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lunes, 28 abril, 2025
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Instituto Literario del Departamento

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Por: Juan Manuel Rivera Juárez •

Después del incidente con el gobernador Fernando Franco y los apuros económicos y políticos en los que puso a la institución y a su personal, el Instituto Literario del Departamento (ILD) continuó con sus actividades en forma normal hasta la promulgación de la Constitución de 1845. El Instituto experimento dos interrupciones de actividades, la primera de 1853 a octubre de 1854 y la otra aunque breve, fue en agosto de 1855, con motivo de la incorporación de Zacatecas, bajo la dirección del Coronel Victoriano Zamora, al Plan de Ayutla. Con estas excepciones, el Instituto mantuvo su presencia en la vida cotidiana de Zacatecas a través de actos académicos, como la premiación de los alumnos más destacados o certámenes públicos sobre diversos temas. 

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En 1858, después de la ocupación de Guadalajara por los conservadores, le seguía Zacatecas, por lo que al tener noticias de la aproximación del enemigo, el gobernador Lic. José María Castro, dispuso que el Instituto fuera cerrado, lo cual fue acatado por el Lic. Mauricio Covarrubias, quien fungía como director interino. El 11 de abril del mismo año el Lic. Vicente Hoyos, designado por los conservadores como gobernador del Departamento, nombró a Antonio Romo como director. En junio hubo intentos por reanudar las clases, pero la inseguridad obligo a mantenerlo cerrado, a pesar de ello esporádicamente impartían algunas cátedras, como la de Dibujo por parte del maestro Francisco Sotomayor (1859).

Después del triunfo de J. Jesús González Ortega en Calpulalpan, el gobierno de Zacatecas dispuso la reapertura del ILD, nombrando como director al Lic. José María Castro, quien junto con el Lic. José María Echeverría, se encargaron de formular un nuevo programa de estudios tanto para el nivel preparatoria como para el profesional. En mayo de 1864 llegaron los franceses a Zacatecas, quienes de inmediato ocuparon el edificio para utilizarlo como hospital. Se llegó a considerar (a pesar de lo que ocurrió) una buena medida que evitó fuera cedido al Obispo Guerra, quien pretendía destinarlo a Seminario.

En 1866, el Prefecto Político, José María Saldierna, plantea la necesidad de que se prestara mayor atención a la educación profesional, ya que a Zacatecas se le privaba de un establecimiento digno para la sociedad, de donde egresaran los hombres que contribuirían en la dirección de los destinos del país, hizo notar que en varias ocasiones se había solicitado la reapertura del ILD, institución que contaba con lo necesario para la educación superior. En el mismo año las fuerzas republicanas recuperaron la ciudad de Zacatecas y el ILD se vio favorecido con el establecimiento de las autoridades legítimas, misma que, velarían por el Instituto. Así terminó esa etapa accidentada en la vida del Instituto.

A raíz de la salida de las tropas francesas de la ciudad de Zacatecas, bajo la dirección del Lic. y General Miguel Auza, inició un periodo de restablecimiento después de nombrar autoridades, centro su atención en la educación superior. El primero de enero de 1867 se dispuso la reapertura del ILD y designan como director al Lic. José María Echeverría. A pesar de las difíciles circunstancias en que encontró la Institución, el Lic. Echeverría, en poco tiempo organizó la parte académica con el establecimiento de las cátedras de: jurisprudencia, matemáticas, lógica, latín, francés, inglés y dibujo, así como la Escuela de música, bajo la dirección del maestro Juan Nepomucero Rosales.

Las condiciones físicas en que dejaron el edificio las tropas francesas era deplorable, el gobernador Miguel Auza en su informe del primero de diciembre de 1867, escribió lo siguiente: “…convertido en hospital militar por los franceses, por todo el tiempo que ocuparon esta capital, guardaba a su salida, como es de suponerse, el aspecto más repugnante, y este sólo rasgo del invasor lo caracteriza suficientemente, puesto que las mejores pinturas de Cabrera y Suárez fueron destruidas, reconociéndose apenas sus lienzos y bastidores destinados a viles usos.”

Al ser las únicas instalaciones con que contaba el Estado para la educación secundaria, el Gobierno no escatimo en gastos para su reparación… quedando el edificio con mayores comodidades y elegancia. El 16 de diciembre de 1867, renuncia a la dirección el Lic. Echeverría nombrándose en su lugar al Lic. Miguel G. Solana. A él le toco vivir una de las fases más importantes de la historia del Instituto: la propuesta de reforma del plan de estudios, que culminó con su inclusión en la Ley de Instrucción Pública de 1868, misma que contemplaba el establecimiento de la carrera de Medicina Humana y la promulgación de su Reglamento Interno. Además, se le daba el nombre de Instituto Literario de García (ILG).

El 19 de enero de 1868 inician los cursos, bajo la dirección del Lic. Agustín López Nava, sin dejar de participar en la vida cotidiana de la ciudad, el 16 de septiembre de 1869, se presentó un programa en el que destacó la intervención de la Orquesta de la Institución, mostrando a la sociedad la preparación proporcionaba a los alumnos. Los diferentes gobiernos del Estado y los directores del Instituto, siempre se preocuparon por la excelencia de su planta docente y cuando no se contaba en la ciudad con maestros capacitados en alguna de las cátedras, se solicitaba a las instituciones correspondientes.

Como muestra un botón, en el caso del maestro Fidencio Díaz de la Vega, quien llegó al Instituto recomendado por la Academia de San Carlos para impartir la cátedra de dibujo. El maestro se identificó de tal manera con la sociedad zacatecana, que llegó a ocupar la dirección del Instituto.  Después de su muerte el 3 de febrero de 1879, la antigua calle de la Compañía, recibiría su nombre como reconocimiento.

En esta etapa tuvo lugar la modernización de la educación superior en Zacatecas. Para el nuevo ambiente, en el que se pondría en práctica el concepto de nacionalismo, resultaba anacrónico el esquema de la educación superior en el estado. Fue necesaria una restructuración completa del sistema, desde los contenidos programáticos hasta su relación con el aparato productivo, atendiendo el aspecto metodológico y disciplinar, para hacer de la Institución un ejemplo de excelencia académica y de proyección social, lo que se hizo realidad gracias a dos factores:

Por un lado, el arribo de numerosos profesionistas (nacionales y extranjeros) a quienes, además de su excelente capacidad profesional, había que agregar una vocación natural como educadores. Entre ellos: Francisco J. Lavista, Joaquín M. Ramos, Ignacio Hierro, Pascual Arenas, Lorenzo T. Villaseñor, entre los nacionales, con el papel destacado Hierro y Villaseñor. En el grupo de extranjeros: Gabriel Stradere, Adolfo Cartersen Ulrick, Isidoro Epstein, con el papel destacado de Epstein, quien, junto con Hierro, fueron los que más influyeron en la política académica del ILG.

Por el otro la vocación cultural de los gobernadores J. Trinidad García de la Cadena y Jesús Aréchiga, que les hizo concebir la importancia de la educación como sustento del progreso y bienestar de la sociedad. Promoviéndola por todos los medios, en todos los niveles, desde el básico hasta el profesional. Los programas de estudio se enriquecieron con nuevas ofertas educativas: Medicina Humana, Farmacia, Ensayo de Metales, Ingeniería, en sus distintas ramas, así como otras materias que lograron establecer relaciones entre la Institución y los centros de producción y los prestadores de servicios, relación que desde hace 131 años ya se daba en Zacatecas de forma natural, puesto que los maestros eran a la vez empresarios, altos empleados de las empresas o propietarios de los negocios.

En el aspecto metodológico se abandonó el verbalismo en el proceso enseñanza – aprendizaje sustituyéndolo con la observación y experimentación. Se utilizaron materiales didácticos, se establecieron los museos de historia natural y de mineralogía, así como los gabinetes de física y química. Se trataba de modernizar la enseñanza superior con hechos y no con simples declaraciones.

¡Cuánto falta conocer sobre nuestra Máxima Casa de Estudios! 

Esta ignorancia es la que ha permitido que se le menosprecie o que se tergiverse su historia.

Se parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes:

http://lumat.uaz.edu.mx/; https://www.facebook.com/LUMAT.UAZ; https://twitter.com/LumatUaz

1Docente Investigador de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT.

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