Betiana Vargas, doctoranda en la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), advirtió en el foro «Medios Comunitarios y la Inteligencia Artificial» que la inteligencia artificial ya es utilizada para decidir qué verdades se imponen y quiénes viven o mueren en los conflictos. Además, en países como Argentina y México, la guerra cognitiva y la segmentación algorítmica influyen en los procesos electorales, la percepción de las crisis económicas y la amplificación de la polarización.
La comunicadora argentina citó la caída del 17 por ciento en las acciones de NVIDIA, tras el avance tecnológico de China en el desarrollo de chips, como un giro en la carrera por la IA con repercusiones en los mercados y la hegemonía digital global. Explicó que la competencia entre Estados Unidos y China ha convertido a la IA en un campo de batalla estratégico donde el dominio de chips, servidores y sistemas de inteligencia artificial determina el liderazgo económico y militar.
Destacó que la administración de Donald Trump ya había impulsado la inversión en centros de datos para garantizar la supremacía estadounidense en la IA, estrategia que sigue vigente y refuerza el control de la tecnología como una nueva forma de poder geopolítico.
Al definir la guerra cognitiva como la instrumentalización de algoritmos para manipular la percepción de la realidad mediante redes sociales y medios digitales, Vargas explicó que este fenómeno es evidente en países como Argentina y México, donde la desinformación y las fake news han influido en elecciones y en la percepción social de las crisis económicas y políticas.
Advirtió que la IA además de predecir preferencias, moldea creencias, refuerza ideologías y profundiza la polarización, debilitando el diálogo y priorizando las emociones sobre la información objetiva.
También alertó sobre la segmentación algorítmica, que crea burbujas de información y limita la capacidad crítica de las personas al exponerlas solo a contenidos que refuercen sus creencias preconcebidas. Esta manipulación ha sido clave en las campañas políticas y la desestabilización de gobiernos en América Latina, señaló.
Denunció el uso de inteligencia artificial en conflictos armados, exponiendo el caso de Israel, donde se han implementado algoritmos para seleccionar objetivos de bombardeo en la Franja de Gaza, aumentando la letalidad de los ataques aéreos. Según la investigadora, esto demuestra cómo la IA ya es utilizada como un arma de guerra, capaz de decidir quién vive y quién muere con base en patrones de datos y criterios programados.
No podemos seguir viendo la IA como una simple innovación tecnológica, cuando ya está siendo utilizada para decidir qué verdades se imponen y quiénes viven o mueren en los conflictos, sentenció. Señaló que el uso de estos sistemas en la guerra plantea un dilema ético y que es urgente una regulación internacional para evitar que la automatización de la violencia se normalice.
Para concluir, Betiana Vargas hizo un llamado a que América Latina construya su propia agenda tecnológica, para evitar la dependencia tecnológica y el papel de simples consumidores de información diseñada por otros. Insistió en la necesidad de desarrollar políticas públicas que fomenten la soberanía digital y que protejan la información estratégica de los países de la región.