Ese insulto es de Jorge Miranda, así le contestó a un pobre reportero que –seguramente- fue instruido por sus jefes para sacar de sus casillas al secretario de Finanzas. Francamente me sorprende que Miranda pierda la cabeza, es un funcionario que tiene un buen manejo de prensa, incluso la semana pasada se dio el lujo de cobrarle algunas facturas a su Jefe, como ustedes recuerdan, Miranda fue Secretario de Finanzas con Amalia García, pero cuando Tello se convirtió en el Secretario de Finanzas de Miguel Alonso, se dedicó a destruir el trabajo de Miranda –de irresponsable no lo bajaba- y la semana pasada Miranda le cobró los insultos a su nuevo jefe, le dijo a la prensa que sentía “escalofríos” por el pésimo manejo de las finanzas de Miguel Alonso y que la enorme deuda contratada por el gobierno anterior nos tenía en crisis, por supuesto la mayor parte de esa deuda la contrató Alejandro Tello, es decir, muy disimuladamente le cargó parte del desastre al nuevo gobernador, pero regresemos al tema ¿Por qué un funcionario que tiene la paciencia para esperar 6 años y cobrar sus facturas políticas, termina desesperado por las preguntas repetitivas de un reportero? ¿Cómo es posible que un hombre tan inteligente como para darle una cachetada a su propio jefe, sin ser despedido, sea incapaz de sacudirse a un reportero insistente? Algo no cuadra.
Es evidente que Miranda no se molestó por unas preguntas, estaba enfadado desde antes y creo saber las razones: El Gobierno de Tello es un desastre, 50 días de Gobierno y no hemos visto una sola acción de gobierno, no hemos visto una sola negociación exitosa, no hemos visto una sola gestión eficiente, no hemos visto una sola iniciativa interesante, no hemos visto nada, carajo nada, ni siquiera un programa de bacheo, mucho menos un programa de 100 días. Nada, absolutamente nada ¡Caray!
¿Les parece poco para salirse de sus casillas?
Pues a 50 días de Gobierno las áreas estratégicas están colapsadas, las finanzas, la operación política y la seguridad pública están en crisis, todas al mismo tiempo.
Financieramente, Tello necesita 2 mil millones de pesos para que su gobierno no se vaya a la bancarrota, pero también necesita recursos frescos para la UAZ, para los municipios y además le urge un programa de rehabilitación de carreteras, pero Tello anda muy feliz de la vida, los funcionarios federales le dijeron: “lo vemos”, pero no le dijeron cuándo.
Políticamente, Tello necesita un político que gestione los intereses del gobernador, fue patético cuando los ejecutivos de Peñasquito tuvieron que ir a la Ciudad de México para resolver la toma de la minera, mientras que los funcionarios Zacatecanos se veían los unos a los otros sin saber que hacer, pero más triste aún, cuando el gobernador salió a respaldar una planilla única que resolviera la elección de la capital y a los pocos días, las negociaciones fracasaron estrepitosamente, dejando en ridículo al gobernador y a su equipo político.
Y en materia de seguridad pública, Tello necesita un milagro, los ejecutados siguen apareciendo a todas horas, las balaceras se multiplican, el vocero de seguridad ya no sabe que decir para que la gente se moleste por sus declaraciones y no por la violencia y la policía estatal se colapsa por el hartazgo de los elementos con los militares déspotas que los dirigen.
Pero ahí no termina la cosa, esta semana Tello le puso un freno a las acusaciones, investigaciones y denuncias públicas contra los malos manejos que encontraron en la administración de Miguel Alonso, parece que Tello decidió cargar con todos los pecados de Miguel y cubrirle la espalda a su amigo del alma.
Miranda le dijo: “¿Estas tonto o que te pasa?” al pobre reportero que lo fastidiaba con preguntas insistentes, pero en realidad se lo quería gritar a su jefe, porque parece que Tello no entiende que su gobierno está a punto de la quiebra, la gobernabilidad se puede perder por la ineptitud de sus operadores y la violencia está ahuyentando a los inversionistas y a pesar de todo, Tello decide cargar con los pecados del pasado, proteger a su amigo Miguel Alonso y cargar con el estigma de tapadera de corruptos, por eso Miranda grita con rabia “¿Estas tonto o qué te pasa?”.
