A manera de preámbulo:
Nuestro sistema educativo ha enfrentado a lo largo de muchos años, problemáticas de diferente índole y naturaleza, esto se ha vinculado muy estrechamente con la deficiencia en los aprendizajes de los alumnos, el desempeño de los docentes y la mala estructuración del mismo sistema educativo; recayendo en ineficiencia, ineficacia, irrelevancia e inequidad. Ante este estado de cosas, tal vez se haga necesario dejar de concebir a las escuelas como espacios físicos donde se imparte enseñanza o se instruye, para convertirlos en centros educativos promotores de procesos formativos y de interacción social.
Diferentes sectores de la sociedad se encuentran preocupados por lo que ocurre en el ámbito educativo, en su discurso exponen el problema de forma tal que hacen sentir que el sector educativo es el responsable de todos los males que la sociedad padece; ello obedece precisamente a concepciones y conceptualizaciones de sociedad y de sistema educativo mismo, son discursos divergentes, en consecuencia, las propuestas y acciones que se emprenden son cuestionadas por un gran sector de la sociedad; particularmente por el magisterio. Las decisiones institucionales se ven reflejadas en reformas educativas, mismas que son consecuencia solamente de los resultados que cuantitativamente reflejan los indicadores básicos –reprobación, deserción y eficiencia terminal-, pero no de un diálogo con los directamente involucrados en el proceso educativo. Los foros que se promueven antes de implementar una reforma curricular o educativa no son consideraros espacios de diálogo, más bien en ellos predomina la verborrea y la pose.
Práctica docente reflexiva
Reflexionar es pensar, fijar la mirada en una cosa con detenimiento y cuidado, es un proceso que permite cuestionar algo que por lo general es problemático. En el ámbito educativo, el docente debe analizar permanentemente su práctica, el análisis debe ser reflexivo, crítico y propositivo; para ello deben crearse condiciones de forma tal que los escenarios educativos sean perfectamente estudiados, condiciones como la implementación de una normatividad que dé garantías tanto a los educandos como a los educadores, que la proyección sea la de mejorar los aprendizajes y el desarrollo de competencias en los educandos con la intención de combatir la reprobación, deserción y eficiencia terminal y, la de promover al interior de los centros educativos una convivencia sana, que garantice la formación integral de quienes se encuentren inmersos en la dinámica educativa.
Una condición que considero debe ser fundamental tanto para ejercer una práctica docente reflexiva como para la construcción e implementación de planes de mejora, es la de promover una dinámica de “abajo hacia arriba” en donde sean consideradas las propuestas de quienes directamente tienen relación con la dinámica educativa, esto convertirá a los centros educativos en lugares privilegiados de donde deben surgir las reformas e innovaciones a que haya lugar.
Elaborar planes de mejora no significa ser ordenados, más bien sistemáticos, el sentir, pensar, actuar y reflexionar en y sobre la práctica sería el común denominador, favorece a que el docente analice e investigue su propia práctica, que vea a la investigación educativa como una herramienta metodológica para que le ayude a ejercer su práctica desde una perspectiva epistemológica. Se pretende pues que con los planes de mejora el docente construya conocimiento profesional a partir de una práctica pensada, que el conocimiento que construya sea consecuencia del pensamiento y la acción. Todas las acciones que sean consecuencia de ejercer una práctica reflexiva deben colectivizarse para que, resultado de ello, se construya conocimiento socialmente útil.
La práctica docente reflexiva debe ser vista como constructo, considerarla de esta manera conduciría hacia una construcción teórica que resolvería problemas específicos. Los docentes se convierten en profesionales analíticos y críticos que desarrollan el hábito y las destrezas necesarias para que les permita reflexionar sobre su práctica pedagógica.
Los planes de mejora
Un plan de mejora de centro educativo debe ser consecuencia de reflexionar las experiencias profesionales del docente en lo individual y la manera de cómo en colectivo se reflexiona sobre las mismas, deriva en un proyecto institucional bien planeado, organizado y sistematizado; dicho proyecto necesariamente debe construirse de manera colectiva con todos los integrantes del centro educativo. No es propiamente un proyecto académico sino más bien de fortalecimiento co-curricular o transversal, en él se reflejan actividades de orden académico, cultural, deportivo, artístico, cívico, entre otras; considerado de esta manera, sin lugar a dudas favorecería a la formación integral de los educandos.
Este plan que deriva en proyecto debe tener un alto conocimiento de causa, en ello habrá que considerar los siguientes aspectos:
- Las necesidades educativas de los educandos; toda vez no es sólo la formación académica la que requiere éste, se hace necesario fortalecer en ellos la dimensión afectiva, cognitiva y psicosocial.
- Generación de ambientes de aprendizaje propicios de forma tal que el educador no actúe solamente desde una perspectiva instruccional sino que también educativa.
- Que el educador crezca junto con los educandos, que sienta que al coadyuvar en el proceso formativo de ellos, también él se forma. ■
