La afirmación de la derecha recalcitrante y corrupta de que en México ha llegado el virus del comunismo es risible como preocupante. ¿Quién se atreve a sostener dicho disparate? ¿Qué objetivos persigue? ¿Qué proponen como alternativa? El señor Marko Cortés, dirigente nacional del partido más conservador de México, de ideología empresarial, pareciera haber respondido parte de estas preguntas, al convocar a destruir los nuevos libros de texto gratuitos.
Cuando niño, leí que a Don Quijote le quemaron sus libros de aventuras de los caballeros de la época medieval. Como alumno de sexto grado participé en el concurso de aprovechamiento general, cuyas dos únicas preguntas que no supe responder se referían a la Teoría de la Evolución de Charles Darwin y al conocimiento del cuerpo humano porque, en la escuela donde cursaba la primaria, los maestros optaron por no distribuir el libro de Ciencias Naturales que había sido publicitariamente impugnado por el Episcopado Mexicano pues contradecía fundamentos religiosos claves.
Toda reforma educativa progresista siempre encuentra oposición, resistencia y falacias desprestigiadoras, sobre todo si se es incapaz de hacer una propuesta fundada sobre las bases del desarrollo nacional. Por tradicional y costumbre, la derecha recalcitrante adopta pasiva e irreflexivamente planes y programas extranjerizantes que responden a las necesidades externas y no a las propias. En parte, son motivos de la dependencia que embarga a las naciones subdesarrolladas.
En el caso actual de México podemos observar problemas de interés lucrativo de algunos monopolios de la comunicación y de los intelectuales alineados al régimen político que ha sido desplazado, pues eran ellos los que “ideaban” planes y programas de estudio, diseñaban los materiales didácticos, entre ellos los libros de texto gratuitos que regularmente los imprimía el diario “El País” de España.
El México actual, y sus problemas, existe como resultado de su pasado reciente y de toda su historia Está claro que nuestro presente podría ser muy distinto. Pero lo que hoy somos, y cada una de las etapas, se explica a través de nuestra propia historia. Es evidente que los conservadores pretenden que se mantengan ocultas las decisiones políticas que produjeron el crecimiento de las desigualdades en un país rico en recursos, pero donde la riqueza se concentró en una pequeña oligarquía que no se interesó por el desarrollo general y el bienestar de toda la sociedad y que, paradójicamente, prefirieron el subdesarrollo nacional como tierra de oportunidades personales y egoístas de capitalistas y políticos corruptos. Eso sólo podía fructificar con la aplicación de medidas autoritarias, el encubrimiento de la antidemocracia que, en voz del derechista Vargas Llosa fue una “dictadura perfecta”, la limitación y condicionamiento de libertades, como las de manifestación, organización y expresión.
Los conservadores (políticamente representados en el PRIANRD y Movimiento Ciudadano) pretenden la amnesia histórica porque son responsables de muchos de nuestros males, como el de haber permitido y luego formar parte del crimen organizado que es motivo de inseguridad, desaparecidos y miles de muertos; pero también porque quien desconoce la historia puede permitir que esta se repita. La derecha corrupta quiere regresar al poder y “gobernar”, porque desde ahí podrían continuar con el desmantelamiento de las riquezas nacionales y la apropiación privada de lo que todavía es social., amén de los grandes beneficios que les han dado diversas actividades ilícitas y la corrupción.
A reserva de que en el futuro pueda abundar sobre el tema educativo, el cual desde mi época estudiantil me ha despertado un gran interés, debo adelantar que en la actual lucha de clases en México cobra relevancia porque se trata de un escenario central en el que se arrebata a los conservadores uno de los aparatos ideológico-políticos. Vale la pena recordar que en el sexenio de Enrique Peña Nieto el grupo empresarial-político que lidera Claudio X. González no sólo abogó por una reforma educativa reaccionaria y contraria a las necesidades de un desarrollo independiente y de bienestar nacional, sino que alentó y presionó por la represión del magisterio mexicano.
Hoy la derecha reacciona con enorme virulencia porque pierde terreno. Y su mayor problema reside en la ausencia de un proyecto alternativo, carecen de él y sólo abogan por retener lo que ya no es compatible con el México que se encamina por una profunda transformación en el que la democracia debe ser forma de vida y no sólo un precepto electoral que, además, tampoco se cumplía. Los nuevos libros de texto gratuitos son modernos por su diseño, pero esencialmente por el contenido que, entre otras cosas, incluye el civismo que permite comprendernos y darnos solidaridad humana; recobra una visión más clara y transparente de nuestro devenir, de manera que las nuevas generaciones sepan dónde estamos parados y hacia dónde podemos ir. En hora buena.