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domingo, 20 abril, 2025
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La máquina de escribir no tiene comillas I

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Por: ALBERTO VÉLEZ RODRÍGUEZ • ROLANDO ALVARADO • admin-zenda • Admin •

La versión castellana del libro “Black Body Theory and the Quantum Discontinuity 1894-1912” (primera edición 1978, Oxford University Press, segunda edición 1987, University of Chicago Press), se hizo de la primera edición y apareció en 1980 como “La teoría del cuerpo negro y la discontinuidad cuántica, 1894-1912” bajo el sello de Alianza Editorial. En la página 203 el traductor, Miguel Paredes Larrucea, escribió: “Einstein elabora luego, para sistemas de esta especie tan general, una serie de teoremas de los que la teoría de los gases no había tenido especial necesidad, pero que son precisos para pasar a una mecánica estadística o termodinámica estadística de aplicación más amplia; en concreto obtiene expresiones para aquellas magnitudes que han de corresponderse con la temperatura, la entropía y la probabilidad de un estado, y lo hace en términos de las funciones y E. (En la teoría de los gases podía definirse la temperatura recurriendo al termómetro del gas ideal , siguiéndose luego de ahí una expresión para la entropía). Está claro que estos son los elementos conceptuales de más flagrante ausencia en el estudio que hace Planck del problema de cuerpo negro”. Ahora bien, Leopoldo García-Colín, doctor en física por la Universidad de Maryland, miembro de El Colegio Nacional, profesor distinguido de la UAM-I, miembro emérito del SNI y autor de unas “Obras” publicadas por El Colegio Nacional que abarcan, hasta donde sabemos, 7 volúmenes, expuso, en la página 71 de “La naturaleza estadística de la teoría de los cuantos” (primera edición de 1985 UAM-I, segunda edición de 2004 por El Colegio Nacional)  de su autoría, lo siguiente: “Luego elabora para sistemas de esa especie tan general una serie de teoremas de los que la teoría de los gases no había tenido especial necesidad, pero que son precisos para pasar a una mecánica o termodinámica estadística de aplicación más amplia. En concreto, obtiene expresiones para aquellas magnitudes que han de corresponder a la temperatura, la entropía y la probabilidad de un estado, y lo hace en términos de las funciones y E. Está claro que esos son los elementos de más flagrante ausencia en el estudio que hace Planck del cuerpo negro”. Podemos notar que la segunda cita es una variante casi idéntica de la primera. Se omiten algunos nombres, se cambia la puntuación ligeramente, se usa “esos” en lugar de “estos”, pero son muy similares. Y el texto que le sigue es así: una variante apenas distinguible del original de Kuhn hasta la página 77. En el párrafo previo al texto referido de García-Colín se citan dos referencias, una es el libro de Kuhn, la otra es un artículo de M. J. Klein, pero no aclara que lo que leeremos a continuación es una cita, casi textual, del libro de Kuhn. “Plagio”, nos dice el diccionario, es “Copiar en los sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. Así que tenemos un plagio. Durante los últimos años se han denunciado varios casos de plagio cometido por miembros del SNI; e.g.: Cuauhtémoc Calderón Villareal (nivel III), Rodrigo Núñez Arancibia (Nivel I, PROMEP), Juan Antonio Pascual Gay (Nivel III, cuñado de Felipe Calderón), Boris Berenzon Gorn (Nivel II). El caso de Núñez Arancibia aparece detallado en un artículo de la revista Nexos de julio de 2015: “El extraño caso del pirata Arancibia”. En estos casos el plagio tuvo lugar bajo dos condiciones: 1.- el poder que ejerce un asesor de tesis sobre sus estudiantes y la incompetencia de las autoridades de las universidades para investigar denuncias de estudiantes, 2.- la ausencia de lecturas en otros idiomas de los árbitros de revistas y libros (Núñez Arancibia publicaba como propios artículos y capítulos que traducía del inglés).El plagio se da incluso por las mismas autoridades universitarias ante la incapacidad que tienen para generar proyectos creíbles, y aquí conviene recordar que el Grupo Universidad, en la UAZ, expuso como propio el proyecto “UAZ Siglo XXI” sin reconocer adecuadamente a la autora (Raquel Jiménez Díaz) y al centro académico donde se desarrolló (el Centro de Estudios Multidisciplinarios de la UAZ). El plagio es, sin embargo, la punta del iceberg de la corrupción académica, que adopta muchas formas, algunas de ellas indetectables. Enumeremos unas pocas: 1.- firmar artículos sin escribirlos ni haber contribuido a ellos, 2.- ejercer becas sin cumplir los requisitos necesarios, 3.-encubrir plagiarios, 4.- utilizar las posiciones de autoridad para firmar artículos y libros sin haber contribuido a ellos o para beneficiar amigos y familiares, 5.-ejercer descargas del trabajo cotidiano para estudiar maestrías y doctorados y no cumplir 6.- no ejecutar las sanciones correspondientes desde los puestos de autoridad contra los corruptos académicos, 7.- llenar las formas de los programas federales con fantasías con el explícito propósito de conseguir dinero, 8.- utilizar el dinero de los proyectos para otros fines. Y muchas otras que no alcanzamos a pergeñar. De hecho la corrupción académica es posible por la complicidad de las autoridades y la alta incapacidad de los académicos para mantenerse al día en su campo y leer en varios idiomas.  Pero el problema es más profundo y en el siguiente artículo continuaremos con el tema ■

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