Acostumbrados a la adversidad, y andar contra corriente, los campesinos de esta tierra saben que su actividad es de todo, menos próspera.
«Nuestro Estado nunca va a tener bonanza ni la ha tenido, estamos lejos de eso», admite con resignación Luis Germán Pérez, a quien, desde niño, su padre le enseñó la vida entre los surcos, la yunta, el maíz, el frijol y la chinga de todos los días en largas jornadas de sol a sol.
Luis Germán es uno de los más de 400 campesinos de Guadalupe, reunidos en el Multiforo, para recibir los apoyos del programa Producción para el Bienestar, antes Procampo, mediante el cual, el Gobierno del Estado estima beneficiar a 54 mil campesinos y campesinas con una inversión de, al menos, 550 millones de pesos.
Este año, a través de apoyos a la producción, entregas de Diesel, fertilizantes y semilla, el gobierno estatal entregará más de mil 800 millones de pesos, sin contar los recursos de las expos ganaderas realizadas en los municipios.
«Uno de los ejes rectores de mi gobierno es apoyar al campo para demostrar que este sector, eje de nuestra economía estatal y nacional, es solución y no problema; es tiempo de la justicia social para nuestros agricultores que, por décadas, tuvieron gobiernos que desmantelaron la producción y la dejaron en el abandono», les reiteró el gobernador David Monreal.
Sin embargo, el nivel de abandono al campo, que se agudizó con el modelo neoliberal que inició en México con el priísta Miguel de Lamadrid, hizo que el campo se cayera a pedazos, los campesinos se quedaran en la orfandad, y el país perdió, poco a poco, su soberanía alimentaria, desmantelando las redes de producción que mantenían al sector.
«Para poder trabajar nuestras tierras batallamos mucho en los años pasados y más si eres mujer ejidataria, no hay lluvias, sobrevivimos de milagro», asegura Diamantina Nava, quien, desde hace 18 años como campesina, logró sacar adelante a su familia, luego de que su esposo muriera.
A base de yunta, y con la solidaridad de la comunidad, ella pudo trabajar la tierra a pesar de que a los hombres del campo «no les gusta que la mujer ande en esto, pero olvidan que fuimos nosotras las que descubrimos la agricultura para la humanidad», afirma orgullosa.
El gobernador David Monreal informa, a la mayoría de adultas y adultos mayores reunidos con él, que tan sólo en fertilizante se entregarán 40 mil toneladas en especie a 60 mil productores, lo que equivale a una inversión de 600 millones de pesos. Y en estímulos para la producción se entregarán otros 650 millones de pesos.
Pero la tarea gubernamental se tratar de sacar al campo de terapia intensiva, es tan alta que parece que los esfuerzos, tanto de campesinos, como de las autoridades, no alcanzan. Aunque el compromiso y el trabajo por sacar adelante este sector estratégico está ahí, firme.
Patrocinio Castorena tiene 6 décadas trabajando en el campo, en unas tierras que le han dado para el auto consumo y poco más, (como ocurre con el 80 por ciento de las tierras en Zacatecas).
«Estos apoyos que nos dan, (de fertilizante y recursos en efectivo, mil pesos por hectárea aproximadamente), son buenos, muy buenos, pero insuficientes, no ajustamos, son muchos los gastos y la cosecha no recibe un pago justo, muchos tenemos que acudir a los agiotistas y vamos pagando poco a poco, no tenemos acceso a créditos de la banca, ha sido siempre muy complicado ser campesino, pero cuando es lo único que sabes hacer, tienes que hacerlo», señala.
El poeta Ramón López Velarde bien miró su realidad, describiendo a Zacatecas como su tierra colorada bajo un cielo cruel.
Así los campesinos y las campesinas trabajan la tierra y nosotros debemos saber que, sin ellas y sin ellos, no habría alimento en casa, que, simplemente, nuestro país no estaría de pie, luchando más allá de la sobrevivencia.
– ¿Qué le hace seguirse levantando con esperanza en medio de la adversidad?
– Cuando no sabes hacer otra cosa, te tienes que dedicar a esto definitivamente-, dice don Luis Germán, agradecido por el apoyo que le entregó el gobierno estatal a través de David Monreal.
