La Gualdra 611 / Día Internacional de la Mujer / #8M
Mi nombre es Adriana Guadalupe Rivero Garza, soy docente del Doctorado en Estudios Contemporáneos de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Soy Doctora en Historia y tengo una maestría en Estudios de la Mujer y en Derecho Constitucional y Amparo. Me he especializado en Estudios Feministas y de Género en la Universidad del País Vasco. Del 2012 al 2016 fui Consejera Consultiva del INMUJERES, por lo que realicé distintas acciones para la implementación de la Política Nacional de Igualdad; en 2015 fui integrante de la Delegación Oficial Mexicana ante la ONU, en el 59 periodo de sesiones de la Comisión del Estatus Jurídico y Social de la Mujer, donde pude conocer las discusiones en torno a la integración e implementación de agendas internacionales en materia de adelanto de las mujeres.
En 2016 me desempeñé como Secretaria de las Mujeres del Estado de Zacatecas, lo que me permitió implementar políticas públicas, acciones afirmativas y programas específicos para acortar brechas de género y atención de la violencia contra de las mujeres. He colaborado en la realización de Clínicas Jurídicas Especializadas en Derechos Humanos de las Mujeres, para el acompañamiento a víctimas de violencia. Actualmente me dedico a la docencia y a la investigación, formando estudiantes que trabajen con enfoque feminista, de género y análisis interseccional que permita conocer la experiencia de las mujeres desde sus distintas convergencias con otras condiciones como la etnia, la nacionalidad, discapacidad, edad o enfermedad.
Durante el acompañamiento a mujeres víctimas de violencia he podido aprender de los distintos mecanismos que ellas utilizan para sobrevivir a experiencias que pudieron destrozar sus vidas; la gran mayoría logra potenciar su capacidad de resiliencia, resistencia y agencia. Ello es digno de admirarse.
Quien alguna vez marcó mi vida fue una mujer privada de su libertad que, aun en condiciones en las cuales intentaron despojarla hasta de su propia dignidad, ella se enfocó en reconstruirse y salir adelante, para sí y para sus hijos. Aún conservo la nota que nos escribió al recuperar su libertad: “Perdí las alas y entendí que soy más que raíces, resulta que no es más libre el que vuela sino el que sigue de pie. Gracias por todo lo que hacen por mí”.
Por ello, creo firmemente en las mujeres que hacen equipo, que proponen y avanzan en lo individual y en lo colectivo; de las que diariamente hacen ejercicios de solidaridad, pero, sobre todo, de affidamento, hermandad y reconocimiento. Soy una convencida de que en la actualidad hay avances importantes en materia igualdad; por ello, en este 8 de marzo se ha hecho la invitación a invertir en las mujeres, misma que debe extenderse al próximo proceso político-electoral y, del cual, seguramente veremos llegar a una mujer a la Presidencia de la República.
Una mujer dirigiendo a nuestro país tendrá que ser un llamado a reconocernos a todas en cada uno de nuestros saberes y experiencias; a respetar lo que cada una tiene que decir y aportar, sin violencias, discriminaciones o menosprecio; y, contrario a ello, apostar a construir redes de reconocimiento femenino.
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