Hace algunos años, era impensable tener en México a una mujer como jefa de Estado, pero pronto aprendimos a tener una PresidentA con “A” y sinceramente, siento que la Comandanta en Jefa de las Fuerzas Armadas de nuestro país, está escribiendo con mayúsculas el título de PRESIDENTA.
En un país considerado durante mucho tiempo como conservador y machista, tenemos a una mujer de izquierda como la Jefa de Estado más votada de nuestra historia. No hablamos de una canciller, ni de una primera ministra, hablamos de la Presidenta de México, un país de 120 millones de habitantes, donde la jefatura del Estado concentra muchísimo más poder que en la mayoría de los países.
Si eso no fuera suficiente, hablamos de una Presidenta electa por todas las regiones y sectores del Pais. Votamos por ella en el norte, en el centro y en el sur, votamos por ella hombres y mujeres, votamos por ella quienes tenemos el privilegio de haber terminado nuestros estudios y también quienes no tuvieron esa oportunidad. Clases altas, personas en condición de pobreza y clases medias votamos por ella.
Fue un triunfo histórico, pero la Presidenta decidió profundizarlo, desde el primer día de su mandato, la Presidenta de la República pidió que se le dijera “PresidentA” con “A” y para reafirmar el mensaje, se escribió la “A” con mayúscula, mientras la Doctora Claudia Sheimbaum explicaba la importancia del mensaje, recordando que “aquello que no se nombra no existe” y que al llegar ella, llegaron todas, resaltando los años de lucha de las mujeres en nuestro país, normalizando el éxito compartido entre mujeres y hombres, para que se vuelva habitual que ellas accedan a los altos cargos de cualquier actividad, tal y como ocurre con los varones.
Creo que todos estos elementos, hicieron que la gran mayoría de las mujeres se sintieran orgullosas y representadas, pero no fue suficiente, la Presidenta volvió a profundizar su legado histórico en estos días.
Ella ignoró a quienes le pedían un rompimiento con el expresidente López Obrador y decidió utilizar ese legado, para seguir impulsando la política social del país y diferenciando al poder económico del poder político, obviamente esa determinación despertó la rabia de algunos sectores, que intentaron caricaturizarla como un instrumento que recibía indicaciones desde Tabasco. Sin responder a esas agresiones machistas, la Presidenta dejó que las cosas cayeran por su propio peso y no solamente le demostró al país que tiene un temple de acero, también se lo dejó en claro al mundo entero.
Nuestra Presidenta con “A” se enfrentó a la elite de machos-multimillonarios-blancos de la nación más poderosa del mundo y ha salido con la dignidad intacta.
Ellos tienen la economía más poderosa del planeta, controlan la Presidencia, el Congreso y la Suprema Corte de los Estados Unidos, tienen el ejercito mas letal de la historia de la humanidad, pero nosotros tenemos la dignidad de un pueblo honesto y trabajador, bien representado por una PRESIDENTA, todo con mayúsculas, porque las representa a ellas, pero también nos representa nosotros, nos representa a todos, a los que estamos de este lado de la frontera y quienes tuvieron que irse, pero dejaron su corazón en México, ella defiende a los grandes grupos empresariales de nuestro país de las amenazas externas, al mismo tiempo que cuida los intereses y representa los anhelos de las clases más desprotegidas de la patria.
Frente a las amenazas, insultos, difamaciones y agresiones de Estados Unidos, la PRESIDENTA Claudia Sheimbaum ha sido respetuosa, firme, inteligente, sobria, determinada y digna, nos hace sentir orgullosos de nuestro país y de nuestra jefa de Estado, nos recuerda que no se requiere prepotencia para defender lo correcto, que no es necesario gritar para decir la verdad y que la inteligencia no se presume, se pone en práctica.
Como dije al principio, hace algunos años era impensable tener en México a una mujer como Jefa de Estado pero pronto aprendimos a tener una PresidentA con “A” y sinceramente, siento que la Comandanta en Jefa de las Fuerzas Armadas de nuestro país, está escribiendo con mayúsculas el titulo de PRESIDENTA.