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martes, 22 abril, 2025
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Educar para la transformación social; utopía o realidad

■ Es muy cierto que la educación no es la palanca de la transformación social, pero sin ella esa transformación no se produce Paulo Freire

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

A cinco años de haberse instaurado el gobierno que se hace llamar de la transformación, sí ha habido cambios en el sistema educativo, lamentablemente todavía no alcanza la categoría de transformación. La Secretaría de Educación Pública (SEP), convocó a maestros para que coadyuvaran en el proceso de elaboración de los libros de texto, esto fue algo así como dar palos de ciego puesto que no existían ni planes ni programas de estudio definidos o institucionalizados; se dijo que lo que predominaría en este proceso serían los principios de la pedagogía crítica, por supuesto que, los docenes que participaron en la elaboración de dichos libros, no mostraron sesgos significativos en el contenido de los mismos. En tanto que los planes y programas de estudio que se elaboraron, mostraron una identidad con un modelo educativo modular, mismo que se implementó en México por primera vez en los años 70. En esa misma década, el revolucionario José de Molina externó que la reforma educativa implementada era como “curar un cáncer poniendo solo una lavativa”. 

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En asambleas estatales se dieron a conocer las propuestas tanto de los planes y programas de estudio, así como de los libros de texto, de igual manera, se expuso lo se llamó “Marco Curricular”, el sustento y/o justificación era una crítica a los proyectos educativos de sexenios anteriores, se dijo que la política neoliberal fue la causante de la crisis educativa que, incluso, hoy día se sigue viviendo. Consecuencia de estas acciones, se espera que el actual sistema educativo deje de lado esas prácticas tecnócratas y conductistas, así como las evaluaciones estandarizadas y punitivas.

Tomando como referencia los documentos normativos de la “nueva propuesta curricular”, particularmente para la educación básica, se establece que se debería dejar ese tipo de educación tradicionalista dado que no favorece a una transformación social, se plantea la formación de individuos críticos, con responsabilidad social para que, en un futuro puedan ser agentes de cambio. Lamentablemente esto no se ha cumplido a cabalidad puesto que se siguen realizando las mismas prácticas, hay mucho burocratismo y academicismo, los procesos de formación y actualización de los docentes no son los adecuados; de esta manera, difícilmente se podría llegar a esa unidad que tanto se pregona. 

El paradigma educativo peñista, al que pomposamente se le denominaba por “competencias”, centraba su estrategia didáctica en el individualismo, no servía para que se desarrollaran competencias, entendidas estas como la movilización de saberes, era un modelo educativo meramente instruccional. El modelo educativo actual, tiene otra orientación, se pone en juego la colectividad, en contraste con el anterior que se centraba única y exclusivamente en el alumno y la habilidad con que movía sus conocimientos para desarrollar competencias; el actual modelo se centra en la comunidad y, en la solución de problemas sociales; de aquí el porqué la tendencia debería ser de la transformación social. tal vez esto no funcione del todo bien puesto que la propuesta actual es la de romper totalmente con el pasado y, más bien tendría que tenderse un puente para diferenciar el pasado con el presente.

La propuesta educativa actual es la de pasar de la abstracción a la concreción, para ello, el marco referencial no sería el conocimiento, sino el contexto; parafraseo con esto al Dr. Pablo Latapí Sarré (qepd), él aseveró que no es el conocimiento el que hace mejores a los hombres, sino más bien es la utilidad que le dé al conocimiento que cada individuo posea. Entonces, bajo esta lógica se podría afirmar que se legitimaría una nueva pedagogía: “la activa”, esta se centraría en la acción y en la práctica, para ello, se necesitaría que los docentes incursionen en un verdadero proceso de formación y actualización; esto podría ser garantía para la profesionalización.

Con el proyecto de la 4T, de acuerdo a lo planteado para el rubro educativo, lo que pretende la SEP es transformar la sociedad desde la educación básica, no se pretende adaptar a los educandos a la sociedad, sino prepararlos para que sean agentes de transformación social. Tal vez esto pueda dar buenos resultados en la medida en que los docentes desarrollen programas analíticos a partir de considerar los programas indicativos -oficiales-; de esta manera, se construirán proyectos de aula, de escuela y de comunidad.

Los nuevos postulados del modelo educativo actual, haría más complicado el proceso didáctico-pedagógico, no así más difícil, es por ello que se requiere de maestros formados y actualizados, maestros de vocación y convencidos de que su labor es eminentemente social. la educación debe ser comunitaria y contextualizada, plural y diversificada; es por ello que cada maestro educará a sus alumnos de acuerdo a las circunstancias y características del contexto y, al estilo propio en que ejerza la docencia. 

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