“Navegando en el autismo” es el nombre de la exposición que fue inaugurada este viernes en el café Acrópolis de la avenida Pedro Coronel. La asociación Trabajando la Esperanza por el Autismo en Zacatecas organiza esta muestra artística con el objetivo de becar a treinta niños en clases de pintura, material y transporte, con la venta de obras de arte.
Las piezas son autoría de
los artistas José Carlos
Lozano, Fernando Salcedo
Suárez del Real, Luis Yerenas,
Abraham Orozco, Rafael Esquivel,
Marco A. Samán, Julio Román
y Omar Dassaev.
La obra a la venta estará exhibida hasta el 4 de noviembre y es autoría de los artistas: José Carlos Lozano, Fernando Salcedo Suárez del Real, Luis Yerenas, Abraham Orozco, Rafael Esquivel, Marco A. Samán, Julio Román y Omar Dassaev, y de los niños que asisten al taller de pintura y dibujo, el cual lleva ya un año de actividades.
El taller de pintura no tiene límite de edad y se ha convertido en un espacio seguro para personas en el espectro autista, así como para sus familiares.
Trabajando la Esperanza por el Autismo en Zacatecas (TEAZ) inició con 33 familias y actualmente está compuesta por cerca de 280, refiere Ana Lilia Sosa, directora de la asociación.
Explica que las personas con el espectro autista en el estado aún enfrentan barreras significativas para su inclusión social y la mejora de su calidad de vida, principalmente debido a la falta de diagnósticos tempranos y adecuado.
Asimismo, indica que muchas instituciones educativas carecen de las herramientas y conocimientos necesarios para hacer adecuaciones curriculares y atender exitosamente a los niños con esta condición.
Sin embargo, celebra que, a lo largo de los casi siete años de existencia de la asociación, se ha evidenciado un creciente interés por aprender sobre el espectro autista y facilitar la inclusión de las personas con autismo. Esto se refleja en la demanda de talleres y capacitaciones que las instituciones solicitan a TEAZ, un servicio que la asociación ofrece de manera gratuita.
Comentó que los diagnósticos de autismo en la adultez son cada vez más comunes, y facilitan la comprensión de aspectos del desarrollo y de la trayectoria de vida que anteriormente no se explicaban.
El diagnóstico ideal del autismo debería realizarse alrededor de los dos años, ya que esto permite que los niños y niñas reciban atención temprana y accedan a terapias que les ayuden a avanzar en su desarrollo.
La asociación busca evitar que las familias enfrenten dificultades debido a diagnósticos erróneos o tardíos, impidiendo un tratamiento adecuado y afectando significativamente la socialización y la independencia de las personas con autismo.
Sosa subraya la importancia de que las instituciones de salud y educativas continúen capacitándose y actualizándose en temas de autismo, destacando que una intervención oportuna puede mejorar considerablemente la calidad de vida de las personas en el espectro autista.