El lancasterismo fue un movimiento pedagógico que llegó a México con la consumación de la Independencia. Como todo movimiento, representó una moda educativa más cuyo impacto y alcances estuvieron limitados por las condiciones sociales en que se aplicó. No fue muy exitoso, pues a lo largo del siglo 19 se siguió enseñando con el método antiguo. El método lancasteriano hizo su arribo a Zacatecas con la apertura de la Escuela Normal La Constitución en 1826 y 1827 (años de decreto de creación y apertura respectivamente), que también se le conoció como Normal Lancasteriana. Su primer director fue José Hidalgo de Ortega, siendo quien introdujo en Zacatecas el método lancasteriano. Le robó ese honor a Ignacio Montero con quien se tuvieron contactos y se hicieron gestiones para que viniera ha fundar la Normal, pero por razones desconocidas no llegó de la ciudad de México.
En la antología temática Coordinada por Esparza Carvajal Regina y coautores, La Escuela Normal Lancasteriana y su influencia en las bases del Sistema de formación de maestros, los grandes momentos del Normalismo (1986), se menciona que el método de enseñanza mutua fue ideado por el ingles Joseph Lancaster en 1798, quien junto con Andrew Bell lo puso en práctica en la India y en la propia Inglaterra. Consiste en que el director y preceptor a la vez de una escuela, podía tener bajo su responsabilidad a una gran cantidad de niños a los que se instruía con el apoyo de un auxiliar y los alumnos más sobresalientes a los que se conocía como instructores o monitores. El secreto del método consistía en que se dividía al numeroso grupo en subgrupos. Estos se integraban en “semicírculos” de diez, los que bajo la dirección de los instructores repasaban la práctica de la lectura deletreando, silabeando o leyendo palabras o frases según el nivel de avance de cada alumno. También recurriendo a la memorización se repetían las tablas de sumar y multiplicar. El método lancasteriano que se convirtió en toda una moda desde su aparición, contribuyó a la masificación de la instrucción pública. En nuestro país durante la primera mitad del siglo 19 fue el sistema de enseñanza dominante. Gracias a las ventajas que tenía, sobre todo de tipo económico, propicio el establecimiento de una gran cantidad de escuelas en muchos lugares. El parecer fue el maestro Andrés González Millán el primero del que se tienen noticias que utilizó el método en cuestión, cuando en 1819 demandó ayuda al ayuntamiento de la ciudad de México para instruir a algunos discípulos en el nuevo método.
Entre los personajes del periodo del federalismo radical zacatecano que abrazaron la moda educativa lancasteriana en su papel de funcionario se encuentra el C. Pedro Ramírez, que entre otros de los cargos públicos que ocuparía sería el de diputado del Congreso local. Siendo a la vez un sobresaliente miembro de la clase o élite política, desempeñaría un papel destacado en los asuntos educativos y en la política zacatecana. Además de presidente de la Junta Subdirectora de Instrucción Primaria (algo parecido a la SEC o a la actual Seduzac), nombrado en 1825, sería el escogido siete años después del Gobernador Francisco García, quien lo designó presidente de la JDEP (Junta Directiva de Enseñanza Pública. La JDEP se creó para observar la aplicación la Ley General de Enseñanza Pública (LGEP) de 1831, que entre otros sus rasgos o bases generales fijó que la que la primera enseñanza impartida por el Estado sería obligatoria, gratuita y uniforme a través del método de enseñanza mutua o lancasteriano. Correspondería precisamente a Pedro Ramírez vigilar el trabajo y cumplimiento de la Contrata que firmó Gobierno del Estado con Ignacio Ribott al momento de hacerse cargo de la dirección de la Escuela Normal y que entre los puntos que debería de cumplir estaba el de redactar un método para el arreglo y operación de las escuelas de primeras letras. Cometido con el que Ribott cumplió con creces por medio de un manual conocido como Reglamento del Sistema de Enseñanza Mutua u Opúsculo de Ribott, documento que se ocupa de los aspectos organizativos y didácticos con el que deberían trabajar las escuelas primarias desde su establecimiento, pasando por los ramos o materias de enseñanza y horario de trabajo, además del método con que se debería enseñar. Sobre este reglamento u opúsculo hablaremos en entregas posteriores. ■
