Si como dicen es cierto que toda publicidad es buena resulta Zacatecas una entidad sumamente afortunada, ya que gracias una misión cumplida por efectivos de la secretaría de la defensa en los municipios de Calera y Jerez, y la reconversión de una manifestación de júbilo en otra de duelo en Mazapil ha visto, por primera vez acaso desde el siglo dieciocho, dar su nombre literalmente la vuelta al mundo, y aun cuando en el primer caso concluyeron nuestros gobernantes que en boca cerrada no entran moscas han podido en el segundo, cargando a las finanzas públicas los gastos médicos y funerarios, desplegar su generosidad y solidaridad proverbiales; y orar fervorosamente en ambos, según reza el corrido, “… por el alma de los que murieron, hombres, niños y mujeres”.
Habrá que admitir hubiera sido mejor dejaran los soldados en paz a unos modestos jornaleros sin más culpa que despertar en un jefe militar la sospecha de operar para un cártel distinto del servido por el jefe mismo, según publica algún semanario, o quienes debieran procurar seguridad en carreteras y calles hubiesen impedido operar un camión construido cuatro décadas atrás; mas para que algo así suceda se requiere un Estado, por lo que será mejor veamos positivamente las cosas: Es cuestión de días y acaso algunas horas el brazo largo de la ley alcance al conductor del malhadado camión y lo ponga a disposición de la ciega (y sorda) justicia, y según anuncia la procuradora una compañía de seguros manifiesta ya su disposición de pagar los daños correspondientes; la cobertura de la póliza de un camión modelo 77 no resulta de lo más prometedora, pero pues peor es nada; y en lo tocante a los deudos de las víctimas del ejército se les dijo ya que algo se les dará… a condición de que no hagan ruido.
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Podemos augurar en la reunión que habrá hoy del gobernador y el comisionado nacional de áreas naturales protegidas, Alejandro del Mazo Maza, se acordará no sólo hectárea alguna del semidesierto zacatecano resultará por decreto alguno protegida, y de resultarlo será tal decreto resguardado por menos candados que llaves haya para abrirlo. Y es que la patria… perdón, el “desarrollo” es primero. ■