■ La obra se inspira en el movimiento cósmico, sus velocidades, colores, entre otros aspectos
■ Invita artista a que las muestras pictóricas se realicen en espacios distintos a museos
El pasado 27 de junio fue inaugurada la exposición Planetas, en la que intervienen dos integrantes del Grupo Negro: Tarsicio Pereyra y Javier Cortez. En esta ocasión Cortez expresa una invitación para que otros espacios como el 9 Vidas, Coffee Art se abran para albergar la obra de los creadores en artes visuales.
En comparación con los museos, comenta, este tipo de lugares: restaurantes, bares, cantinas, cafeterías y, arriesga, podrían serlo hasta los bancos, permiten al público observar las piezas sin prejuicios y sin el “respeto” que se les tiene a los artistas de famosas rúbricas, sin solemnidad, con mayor comodidad y cercanía, para incluso, opinar sobre la misma con entera libertad. Se convierten en lugares accesibles no sólo a las élites.
Javier Cortez agrega, desde a su llegada a la ciudad de Zacatecas a principios de los años 90, tuvo como medios para proponer su obra este tipo de espacios. De entonces a la fecha también ha logrado exponer ya en todos los museos locales, al igual que Tarsicio Pereyra. Ya sea en muestras individuales o colectivas.
Los museos, precisa, son útiles para la construcción de un currículum, pero quizás no tanto para que los artistas sean vistos por la gente, e incluso observa, en este momento se da este fenómeno, escasez de gente en los museos, que atribuye en parte a la falta de criterio con que actualmente las direcciones de algunos de ellos eligen la obra a exponer.
“Lo único que quiere uno es comunicar su trabajo y llegarle a más gente a final de cuentas. No queremos que sólo una élite lo vea”. A los cafés, bares, cantinas, etc., agrega, “también puede llegar una persona, un director de un museo de otro lugar y decir: quiero este trabajo…ya nos ha pasado y eso es muy bonito”.
También lo es, dice, cuando son los directores de estos espacios los que invitan al artista a exhibir su obra en ellos, sin que intervengan los amiguismos, el tráfico de influencias o aun regalos, hechos que señala con molestia.
En este momento Javier Cortez exhibe obra a la par en el café 9 Vidas, Coffe Art y el restaurante Mýkonos. “Queremos exponernos, ya después de ahí pueden darse muchísimas cosas, que te inviten o te puedan llegar a comprar una pieza, pero es un trabajo de años. Y no hacemos a un lado los espacios pequeños o aparentemente chafas, como por ejemplo podría serlo una cantina, para mí en particular son todos iguales y me representan el mismo respeto”.
Allí en la cantina, en el bar, al calor de unos alcoholes o en la intimidad que ofrece compartir un café y conversar, “estamos dispuestos a que nos diga la gente lo que quiera. De pronto hay ciertos momentos en que los artistas defienden su trabajo a capa y espada, otros escuchan o platican”.
Sobre Planetas, plantea, es sólo un pretexto para el encuentro de su obra y la de Pereyra. Una inspiración en el movimiento cósmico, sus velocidades, colores, la energía y sus frecuencias.
“No sabíamos que íbamos a traer, pero a partir de un título que nos parece que es muy universal, es muy hermoso…estamos dentro de un planeta que estamos girando y que creo que nos motiva a estar como en movimiento, no en movimiento como Gobierno del Estado…en otro tipo de movimiento…claro, la palabra movimiento es muy hermosa: la energía, dirección, pero no hay que abusar a veces de ciertos términos”.
En Planetas se exhiben 10 piezas, que sin haberse comunicado los autores para ello, concilian y dialogan el mismo idioma con estilos diferentes. En el caso de Javier Cortez “por primera vez agarro el tubo del óleo y sobre el lienzo con la presión y con el trabajo estuve trabajo, y a lo mejor alguien piensa: ¡ah!, eso es bastante fácil, sí a lo mejor, cuando se tiene cierta experiencia pero también tiene su complejidad, el abstracto tiene dibujo y están fácil o tan complicado como en el figurativo”.