Una semana había transcurrido desde que el ministro Alberto Pérez Dayán, echara para abajo la reforma eléctrica que había impulsado el presidente López Obrador, y ayer el presidente presentó una serie de reformas constitucionales, que abarcan una variedad de temas, un nuevo intento por reformar el mercado eléctrico, una reforma al sistema de pensiones, al poder judicial, entre muchas otras, esto, a pocos meses de que se lleve a cabo la próxima elección federal.
Es evidente que el tiempo electoral en el que se lanzan las reformas, es para dictar la agenda de las próximas campañas, hay temas muy relevantes que afectan directamente al grueso de la sociedad económicamente (el sistema de pensiones, por ejemplo) por lo que los discursos irán encaminados a la defensa de las propuestas por parte de los candidatos oficialistas, como es de esperarse. Pero ¿Qué papel tomará la oposición?
Durante la hegemonía priísta, la existencia de una oposición cada vez más presente en la política mexicana, favoreció en enriquecimiento de los debates y paulatinamente la sociedad fue ganando derechos y posiciones; desde la inclusión de los partidos de izquierda en las elecciones, la creación del Instituto Federal Electoral (ya extinto), etc. Todo gracias a que había una clara oposición discursiva a los gobiernos en turno, tanto del PRI, como del PAN.
La oposición, ahora conformada por aquellos que han gobernado al país durante la mayor parte de la vida democrática, se encuentra estancada en un discurso que viene empleando desde hace más de 18 años, y que sinceramente, por el bien del país, espero no sigan empleando, porque ese discurso los tiene en mínimos de preferencia electoral y no contribuye en nada al fortalecimiento, ni de las instituciones, ni de los derechos de los mexicanos.
La agenda esta dictada, en mi opinión, si la oposición quiere quitarle algunos votos a la coalición oficialista, debe presentar propuestas para cada una de las iniciativas presentadas por el ejecutivo y no centrarse simplemente en la descalificación de estas. Se debe tratar de enriquecer la vida democrática y para eso, la ciudadanía debe tener elementos que analizar, para que pueda decidir, qué plataforma política es la que más le convence, porque regresar a la servilleta con numeritos, argumentando que no alcanza, ya hemos visto que no funciona.
La valoración de las propuestas legislativas del presidente, se irá haciendo conforme la información vaya fluyendo y las incógnitas se despejen, hay algunos analistas que han enfurecido por el tiempo en el cual se presentan las mismas, argumentando que el presidente debe dedicarse a cerrar su sexenio y ya, pero creo que es justo lo que debe se hacerse, presentar ante la opinión pública las plataformas políticas de los participantes en la contienda electoral, para que sea el ciudadano el que decida, si apoya lo presentado por el presidente ú opina igual que la oposición.
Se vienen tiempos interesantes estimado lector, por lo pronto, lo invito a informarse sin sesgo y considerar las opiniones de todas las interesadas, para formar su propio criterio.
