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jueves, 18 abril, 2024
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Café Tacvba condena la desaparición de normalistas en festejo por sus 25 años

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Por: La Jornada •

El Café Tacvba llegó al escenario del Auditorio Nacional para festejar su 25 aniversario de creación y 20 años de la salida de su disco Re, considerado pieza angular en el rock latinoamericano. Con una Herradura de veladoras sobre el escenario y después de que Agustín Lara se rifaba con Veracruz, fue interrumpido por el recibimiento de alarido al Café Tacvba, conEl aparato.

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También hubo espacio para condenar los acontecimientos de los 43 estudiantes de Ayotzinapa: «…para nuestros 43 compañeros desaparecidos, de este crimen de estado. Que no nos confundan no sólo hay que aplaudir en un concierto. Hay que desmantelar este sistema opresor… Pedimos por todos los estudiantes».

Haciendo gala del artnacó que los ha caracterizado a lo largo de su carrera, los integrantes salieron con luminosos/intermitentes de Rubén, Joselo, Emanuel y Enrique.

Las veladoras Ingrata, el descuelgue al frente del escenario provocó huecos en las primeras filas. Rubén con mandil rojo y dos chongos.

Muchachos, muchachos!!! Nos la pasemos de poca madre sudemos nuestros problemas en este primer concierto en el Auditorio Nacional, 25 años de carrera artística y 20 del disco Re«; siguió El ciclón, donde Rubén se quitó el mandil rojo, para seguir brincoteando por todo el escenario.

Desaparece Rubén del escenario y Emanuel ataca el escenario, toma el micrófono para tocar El borrego, rola que no le quitaron su escénica ciberpunk, rabiosa como hace 20 años.

Criticando el uso de los teléfonos celulares, Rubén regresó al escenario con un traje rojo, rojo, rojo y deseó a los asistentes que tuvieran más momentos de soledad para que se escucharan y soltó Esa noche.

Siguió 24 horas, con el prefacio: «imagínense si eso era hace 20 años, ahora nos traen en chinga todo el tiempo. Sino es produciendo, trabajando, o comprando.. Tomando fotografías o videos o viendo un concierto por una pantalla», aunque a muchos no les quedó el saco se lo pusieron.

Ixtepec siguió en la lista, a los Tacvbos se le veía felices, pero quizás no fue el mejor marco, pues faltó la chelita y el espacio para taconear, caderear y brincotear al son que tocó el Café Tacvba.

Trópico de Cáncer, donde los músicos portaron unos cascos de mineros, iluminando a los asistentes. No fue el mejor momento del concierto pero no fue del todo desafortunado. No pasó del punto medio.

No así la rola de El Metro, que explotó de nuevo el ánimo festivo, que sirvió para calentar motores y atisbar con El fin de la infancia, donde de acuerdo al festejo los músicos se vistieron con ropas de bailable tipo norteño, un desmadre sonoro luminoso y bonito.

Otra vez Emanuel toma la batuta para rifarse con Madrugal, flaqueado por Enrique y Joselo, para después Rubén regresara con nuevo vestuario y en la penumbra complementará el canto de la rola, que cerró a dos voces.

El fluir del concierto siguió con la alegre Pez/verde,el escenario se iluminó mientras miles de ojos siguieron el deambular de Rubén pateándose el escenario; siguió La negrita y El Tlatoani.

Pero el verdadero espíritu festivo se llegó con Las flores, ahí si todos el auditorio se deschongó, aplaudió y algunos hasta se les escuchó aullar y tocar el air guitar.

Fue en ese momento en que Rubén dijo: «Muchachos muéstrenme sus florecitas y podamos generar una energía y direccionarla para alguien que la necesite, como para nuestros 43 compañeros desaparecidos, de este crimen de estado. Que no nos confundan no sólo hay que aplaudir en un concierto. Hay que desmantelar este sistema opresor… Pedimos por todos los estudiantes». Sonó La pinta.

Después otro enorme momento del concierto con trajes plateados para interpretar El baile y el salón donde el grito Tacvba: pararapauu eoeoe, pararapauu eoeoe sonó macizo.

Se festejó se prolongó con El puñal y el corazón, vestidos de riguroso negro, xcepto Rubén que siguió con el saco plateado y pateándose el escenario. El cuarteto se veía feliz, así con los músicos que los acompañaron.

La última canción del disco es El balcón, así fue llegó, con el agradecimiento al público y con el mensaje «podemos reinventarnos no porque estemos mal sino porque podemos hacerlo». Así leve acabó el concierto.

Por lo menos la primera parte porque regresaron para interpretar sus sonados éxitos, iniciando con Emanuel cantandoEres. Después Rubén llegó para la hora de las complacencias iniciando con Chica banda, Chilanga banda, Las persianas y por ahí continuó el delirio colectivo del espectáculo.

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