Alumnas y docentes del área de Humanidades de la Máxima Casa de Estudios se reunieron este miércoles en el auditorio de la Unidad Académica de Antropología, para reflexionar sobre la sororidad en la organización feminista y las implicaciones de que las instituciones se apropien de la conmemoración del 8M.
Las conferencias Sororidad: conceptualización política, prácticas y fines para el feminismo y Anarquismo y feminismo, impartidas por Andrea Navarro y Marcela Gándara, respectivamente, dieron pie a un intercambio de inquietudes en un auditorio lleno, principalmente de mujeres jóvenes.
Andrea Navarro, egresada de Letras, destacó que la sororidad no debería definirse simplemente como una “amistad o afecto entre mujeres”, tal como lo hace la RAE, sino que es la unión de voluntades políticas entre mujeres que no comparten lazos de amistad o de familia, reconociendo las opresiones compartidas.
La ponente habló acerca de que la sororidad no implica idealizar las relaciones, negar las diferencias de raza, clase social u orientación sexual entre mujeres, o invisibilizar las agresiones cuando provienen de mujeres. Pero sí conlleva a hacer frente a los pactos patriarcales que perpetúan, por ejemplo, la impunidad en los abusos sexuales a infancias dentro del propio seno familiar.
Por su parte, la docente de Letras, Marcela Gándara, señaló que, frente a las instituciones que “se apropian del día, la parafernalia de la florecita, el color moradito”, el anarcofeminismo ofrece una alternativa para cuestionar las jerarquías y al Estado como una institución que no está orientada al bien común.
El empoderamiento de las mujeres entendido como el ocupar cargos públicos, o construir mujeres empresarias, directivas, soldadas o policías, termina por replicar las formas de violencia jerárquica, a las que se opone la organización horizontal que propone el anarcofeminismo, concluyó Gándara.
Tendederos, liderazgos y búsqueda de congruencia
En la sesión de preguntas, se expresó molestia con la institucionalización de la protesta ejemplificada en la prohibición de nombrar agresores en los tendederos en el Tec de Monterrey. “Una compañera psicóloga relata cómo un profesor de la FES Iztacala, después de estar en la funa cinco años consecutivos, asistió a su curso de nuevas masculinidades”, se compartió como muestra de que en otras universidades los tendederos ocurren cada año, si las estudiantes los ven necesarios.
“AHORA, LOS QUE ORGANIZAN LAS ACTIVIDADES
DEL 8M SON LAS PERSONAS OPRESORAS QUE SE
HAN APROPIADO DE UN DISCURSO”: ASISTENTES
“Ahora, los que organizan las actividades del 8M son las personas opresoras que se han apropiado de un discurso”, señalaron las asistentes, lo cual sería un reflejo de la politiquería interiorizada de actores que subestiman a las mujeres y ven en sus denuncias intenciones facciosas, respondió una de las expositoras.
Por otro lado, las asistentes expresaron la autocrítica de que hay organizaciones feministas en las que sí hay una cabeza o hay compañeras que toman el liderazgo, las cuales son funadas por querer tomar protagonismo, pero el día que no están se dificulta la toma de decisiones. El reto es asumir responsabilidades, concluyeron las ponentes.
La colectiva feminista Musas Violetas dio cierre a la sesión, invitando a las personas a seguir participando en los eventos programados en preparación a la marcha del 8M.