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jueves, 28 marzo, 2024
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Fernando ‘Pino Solanas’, el cine de los poetas

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

La Gualdra / Cine

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Fernando Pino Solanas (director argentino nacido en 1936) fue un representante, líder, del cine nuevo latinoamericano; de ese cine utilizado como herramienta de propaganda contra las dictaduras impuestas en los países latinoamericanos desde los años 60. Él mismo fue exiliado y acosado. En la edición 68 Festival de Cannes se le rindió un homenaje y se proyectó su filme Sur con el que ganara la mejor dirección en el dicho festival en su edición de 1988.

Pino Solanas falleció la noche de este 6 de noviembre en París a causa del Covid-19. El mes de mayo de 2015 nos dio una entrevista durante el Festival de Cannes y ahora la compartimos con ustedes (1).

Carlos Belmonte Grey: Hablemos de usted y el cine francés…

Fernando Solanas: Estuve con La hora de los hornos en el 69 en la Semana de la Crítica. Luego fueron Los hijos de Fierro año 72 en plena dictadura. Los hijos de Fierro es mi primera película de ficción, todavía en blanco y negro; es una película que me gusta muchísimo, estuvo en la abertura de la Semana de la Crítica; y en el año 80 estuvo en la Selección del Filme Francés, porque yo pase acá casi 9 años de exilio. Hice una película documental para el año internacional de los handicaps, de los lisiados, La mirada de los otros, un documental de una hora cuarenta que se exhibió en todas las televisoras europeas, estuvo en la selección de cine francés acá en Cannes. Y después El viaje, en 1992.

CBG: ¿Cuántas son, entonces?

FS: Olvidé El sur. Entonces son: La hora de los hornos, Los hijos de Fierro, La mirada de los otros, Sur, El viaje. Cinco películas en Cannes.

CBG: Se podría contar una sexta, una especie de reloaded con Sur en este año. Por el homenaje que Cannes le hace…

FS: Bueno, he venido muchas veces. Cannes me ha tratado siempre muy bien…

CBG: Y el coffret con todas sus películas…

FS: Sí bueno, se juntan muchas cosas. No son todas, es un coffret con mis ocho principales películas. Es algo que hace un año venimos preparando. Pasar a alta definición es todo un logro, estas películas son viejas. Formato 1:66 panorámico. Formato para la televisión cuadrada.

CBG: Se distorsionarán con la reedición de la alta definición…

FS: Una lástima. No es lo mismo. Para poder pasar del formato al del 69 tienen que hacer procedimientos que achican el cuadro. Entonces se le achica profundidad al campo. Y yo adoro la profundidad del campo. En todas mis películas yo filmo con grandes angulares. Una necesidad de tener el entorno presente. Entonces al achicarse el cuadro hay menos posibilidad de campo, hay menos fuga. Yo busco siempre la fuga. Y busco siempre contar con lo que está atrás, o con lo que está a los costados, que es lo que generalmente se ve poco. Yo uso mucho los grandes angulares.

CBG. Y aceptó que le cambiarán todos los formatos a pesar de esto…

FS: Noooo, pero eso sólo lo ven los especialistas. El espectador lo que sigue es la historia. Eso fue un trabajo enorme y muy costoso, porque es muy difícil hacerlo y por eso sale la edición ahora. Y pronto saldrá otra, un complemento con todos los making off. Yo hice making off de todas las películas. Incluso algunos que son muy divertidos y largos. El making off de La hora de los hornos, otro de Tangos, Exilio de Gardel. Fueron historias, películas muy complejas para filmar.

CBG: Y si yo le pregunto, le doy algunas ideas y usted me va diciendo qué le traen a la memoria. Por ejemplo, Eduardo Galeano…

FS: Mucho. Me dice las mismas causas que yo, es un contemporáneo mío. Un amigo del alma. Mi primera película, La hora de los hornos, es un fresco que Eduardo adoró; poco tiempo después salió Las venas abiertas de América Latina. Si yo hubiera seguido esas líneas, es decir, ese libro, lo hubiera podido haber filmado yo, no escrito, porque Eduardo era un poeta. No, un grande, una gran pena…

CBG: Quino…

FS: Bueno también, en otro registro de cómo con el dibujo y la comedia se puede revelar el mundo. Noooo… un clásico. Menos lo conozco a Quino, hemos vivido siempre un poco cruzados.

CBG: El cine nuevo brasileño…

FS: Bueno, también. Mis colegas, todo lo que yo hice fue prácticamente en paralelo al cine nuevo. Yo fui amigo de toda esa gente. De Rocha. Los más amigos fueron Nelson Pereira Dos Santos, Joaquín Pedro de Andrade… él venía a Buenos Aires y se quedaba en mi casa.

CBG: ¿Cuántos años tiene usted?

FS: Tengo 78, te digo, son todos de mi generación. Bueno, más viejos. Nelson es de la generación de García Márquez.

CBG: Tomás Gutiérrez Alea…

FS: Más o menos lo mismo que los otros. MI generación. Memorias del subdesarrollo estuvo en el mismo festival que la primera película mía que fue La hora de los hornos. Era el festival de Pesaro de 1968. El año de la revuelta. Todos son mi generación. Muy amigos míos.

CBG: Sólo le pregunto de algunos más. Raymundo Gleyzer…

FS: También Raymundo muy amigo, y además él colaboró conmigo en La hora de los hornos, fue uno de mis camera-man. Raymundo hizo México la revolución congelada (1973).

CBG: Jorge Sanjinés…

FS: Noooo, también muy amigo. Salía más o menos con las mismas películas. Creo que la primera de él fue Sangre de cóndor. Muy amigo porque él venía a Buenos Aires, no había laboratorio en Bolivia y venía acá. Los que están vivos son Littin, Jorge Sanjinés y Pereira dos Santos.

CBG: Y Paul Leduc.

FS: Mira vos. Un grande Paul, menos compañeros por las distancias largas.

CBG: De todos ellos ¿hay alguno que usted sienta fue menos fiel a la ideología del grupo de cine nuevo e independiente?

FS: Lo más interesante del cine es la pluralidad. Sería espantoso que todos tuvieran la misma mirada o encararan el cine de la misma manera.

CBG: Pero había algunos más o menos comprometidos políticamente…

FS: Sí, por supuesto que los hubo. Pero lo importante de un director de cine es que sea un gran director de cine. Lo otro puede ser un mejor o peor ciudadano, más comprometido o menos comprometido. Que no quita que sea un gran artista. Yo eso siempre lo he tenido muy claro. Está el artista y está el ciudadano. Tú puedes ser un gran ciudadano y cirujano y ser un carnicero con el bisturí. Hay gente que es carnicera con la cámara.

CBG: ¿Quiénes son carniceros con la cámara?

FS: No, no, no, no voy a dar nombres. [Risas] Mira, el uno o dos por ciento de las películas que se hacen son interesantes de verlas. El resto son remakes, ya las viste.

CBG: ¿Qué o cuál es una película interesante?

FS: Las de Akira Kurosawa, o de Orson Welles, por ejemplo. No todo director de cine hace todas buenas películas. Welles tuvo una, dos o tres que siempre están en la grilla de las mejores películas de cine, y otras no tanto; hablamos de un súper grande, vemos que en él hay un gran director de teatro, un gran director de actores y un gran artista plástico. Igual que Fellini. Él era un gran artista plástico, un gran director de cine de ficción. El cine es arte en movimiento. Empecemos por ahí, no es información. La información está en la televisión. En la televisión es el diálogo en un escenario que no se cambia. Con panorámicas que van de un lado para el otro. Y ése es el cine que se ha impuesto, muy pragmático. Esa estructura llevada al cine está mechada con entremeses, con coches que van y vienen. Pero la estructura es la misma. Para mí el cine es otra cosa: la imagen no debe de ser un fondo. Es toda una estructura que debe de expresar. Yo adoro el cine mudo. El cine mudo debe ser la base para distinguir el cine de la televisión. El cine mudo soviético. Si tengo tiempo voy a hacer una película muda.

CBG: De los jóvenes directores ¿quién le gusta?

FS: Te voy a decir, desde hace tiempo la política hace parte de mi vida, y desde hace años que veo poco cine. Sábado y domingo no tengo ganas de salir de casa. Actualmente veo poco. Por supuesto que hay grandes directores. Recuérdame nombres…

CBG: Pablo Larraín…

FS: No he visto nada.

CBG: Carlos Reygadas…

FS: Bueno no he visto todas sus películas porque llegan pocas películas de, digamos, autores independientes que se salen de la norma. Él es un artista visual. El cine es arte plástico en movimiento. Y a veces puede tener una escena dialogada. Funciona como un relato en off. Reygadas… ahí tenés un buen ejemplo. Tiene un cine propio, con identidad. Sus películas son de él. No hay que buscar la perfección, ésa la pudo buscar Fellini o Bergman que trabajaban en el estudio y tenían con qué filmar dos semanas o más. Yo los vi filmar a ellos. El cine de los poetas, o el que hace el cine de la poesía, es el cine de la poesía sin presupuesto. Un director como Reygadas o cualquiera de nosotros, es sin presupuesto.

Ellos son autores, son excepciones. Pero en general los autores son escritores y productores. Los autores ponemos la casa de garantía y todos tus bienes porque sos el productor de la película, pero no porque querés. Mirá, flaco, se acabó el rodaje, no podemos pagar ni una hora más. Hoy en día, un equipo de rodaje, por una hora más vale 50 o 100 mil dólares más, y no tenés presupuesto para eso. El autor que trabaja con un presupuesto muy chiquito tiene que sacrificar cosas y le reza al papa Francisco todas las mañanas… porque tú no puedes saber cómo van a estar tus actores el día siguiente en la mañana, en día 17 o 25, o 28 de rodaje, “que no lo pudieron levantar”, cómo, pues no, se tomó una botella entera de whisky… Las películas nuestras son sólo lo que pudieron ser. Entendés. No se hizo todo lo que el director tenía en la cabeza. Las películas de Reygadas o cualquiera de los jóvenes directores que no se han americanizado… americanizado quiere decir que no estaban en la grilla del cine de suspenso, de causa y efecto del cine americano, que lo detesto. Me entiendes. Cuando yo me refiero a cine americano es a ése que no tiene identidad, que no sabes quién lo filmó, todos filman bien, son muy buenos profesionales y técnicos. Por ejemplo Coppola, que ha hecho una de las sagas más increíbles del cine mundial, pero filma como un italiano, no como un americano. Gran interpretación, juegos del silencio y de la música. Los hermanos Coen son excelentes.

CBG: Y los mexicanos emigrados, Iñárritu, del Toro, Cuarón…

FS: No los he visto todos, pero muchos están muy picados con la furia americana, con el complacer del mercado. No, te digo que son gente de talento, no hay duda. Pero hay otros como Reygadas… y no las he visto todas, digo las últimas no he tenido tiempo, pero vi las primeras y me han impactado mucho. El tipo hace lo suyo. Se caga en el resto.

CBG: Y para terminar, ¿usted es de los grandes?

FS: ¿Quién lo dice?

CBG: Se lo pregunto, y bueno, también lo pienso.

FS: Bueno, he hecho algunas buenas películas, pero en esas condiciones que te estoy diciendo. Nunca tuve condiciones para filmar tranquilo. Mi primera película la hice a las escondidas con una dictadura detrás. La segunda igual. Tangos la filmé después de diez años de exilio sin filmar. Fue la primera película que filmé mejor, igual que Sur. Pero las filmé siendo yo el productor, productor mayoritario. Por ejemplo, de entrada la que iba a ser la protagonista Charo López, española, no se presentó al rodaje; yo tenía 10 actores argentinos en París, y ella vino y me dijo que no había terminado su película anterior. Yo protesté y dijo: “Bueno que me hagan juicio pero no lo van a ganar”. Y efectivamente, en la época yo era amigo de Elías Querejeta, el productor español, lo fue de Saura y de varias de la época de Franco, y me dijo: “No, Pino, no lo vas a ganar”. Quebró mi sociedad de producción francesa. Porque durante 15 días estuve pagando todo un equipo de producción sin poder filmar, y estuve buscando como loco una actriz por toda Europa, y finalmente apareció Marie Laforêt para hacer el rol de la protagonista. No, todo eso me estresa.

El cine me ha costado varios infartos. En Sur el coproductor me habló 15 días antes, me comunicó que no iba a poder hacerlo, pero ¡cómo si hasta ayer todo iba bien!, que no iba a poder poner el 30 por ciento que había dicho. Yo había firmado 71 contratos. Tuve un infarto que me costó las 2/3 partes del riñón derecho.

Y después tuve un infarto en La Nube, ahí también productor y director. Siempre lo mismo. Eso es un infierno. A pesar de eso las pude hacer. Terminar el rodaje y tener que discutir problemas de producción. Por eso ya no hice más largometrajes de ficción. El último fue La nube en 98 y 99. Una pena porque tengo 3 o 4 proyectos de ficción.

CBG: ¿Qué va a hacer entre la política y el cine?

FS: No, yo creo mi parte de política está acabando. Ya hice mi contribución, no soy eterno. No podría hacerlo como productor, sería mi muerte, lo haría si es un arte de placer, pero siempre es una angustia. Filmar unas películas es un combate conmigo mismo. Y con los actores, y con Dios, porque no sabes cómo estará el tiempo, los actores, la luz. Ahora me debería tocar la no preocupación, o el placer. En todas las películas hay escenas que no recuerda nadie, pero son intermedios, pero hay otras que son la película y no depende sólo de vos. Ahora, si haces un cine en donde por sí la imagen tiene mucha fuerza poética, poética en el sentido de arte, como Reygadas, un cielo grande, para mí hay que hacer ese cine, el cine de los poetas…

 

 

1. La Gualdra No. 201, 8 de junio de 2015. https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-201

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