11.8 C
Zacatecas
jueves, 25 abril, 2024
spot_img

Fernet

Más Leídas

- Publicidad -

Por: EDGAR KHONDE •

La Gualdra 451 / Río de palabras

- Publicidad -

 

 

La paradoja de este lugar, de este instante y movimiento, es que mientras inclinaba la botella y vería el fernet dentro de un vaso tequilero pensaba en ti, le dije. Yo trabajaba en un bar que hacía las veces de restaurante; la luz era tan baja que nunca reconocía el rostro de los parroquianos y eso estaba bien porque no me interesaban. Me interesaban sus billeteras eso sí, y por lo tanto, cuánto podrían beber antes de desmayarse y pagar la cuenta, propina incluida. Era el primer año del fin del mundo y yo le había jurado una promesa: volveré al fernet cuando esté contigo. El problema es que el fin del mundo se alargó toda la maldita vida no solo del planeta sino del universo entero. El Sol prefirió apagarse antes de que un atisbo de vida se asomara y la Tierra volviera a convertirse en hervidero de hormigas. Estoy contando esto desde la estadía de mi cerebro descargado en un ordenador que se encuentra alojado en una nave que vaga a la deriva en el espacio. Me he convertido en el mono infinito de Borges. Estoy dispuesto a escribir la literatura de cualquier lengua posible, humana o no. Puedo agradecer esta posibilidad, por un lado, a la pandemia, a pangolines y murciélagos, y a quien prefirió zamparse un quiróptero antes que una quesadilla de flor de calabaza. Se lo agradezco también a los hombres que volvieron a las cavernas por temor a un resfrío y se extinguieron. Hoy tengo la certeza de que tuve que haberme rendido desde el principio, así pude haber evitado tristezas, frustraciones, estrés. Nunca tuve el valor de unirme al ejército de contagiados. Me propuse salvarme porque tenía el fernet en la cabeza. Tenía el deseo de volver a tocarla, abrazarla, besarla, me tenía que mantener con vida. Un día entendí que esa idea me convertía de algún modo en inmortal. Yo no iba a fenecer mientras no cumpliera la promesa. Y ya lo ven. Soy técnicamente un organismo autómata. Presencié la extinción de la humanidad y la muerte de un sistema planetario. Supongo que no moriré nunca. Mantengo mi promesa: no voy a volver a beber fernet hasta que no sea de tu boca.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_451

- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -