Volvió a ocurrir. Cual si lloviera sobre mojado, la insolvencia de las finanzas del gobierno del estado se volvió a presentar. Después de cuatro días de retraso, por fin se pagó a los más de 6 mil docentes y administrativos de los niveles de básica telesecundarias incluidas y media superior con plazas del estado.
Pero, cabría preguntarnos, ¿Por qué ocurre o porque se presenta este desfondamiento de los raquíticos tesoros zacatecanos? Dado que somos un estado pobre, también o por eso, nuestra recaudación es pobre. El pago de los maestros estatales tiene como fuente de financiamiento en su mayor parte en las aportaciones del Centro. Una vez que el Congreso aprueba el presupuesto anual este se distribuye en los diferentes ramos y programas institucionales. Después se reparte entre los estados y estos hacen su redistribución respectiva. Cuando los gobiernos locales contraen compromisos y firman acuerdos con los sindicatos de maestros y el presupuesto asignado resulta insuficiente para pagarlos, es cuando se presentan los problemas. No es cosa fácil y más para gobiernos pobres pagar 90 días de aguinaldo, una quincena extraordinaria por el día de maestros y varios bonos por año. Las coyunturas de insolvencia y crisis por falta de pago irremediablemente se hacen presentes. En Zacatecas esto viene siendo recurrente al llegar el mes de diciembre. A esas alturas del año ya se esfumó el presupuesto asignado para el ejercicio anual. Así ocurrió en diciembre pasado en que faltaban los recursos suficientes para el pago completo de las quincenas, aguinaldos y demás prestaciones de fin de año, la falta de monetario de nuestro gobierno pobre, volvió a presentarse. Estamos ante la presencia de una administración desfondada. Queremos pensar que en los días de pago en que no ocurrió la suspensión y retraso de los emolumentos de los trabajadores de la educación estatales se debió a que el gobierno federal acudió con oportunidad a completar los montos que se requerían. Poniendo lo que le faltaba al gobierno local para cumplir con su obligación.
En nuestros lares, los problemas de insolvencia se han agravado con el actual gobierno de la Cuarta transformación. Guiado por la divisa de la tabula rasa de medir, a veces sin conocimiento, todo con el mismo rasero. Está urgido de quitar recursos a aquellos ramos, programas y organismos que considera registran anomalías y casos de corrupción. Retiene recursos o de plano los suspende. Esto lo hace para completar la enorme bolsa presupuestal para poder cumplir con los diferentes programas sociales asistencialistas que de manera lenta, con retrasos y a cuenta gotas se aplican y que prometió desde la Campaña el actual gobierno y busca cumplir para no quedar mal a su electorado. Por eso es que en el estira y afloja de la negociación, antes de soltar los 120 millones que con urgencia requería el gobierno de Tello, salió a colación la revisión de la nómina de docentes, administrativo y personal de apoyo. Algo sospechan, saben o les contaron a la SEP y Hacienda. Esos recursos recién autorizados y ya liberados solo servirán para sacar la segunda quincena de mayo. Ayudaran para salir de un apuro momentáneo, salir por lo pronto del paso y harán las veces de paliativos como las aspirinas o mejorales que calman los dolores de cabeza, pero la insolvencia resultado de unas arcas exhaustas, desfondadas hasta en tanto la federación no acude en su auxilio, volverá manifestarse en los próximos días.
Como a otras entidades, caso Michoacán, a Zacatecas le urge que el gobierno federal tome por entero en sus manos los pagos del magisterio estatal. Clama con urgencia que cuanto más pronto se haga realidad la centralización de la nómina para desafanarse de la preocupación que quincena tras quincena debe provocarle fuertes jaquecas.
Tras esperar infructuosamente que les pagaran, después de cuatro días, el líder de la Sección 58 llamo a sus representados a parar labores a partir del lunes 3 de junio. Ya encarrerados, el martes dado que comenzaron a pagar hasta las 9 y media prosiguieron con el paro pues al inicio de la jornada desconocían cuando les liquidarían. En plena crisis y acompañado de su comitiva, desde la ciudad de México a donde acudió el gobernador para demandar el apoyo de las autoridades competentes, llego a externar que ante la falta de recursos de su administración, AMLO debería canalizar los recursos del Fondo Minero que le corresponden a Zacatecas, pues como están las cosas, casi la totalidad de las finanzas estatales se gastarían en la nómina educativa quedando en el abandono gastos en seguridad, salud y obra pública. Rápido reaccionó el menor de los Monreal en su calidad de munícipe del Real de Minas del Fresnillo, sintiéndose con derecho para que ese fondo se refleje en obra pública empezando por su jurisdicción. De llegar a concretarse la centralización de la nómina y que la federación acoja bajo su responsabilidad el pago de los trabajadores de la educación dependientes del estado, esto deberá hacerse mediante la firma de un convenio con reglas claras. Lo que actualmente gasta el gobierno del estado sería transferido a la federación y este pagaría completando el resto con de los dineros con lo que ha estado apoyándolo. Con esta medida terminaría la incertidumbre de no saber si dispone del monto que necesita al transcurrir cada quincena.
A la ampliación de la autopista, la construcción de la Presa Milpillas y la entrega del fondo minero, se agrega como una de las grandes preocupaciones del gobierno de Tello, la absorción o centralización del total de la nómina del magisterio por parte del gobierno central.
