Estar a tiempo sugiere observar puntualidad, ser puntual y ser a tiempo implica ser preciso. Precisión y exactitud, conllevan ser metódico. Al estar o ser presente, espacial y temporalmente, se será sujeto de la relación de estado y por estar, el sujeto se transforma en actor localizable.
De ahí la pregunta: ¿respecto a qué objeto o respecto a quiénes, se es sujeto con presencia y asistencia? La falta de ausencia expone al sujeto a coincidencia o no y aparte de otras posibles a la espacial o temporal con otros, quienes al ser concomitantes, abren la posibilidad de la temporalización, si más allá del encuentro, van al acompañamiento, aunque todos sean una presencia evenencial disuelta en un actuar colectivo de mutuo acompañamiento para tratar entre todos, ya no de detener el hecho neoliberal constitucional de la apertura a la privatización de la renta generada por la riqueza energética.
Por ello, ahora posible de ser arrancada al Estado por una decisión de sí mismo, al partir de un elemento político, como el presidencial, que de por sí, con esa investidura debería evitarlo, en lugar de propiciarlo y perpetrarlo como lo hizo Peña Nieto con el petróleo.
Acompañado ¿y presionado? por una fracción en exceso mínima de mexicanos, sin otro argumento que sus grandes riquezas, a las que de esa forma quieren agrandar más, si las invierten en la industria energética, las suyas o las de extranjeros.
Un mitin está convocado para realizarse mañana, como recurso para decir a la Nación, a los riquillos, a Peña Nieto y a sus secuaces, que no se sientan acompañados por el pueblo, pues al perpetrar actos lesivos a la Patria, quedan marcados por la indignidad cívica, impedimento moral para que los priístas sean acompañados de nuevo en las urnas, por los mexicanos. Una voz debe correr y llamar a reflexión: No más votos a los traidores por malbaratar la riqueza energética de todos, hasta de los que no han nacido.
Ser y estar, unidos y opuestos a malbaratar el patrimonio nacional, no es una oposición cómoda, sino exigente, dispuesta y concomitante a impulsar el crecimiento alternativo de mediante un uso más social y racional de la riqueza nacional y el hacer una mejor distribución de la misma, para iniciar a invertir la pirámide de injusticia económica hoy existente y lograr aun de grado en grado que las decenas de millones de los mexicanos de abajo, inicien a recibir cada vez más recursos públicos que los poquísimos de mero arriba, cuya gran concentración de riqueza, ni siquiera arriesgan parcialmente para convertirla en empleos. Veces ni la invierten en México, porque ganan más con fomentar la especulación y la ganancia fácil, que con el trabajo.
La ganancia especulativa es el mecanismo privilegiado por ellos, los más ricos, para invertir y no arriesgar sus capitales en producir bienes o servicios de distinto tipo. Antes que derramar bienes para obtener más, se dedican a incrementar la especulación con el mismo fin: ganar, sin invertir.
Sí, hay casos aislados concomitantes con las exigencias de las mayorías, de señeros generadores de puestos de trabajo, bienes, servicios, etc. Son los menos, a riesgo de ser mal vistos por los jerarcas del Pacto por México, partidarios de las horcas caudinas para someter a todos. Ni en esos niveles hay libertad para plantarse, decidir y actuar, ¡Por México! En los hechos, no en el diluvio de spots, reiterados, por oficio y beneficio. Oleada de bombas de significado, lanzadas para desestructurar las posibilidades simbólicas de comprensión de los mexicanos para concurrir, acompañarse y decir, como se estila en lo más hondo de las crisis: ¡YA BASTA!
Voz de la civilidad, a la vez convocatoria y denuncia, para sumar todas las voces posibles y generar un grito nacional que detenga o ponga a pensar a Peña Nieto y a sus poderosos apoyadores en que no se les va a permitir más manipular al país sin escuchar ni obedecer a la ciudadanía, ni atender exigencias elementales como la falta de alimento o de salud. Debe ser un crimen punible no atenderlas en una justa proporción, determinada según criterios institucionales – internacionales, cuyo incumplimiento se castigue con la pérdida o revocación del mandato en el respectivo nivel.
Civilidad sujeta, como se dijo en la UAM-UI, a formar “ciudadanos integrales”, personas con competencias necesarias para realizar una actividad laboral de manera digna y decorosa, incluidas las sociales, políticas y culturales, con capacidad de confrontar al neoliberalismo como amenaza de la humanidad, por su capacidad probada para destruirla. Al respecto, don Pablo González Casanova, sugirió la semana anterior en la UACM-Del Valle, confrontar los límites ecológicos de su reproducción; la actual magnitud de los medios de violencia y de control social y la concentración de éstos en manos de muy pocos. Y algo clave: idear opciones nuevas de expansión social, alternativas a los límites neoliberales al desarrollo. Vaya tarea. ■
