Los costos económicos de los procesos electorales en nuestro país son de los más altos del planeta. Pero esos costos en medio de la actual emergencia financiera del estado y, particularmente del municipio de la capital, son francamente una iniquidad. Ya en el proceso de elección constitucional pasado corrió demasiado dinero oficial, legal e ilegal. Y destinar una bolsa de 17 millones adicionales cuando los servicios básicos están en serios problemas, el Centro Histórico se cae literalmente a pedazos, no hay recursos para becas y las deudas crecen, es desde todos los puntos de vista condenable. La pregunta es, ¿los partidos políticos tendrán la suficiente sensibilidad para sintonizar con la molestia ciudadana y tener la prudencia para proponer una salida que evite que se gaste ese dinero? Eso lo veremos en estos días.
La dificultad enorme que tienen todos los partidos (incluyendo al PRI) para designar sus candidatos parece que se convierte en la oportunidad para intentar experiencias políticas novedosas en el municipio de Zacatecas. La oposición está intentando una candidatura de unidad (PT, MC, PRD y PAN), pero no ha sido posible concretar algo; por su parte, el PRI, el partido de la impugnación no ha logrado el consenso sobre la candidatura y el equipo. Esto significa que todos necesitan de una salida decorosa a esto que bien parece el famoso juego de la ‘papa caliente’. Pero decíamos que esa dificultad puede ser justo el motivo de un proceso de innovación. Algunos actores políticos están impulsando la posibilidad de construir un equipo ciudadano que asuma el gobierno municipal del próximo periodo (sólo año y medio) con base en un proyecto que genere cierto consenso. Y sobre esa base, proponer un equipo de perfiles que, igual, hagan consenso. En circunstancias normales esta propuesta es sencillamente una locura. Pero en la actual situación atípica en la que nos encontramos, deja de ser locura y pasa a ser prudencia. Es decir, posibilidad. Las buenas cosas en la política y en la historia están llenas de paradojas. Este es uno de los casos: dificultades enormes convertidas en oportunidades de innovación.
Y como todo en la política, no hay certezas ni ciencia dura: es el reino de la posibilidad. Lo interesante es que en todos los partidos está cundiendo esta idea: un gobierno ciudadano sobre la base de ciertos acuerdos programáticos esenciales que, además, sea avalado por (casi) todos los partidos. La situación no puede ser más inédita.
Lo cierto es que el monto económico calculado para la nueva elección resulta no sólo molesto, sino abiertamente impopular. En la pirinola de la política: todos pierden. Además de que las estructuras electorales están desactivadas y se puede prever una amplia abstención que haga el voto aún más caro. Pues en estos días estaremos observando cómo se desarrolla esta trama: la trama de las paradojas que, nos gusta pensar, puede llevar a comportamientos interesantes y benéficos para la ciudad.
