He comenzado a escribir este artículo “a mitad de la cosa”, adelantando el bordado de las ideas del texto; mañana tenemos todo el día saturado de actividades, apenas tendré tiempo para agregar algunas líneas y enviarlo. Viernes 7, por la noche. Ha terminado el primer día de trabajo, como antecedente les comento, que las 10 organizaciones presentes, comprometidas con la paz con justicia (y, la democracia real ya), fijamos en una primera reunión, en octubre de 2013, una agenda en torno a un hilo conductor: el acompañamiento a las familias-víctimas en la búsqueda de las personas desparecidas, haciéndonos cargo, en la medida en que es eso posible, dadas nuestras limitaciones, de las múltiples -y complejas- remisiones de la aún sangrante tragedia hacia el conjunto de la sociedad que somos (considerada globalmente), a nuestro dolor/país. En el inter, una entrevista de un reportero de Proceso, que recabo opiniones de todos, con los que escribirá un artículo para el próximo número, el mismo día que salen estas líneas en Zacatecas.
Después de la presentación habitual, y de la revisión del orden del día propuesto. Pasamos a dar cuenta del cumplimiento de los acuerdos de octubre, relacionados con las acciones del Día Internacional de los derechos de la Infancia, y de la no violencia hacia las mujeres (y una tercera sobre el Día Internacional de los Derechos Humanos). Es de verdad estimulante, ver la forma en que las solidaridades imaginantes se han activado, como se genera el conocimiento compartido y la creatividad distribuida.
El segundo punto, fue compartir en breves intervenciones de 15 minutos, una semblanza o caracterización de las realidades locales, con respecto al tema de las desapariciones (forzadas o involuntarias). Este único punto daría para varios artículos. De Michoacán, sobre el tema de las autodefensas y de las guardias comunitarias, que, por sus derivaciones multidimensionales, incluyendo la geográfica -o territorial-, nos afecta a todos. Para ello, es necesario diferenciar dentro de cada una de estos movimientos sociales, cuestiones relacionadas con sus orígenes, y también, clarificando lo que –efectivamente- defienden. Configurando ese mosaico, estarían Cherán, y su defensa de la riqueza forestal, propiedad comunal, que los “talamontes” expropian con violencia. Osula y los problemas vinculados a la minería, el “oro verde” (aguacate) en la región de Uruapan a Tancítaro, donde las autodefensas, se han convertido en una respuesta, sobre la que es fundamental reflexionar colectivamente, Aquila, etc., etc.
Quisiera, dedicar lo que resta de estas líneas (de no más de 800 palabras), a nuestra presentación. Primero, la exposición de motivos, y la historia, de Zacatecanos por la Paz. En la segunda parte, abordamos el panorama. De una solicitud a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Zacatecas, para pedir su autorización y realizar algunas entrevistas para un breve informe sobre el tema, en donde nos canalizaron con el subprocurador de Derechos Humanos. Mientras esperamos la cita, nos dimos a la tarea de analizar la información disponible en la página web de la PGJEZ, sobre las personas desaparecidas. Ateniéndonos exclusivamente a lo que está en esa fuente, encontramos los siguientes datos:
Desde 1992, con un solo caso reportado, y de 1995, y 1997, otros dos), las series estadísticamente significativas, pueden agruparse por sexenios, con Ricardo Monreal, se registran 5 casos de desapariciones, con Amalia García 101 casos, y con Miguel Alonso en los dos años registrados: septiembre de 2010, y 2011, (75 casos). Ojo, no hay datos de desparecidos de 2012 y 2013. En suma, el total es de 197 desparecidos, de los cuales 168 son hombres, y 25 son mujeres. (2 no identificados). La mayoría de los hombres desaparecidos, están entre los 18 y 49 años, mientras de las mujeres desaparecidas, sobresale el grupo más joven de 13 a 17 años, y de 14 a 29 años. Un segundo dato significativo de la misma fuente (web de la PGJEZ), es la diferencia existente entre la fecha de la desaparición y la fecha de inicio de la averiguación previa, aquí encontramos, que casi todos los casos (estadísticamente, la mediana) se tardaron 36 días en iniciar la averiguación. Solamente 15 casos, lo hicieron dentro de los 3 primeros días.
Finalmente, debido a la falta de datos sobre las desapariciones de 2012 y de 2013, quisimos aproximarnos por otra vía, para formular algunas hipótesis, tomamos la cifra de homicidios de los resultados preliminares del Inegi de 2012, y encontramos la siguiente: del 2004 al 2007, la cifra de homicidios es menor a 100, en 2009 suben a 131, y llegan a 143, en 2010, pero se duplica esa cifra a 290 homicidios en 2011, y sigue creciendo, hasta llegar a 464 homicidios en 2012. Como podemos analizar otras fuentes de información, y exponer los resultados del evento en Monterey. ■