No hay nada más importante para el desarrollo de una sociedad que la energía, en cualquiera de sus formas, ha ayudado a la humanidad a ser más productivos. Desde la revolución industrial a partir del uso de carbón, los seres humanos hemos incrementado exponencialmente nuestro consumo de energía, siendo los combustibles a base de carbono (gas natural, petróleo y carbón) la principal fuente de energía hasta nuestros días.
Esto ha provocado un desequilibrio en la atmósfera, incrementando la presencia de gases de efecto invernadero que no pueden ser integrados en el ciclo natural de carbón y que han provocado una mayor retención de la energía proveniente del sol, ocasionando o acelerando los cambios climáticos que comenzamos a padecer cada día más.
Se han buscado muchas alternativas para disminuir estos efectos, empleando fuentes renovables (sol, viento, agua) y la fisión nuclear, que gozó de buena reputación hasta que ocurrió el accidente de Chernóbil, en Ucrania en abril de 1986 y posteriormente en Fukushima en marzo de 2011. La tecnología que pudo evitar la catástrofe de emisiones atmosféricas se convirtió en una tecnología estigmatizada.
Una de las tecnologías en desarrollo, con el mayor potencial para sustituir en gran medida a las fuentes de energía actuales, es la fusión nuclear, que es la unión de dos átomos para formar un tercero y en ese proceso se libera energía. La fusión nuclear promete ser una tecnología limpia, de bajo coste, relativamente asequible y segura, y puede que no esté muy lejos.
En diciembre del año pasado, el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de los Estados Unidos de América, anunció un hito que parecía muy lejano, logró obtener un balance positivo de energía en un experimento de fusión, es decir, obtuvieron más energía de la necesaria para realizar el proceso. Para entender la fusión en términos simples, y para dimensionar el logro, los investigadores lograron reproducir una estrella a escala.
Han pasado 8 meses desde ese anuncio y esta semana han anunciado nuevamente otro experimento exitoso y con rendimientos energéticos mejores que la ocasión anterior. Aún hay camino por recorrer, el escalamiento de un proceso tan complejo puede llevar varios años aún, pero hay que plantearse varias cosas.
Sin lugar a dudas el esfuerzo e inversión para el desarrollo de la tecnología han sido colosales y el lucro de la tecnología parece justo, sin embargo, dada la emergencia climática que afecta a todo el planeta por igual ¿Debería esta tecnología ser de libre acceso para las naciones? ¿Los conflictos o rivalidades entre naciones se deberían dejar a un lado para implementar masivamente esta tecnología lo más pronto posible?
Usar esta tecnología como arma geopolítica, puede ser catastrófica para todos, y la cordura no es un rasgo que destaque en las naciones más poderosas, la emergencia existe y la solución cada día está más cerca. Sociedades y gobiernos deberemos estar a la altura por el bien de todos.