Hace unas semanas se publicó un documental que da cuenta de cómo la organización integrista mexicana ‘El Yunque’ había decrecido en México, pero aumentado su nómina en España. Y ahora viene a México el partido de aquel grupo que se desmembró del Partido Popular y se extremó a la ultra-derecha: Vox. Grupos de ideología que renacen el nacionalismo de los años 30’s que dieron origen a los movimientos fascistas europeos, violentos contra la emigración del sur, conservadores de inquisición que se oponen a los derechos civiles de minorías y de los grupos de la diversidad sexual, que argumentan sobre la base de ‘conspiraciones secretas’ de judíos, masones o comunistas. Antivacunas y renegados de la ciencia: hay grupos que a la fecha niegan la teoría de la evolución darwiniana (en serio). Las células organizadas de los seguidores se reúnen a comprar armas y planear agresiones a los ‘enemigos’ de la religión, la moral o la propiedad privada. Un ejemplo plástico de estos grupos: fue televisada la agresión que sufrió en su casa el líder del partido de izquierda Pablo Iglesias por parte de células violentas armadas. Este es el perfil de dichas organizaciones.
Los votantes de Vox son grupos neonazis que hacen apología de un catolicismo medieval que quisiera regresar a las misas en latín, la resurrección del santo oficio y el cardenal Cisneros. En ese contexto son rabiosos monárquicos y herederos de las falanges y carlistas que lograron la dictadura de Francisco Franco en España. El grupo de Santiago Abascal era uno de tantos minúsculos grupos que predicaban el odio a los migrantes sin éxito. Pero en las últimas elecciones alcanzaron escaños en el parlamento y arrebataron votantes al Partido Popular y al partido ‘Ciudadanos’. En suma, han avanzado en poder político. Es el mismo perfil del votante de Trump, Bolsonaro y los golpistas bolivianos. Esto es, estamos ante un fenómeno creciente en el mundo de derechas no-liberales y cavernarias.
En México, el PAN tiene de origen una contradicción interna en su planteamiento doctrinal: entre un catolicismo integrista y un liberalismo clásico. Las fracciones al interior del blanquiazul se diferenciaban entre estos dos polos: los más integristas y los más liberales. Así, los que recibieron a Vox deben ser de los grupos de ‘El Yunque’ que fueron a España a ampliar sus redes. Así como el Partido Popular español se dividió y terminó dando origen a Vox, es probable que eso le pase a Acción Nacional en México. Hay liberales de convicción en este partido que repulsan de la doctrina cavernaria de Vox y Yunque. Doctrinas que inician llamando a la hilaridad por lo absurdo y demencial de las mismas, pero luego vemos a votantes sumarse ‘contra las conspiraciones de masones y comunistas’ y se nos borra la sonrisa del rostro. Y eso ocurre porque sabemos del peligro que representan. La memoria histórica nos avisa la presencia de la barbarie.