11.9 C
Zacatecas
viernes, 29 marzo, 2024
spot_img

Tere Velázquez Navarrete / Las mujeres de mi vida

Más Leídas

- Publicidad -

Por: Tere Velázquez Navarrete •

La Gualdra 469 / 8M2021 / Mujeres en la cultura

- Publicidad -

 

La equidad, la igualdad y el respeto, empiezan en casa. Me consta. Tres mujeres me definieron. Las celebro. Mis abuelas y mi madre explican por qué soy la mujer que soy. Por distintas circunstancias, quizá sin saberlo, ellas colaboraron a romper el pacto patriarcal, lo cual les agradezco siempre.

Mi abuela materna quedó sola muy joven. Sus hermanos fueron muertos durante la revolución, en distintas batallas y su única hermana fue alcanzada por una bala perdida. Rosa Zavala, que así se llamaba, quedó sola y sola enfrentó al mundo.

Mi abuela paterna, Eleuteria Campos, supo cuándo agarrar rumbo al norte a buscar fortuna, y cuándo regresar al no encontrar el sueño americano. Allá nació mi padre, en Phoenix. La abuela se opuso terminantemente a que fuera zapatero como mi abuelo y tampoco quería que fuera cantante, lo que él más anhelaba. Bernardino no fue ni una ni otra cosa. La abuela fue determinante, para bien o para mal.

María Ignacia, madre de siete, asumió riendas tal como había aprendido. A mi padre le vino bien siempre una mujer con tanta determinación, de gran carácter -como su madre- con la que vivió 56 años, diez meses y  30 días. Él llevaba esa cuenta, y él sabía bien por qué. Con ella formó una familia en la que todos aprendimos y colaboramos sin distingos. Entre Velázquez Navarrete nunca hubo un “sírvele a tu hermano”; jamás “primero los hombres”; y ni esperanzas de que solamente nos encargáramos de los quehaceres domésticos las mujeres. Ahí hubo siempre piso parejo.

Mis abuelos, mi padre y mis hermanos, tuvieron la fortuna de vivir su masculinidad poderosa, respetando a las mujeres, escuchándolas, entendiéndolas, haciendo equipo con ellas.

Los Velázquez Navarrete somos siete hermanos con familias estables, donde replicamos un modelo colaborativo, donde nadie es más que nadie; donde se asumen responsabilidades en aras de sacar adelante a cada familia, con buen trato y respetando las diferencias.

Así que cuando por estas fechas me preguntan si he sentido alguna vez que por ser mujer se me niega algo, recuerdo que soy quien soy gracias a tres mujeres de mi vida que mostraron con ejemplos cotidianos que la decisión y la fortaleza está en nosotras mismas.

Por eso es importante abonar a la cultura de la equidad con justicia y empezar a practicarla en casa, rompiendo la organización patriarcal. Empecemos en casa.

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_469

 

 

- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -