 1914.

– Hermano Adriano Francisco, de las escuelas cristianas, fusilado en Zacatecas por Francisco Villa el 24 de junio de 1914.

– Cura Jesús Alba, de Calera, Zac., asesinado por Eulalio Gutiérrez en Zacatecas.

-Inocencio López Velarde, Mariano, presbítero, fusilado en Zacatecas el 23 de junio de 1914.

-Ayala, Armando, joven de 22 años, muerto en la Estación de Palmira, Zacatecas, el 17 de noviembre de 1927. Castañeda, J. Félix, presbítero, de la diócesis de Zacatecas, Vicario de Juanchorrey, Zac., Parroquia de Tepetongo, apuñalado por el abogado José N. Orozco, antiguo compañero suyo en el Seminario y renegado; fue asesinado sólo por no abandonar a sus feligreses, diciendo: “Dios Nuestro Señor me encomendó este humilde rebaño… Moriré al frente de él”. Mayo 3 de 1927.

Mateo, Correa Magallanes (Mártir Santo), presbítero, de Tepachitlán (Zac,), Durango, 6 de febrero de 1927

José Isabel, Flores Varela, (Mártir Santo), de San Juan Bautista del Teúl de González Ortega (Zac.), presbítero, Zapotlanejo el 21 de junio de 1927 Lara Puente, Salvador, (laico Mártir Santo), El Suchil cerca de Chalchihuites (Zac.)

El 15 de agosto de 1926 Enrique Márquez, de la Diócesis de Zacatecas, fusilado en Malpaso, entre la población de Jerez y la ciudad de Zacatecas, por orden del General Anacleto López. Mayo 27 de 1927.

Simón Magallanes, joven cristero de 18 años, de la ACJM y de la Liga para la Defensa de la Libertad Religiosa, degollado en San Miguel, Zacatecas, en 1928. Su muerte se asemeja a la del joven Beato Mártir Jesús Frías

Buenaventura Montoya, sacerdote de la Diócesis de Zacatecas, asesinado en la Barranca del Gato, Monte Escobedo, Zac., y sepultado en Villa Guerrero, Jal. Defensor de la libertad religiosa y de las demás libertades que de ella se derivan, desde 1925 participaba en la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa. Fue el primer eclesiástico que se alistó como capellán castrense. Perteneció a la “Brigada Quintanar” durante la primera etapa cristera. Al iniciarse la segunda fase también fue capellán de un grupo del Ejército Popular Libertador. Pereció entonces-Morales, Manuel (laico Mártir Santo), de Sombrerete, cerca de Chalchihuites el 15 agosto 1926.

Abril 5 de 1936.  David Lara Roldan (laico Mártir Santo) de Chalchihuites (Zac.), cerca de Chalchihuites el 15 de agosto de1926.

Agustín Caloca Cortes (Mártir Santo), de Las Presitas, Teul de González Ortega presbítero, vicario de Totatiche, con el Sr. Cura C. Magallanes (también Mártir Santo), Colotlán (Jal.), el 25 de mayo de1927.

(En los últimos 5 años 24 sacerdotes han sido asesinados en el territorio nacional. Vergüenza y horror. Tristeza infinita del alma.)

Y muchos más. Todo en nombre de defender lo más sagrado y bajo el manto guardián de la Virgen de Guadalupe, siempre venerada y admirada por el pueblo zacatecano. Loor eterna para ellos.  n

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