Desechar acervo en una recicladora de papel fue una medida precipitada: docente
Froylán Casas Flores opina se pudo optar por donar los materiales históricos a otras instituciones públicas o incluso privadas
El profesor realizó su tesis de licenciatura y maestría-doctorado con base en el archivo del historiador Cuauhtémoc Esparza Sánchez
Froylán Casas Flores, docente de la Unidad Académica de Historia de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), opinó que todo documento histórico, aunque se cuente con varios ejemplares, debe restaurarse y salvaguardarse, por lo que el hecho ocurrido en la Máxima Casa de Estudios hace reflexionar sobre la manera en que se preserva el patrimonio documental.
A propósito de la justificación para desechar diversas publicaciones del siglo 19 y 20 en la Universidad, dijo que la relevancia histórica de esos documentos radica en que “son portadores de información de gran utilidad”.
Recordó que la prensa es una fuente de investigación histórica, por lo que académicos pueden encontrar información política, cultural, social, económica, en contextos específicos del país o de la entidad.
Por lo tanto, consideró que, a pesar de contar con un respaldo físico o digital, desechar los documentos en una recicladora de papel “fue una medida precipitada en el sentido de que se pudo optar por donar el acervo a otras instituciones públicas o incluso privadas”.
Casas Flores, quien realizó su tesis de licenciatura y maestría-doctorado con base en el archivo del historiador Cuauhtémoc Esparza Sánchez, comentó que este se integró por libros de actas y profesores, correspondencia oficial, libros de contabilidad, expedientes de estudiantes del Instituto de Ciencias de Zacatecas y fondos especiales de Minería.
Además, dijo que el acervo ubicado en el departamento de Investigaciones Históricas había una colección muy importante de periódicos, especialmente de la década de los 80y 90 del siglo pasado, y de la primera década del siglo 21.
En ese sentido, señaló que, en caso de que documentos estuviesen dañados, se pudo recurrir a la Escuela de Conservación y Restauración y, mediante un convenio de colaboración, que sus alumnos realizaran su servicio social.
Refirió que esa institución cuenta con una especialidad en Restauración Documental y el acervo desechechado pudo ser un buen apoyo de práctica para sus alumnos, pero ello no se contempló por parte de las autoridades universitarias.
Casas Flores consideró que sería pertinente replantear los protocolos establecidos para desechar documentos y buscar otras alternativas que permitan un mejor aprovechamiento del material hemerográfico y bibliográfico.
“Este tipo de incidentes invitan a la reflexión sobre el tratamiento que le damos al patrimonio histórico y bibliográfico. Hay instituciones que le dan un valor muy significativo a este patrimonio y otras instituciones, al verse rebasadas en su capacidad de almacenaje, deciden desprenderse de ellos. Por eso se deben buscar estrategias y acciones para evitar que terminen en la basura”, concluyó.
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