El docente investigador y también responsable de la Maestría en Ingeniería Aplicada con Orientación en Recursos Hidráulicos de la Unidad Académica de Ingeniería I de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Juan Ernesto Ramírez Juárez, en colaboración con los también investigadores del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIUNAM), Francisco J. Cervantes Carrillo y Germán Buitrón Méndez, obtuvieron una patente que otorga el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), gracias al diseño del “Biorreactor anaerobio de membranas con fluidización en remolino”.
El investigador de la BUAZ, Juan Ernesto Ramírez Juárez, explicó que el objetivo era generar un diseño de un reactor que pudiera remover metales pesados y nitratos de efluentes industriales desechados por la propia industria metalúrgica. “Este tipo de sectores dedicados a la producción de metales y aleaciones tienen la problemática de generar efluentes con pH ácido, y que contienen grandes cantidades de metales como hierro, cromo y níquel, y también la presencia de nitratos”.
Considerando lo anterior, el docente universitario aseguró que otro de los propósitos que se tuvo, fue que el efluente tratado, poseyera una calidad para que pudiera ser descargado a aguas nacionales o al drenaje; por lo tanto, se incluye un sistema de filtración con membranas. “El diseño busca que las membranas no se tapen, en esta invención funcionan bastante bien, se tiene la problemática de que se llegan a tapar por acumulación de sólidos en la superficie, de tal manera que, con este reactor, se remueven los sólidos que se forman y siguen teniendo su capacidad de filtración. Todo con la intención de remover contaminantes, recuperarlos y dar un efluente con una buena calidad para que pueda ser descargado sin ningún problema”.
Sobre el futuro de este “Biorreactor anaerobio de membranas con fluidización en remolino”, Juan Ernesto Ramírez Juárez comentó que también tiene un impacto en el tema del tratamiento de las aguas residuales domésticas, potables o industriales, donde se lleva un enfoque de economía circular, es decir, que los contaminantes no se sigan viendo como contaminantes, sino como productos que pueden tener algún valor agregado.
Manifestó que en el caso de los efluentes industriales que contienen metales pesados, lo que se ha hecho es que, de los metales recuperados, se probaron en la degradación de fármacos, como aquellos que fueron usados en la pandemia por Covid como el ribavirin y tenofovir, que al no ser asimilados por el cuerpo eran desechados a las aguas residuales, y, por consecuencia, se pudiera generar la contaminación de los mantos acuíferos.
Finalmente, el docente subrayó que el tratamiento de las aguas domésticas, potables e industriales es un campo muy amplio, el cual conlleva una gran cantidad de especialistas, y el cual, está creciendo dadas las necesidades del recurso hídrico.