El 2006 representó en Chile un nuevo despertar político originado desde sus ciudadanos más jóvenes, quienes a partir de la demanda de una educación gratuita y de calidad esparcieron la semilla de una necesaria reconcientización social que durante la concertación parecía haberse adormecido en pro de una esperanza reivindicadora.
Pero la alegría no llegó. Y los chilenos volvieron a tomar las calles, ese espacio que les pertenecía, desde y por el que lucharon en tiempos de la dictadura. A la demanda por una mejor educación, se aunaron todas las inconformidades y necesidades sociales no satisfechas durante el periodo de la “democracia”.
Felizmente este re-despertar político vino acompañado de una de las expresiones chilenas más arraigadas a su identidad combativa –o al menos esa es la percepción que desde el exterior se tiene- y que en sí misma llega a constituir un campo aparte dentro de la lucha social chilena: la gráfica política.
Afiches, stencils, pegotes, carteles, graffitis, volantes, serigrafía, folletos, papelógrafos, grabados, murales, en diferentes soportes y con los más variados materiales han logrado convertir las calles de Santiago en verdaderas galerías de contenido social.
En este contexto de comunicación gráfica resalta un colectivo que heredero del trabajo plástico chileno en los 70, reformula las composiciones y formatos para dar lugar a una valiosa producción que logra empatar el arte con la lucha social: El taller de serigrafía instantánea, proyecto que desde 2009 se dedica a la realización de talleres itinerantes, autogestionados y para el público en general, cuyo principal objetivo es la colectivización de la técnica serigráfica. Así, mediante la impresión de diseños, comparten el conocimiento que tanto ha costado a ellos –dados los absurdos costos de educación superior en Chile- y procurando reducir los precios del proceso, enseñan al común de la población una destreza que bien puede servir como medio de autoempleo, o incluso llegar a ser una catarsis de un estilo de vida opresor, neoliberal e intolerante.
La otra línea que acompaña a la rama pedagógica del colectivo es su participación activa en las protestas sociales, ya sea estampando playeras con diseños y consignas en cualquier esquina o plaza de la ciudad, o armados con escoba, pegamento, carrito de super, overoles y los más bellos carteles elaborados por ellos mismos y que contienen los legítimos reclamos sociales, la memoria presente, la lucha continua. Las calles de tapizan de conciencia.
Este noble proyecto fue convocado y es dirigido por César Vallejo Leal, diseñador gráfico chileno, quien encontró en su carrera una herramienta de apoyo a los movimientos de resistencia y a las causas sociales. Son doce los miembros que desde abril de 2013 conforman formalmente este colectivo multidisciplinar que se definen a sí mismos como comunicadores, y han adoptado la función de canalizar los mensajes sociales llevándolos nuevamente a las calles, a la vista de todos, irrumpiendo en la cotidianidad del chileno.
Afortunadamente su labor ha sido reconocida a lo largo de su país y han estado presentes en el Encuentro Interamericano de Diseño en Palermo, el 5º Encuentro de Muralismo y Arte Público en Godoy Cruz en 2013, en más de 20 Marchas por la Educación, Marcha de El Día del Trabajador, Marcha por la Igualdad, Bicipaseos Patrimoniales; Cicletadas del Primer Martes del Movimiento Furiosos Ciclistas, Acto Día del Joven Combatiente USACH, primera Feria de Arte y Política Mapuche, Día Internacional de Detenido Desaparecido, Carnaval Mil Tambores de Valparaíso, Fiesta del Roto Chileno en el Barrio Yungay, Protestas contra Planta Faenadora de Agrosuper en Freirina, Cumbre de los Pueblos en Río de Janeiro 2012, etc.
No firman sus gráficos en pro de una política de anonimato por la cual dejan que el pueblo se apropie de su trabajo, pero si se arriesgan a ser multados o amenazados por los carabineros locales, al momento de intervenir en las calles y plasmar su estampa en nombre de todos aquellos con un poquito de conciencia. Un gran ejemplo de compromiso, esperanza, acción estética, esfuerzo desinteresado, dedicación y resistencia, no sólo para Chile, sino para toda Latinoamérica. ■
Mucha falta hacen proyectos como éste en México.
¡Admirable Taller de Serigrafía Instantánea!