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lunes, 12 mayo, 2025
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Construyendo mejores ciudades para vivir

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Por: MARCOS IBARRA INFANTE • admin-zenda • Admin •

¿Qué hace que una ciudad se convierta en un mejor lugar para vivir?, desde luego disponibilidad de recursos naturales y fuentes de empleo son dos elementos fundamentales, pero recientemente se han incorporado otras variables a la ecuación que tienen que ver más con la forma en que nos relacionamos y vivimos las ciudades.  Por ejemplo, la OCDE presentó un estudio sobre la calidad de vida en México donde evalúa 12 dimensiones: Vivienda, ingreso, empleo, comunidad, accesibilidad de servicios, educación, medio ambiente, compromiso cívico, salud, satisfacción con la vida, seguridad, balance vida-trabajo, y con base en ellas hace un comparativo entre las entidades del país.

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En esta participación me concentraré en tres de estas variables por considerar que son las más o menos afectadas por las políticas sobre desarrollo territorial y urbano: la vivienda, la accesibilidad de servicios y la comunidad.

La vivienda es un determinante fundamental para la calidad de vida, sin embargo, no es suficiente como tradicionalmente se dice con “tener un techo”, se requiere que ese techo, el piso y las paredes sean adecuadas, y sobre todo que los habitantes no tengan hacinamiento, es decir, que en un mismo espacio no deben habitar y dormir más de tres personas. Vivir en hacinamiento no solo genera problemas de salud, por las dificultades de dormir en esas condiciones, sino también sociales por el efecto en la convivencia diaria de la familia y la falta de un espacio mínimo, pero más grave aún es que también puede generar violencia, particularmente cuando están involucradas mujeres o menores de edad que deben compartir espacios muy cercanos para dormir con adultos.

Por ello, una política pública prioritaria para promover un adecuado desarrollo territorial y urbano es apoyar a las familias de escasos recursos para evitar que vivan en hacinamiento y que las condiciones de su vivienda sean dignas y seguras, porque de nada servirá que el entorno público urbano sea funcional y accesible, si su propio hogar no puede ser habitado.

Pero además de la vivienda, se debe trabajar en otros aspectos igual de importantes para conseguir la calidad de vida, como el acceso a servicios y la vida en comunidad. El acceso a los servicios públicos básicos como agua, luz y drenaje en las áreas urbanas se ha convertido en un tema que se da por hecho, aunque debemos reconocer que existen muchos rezagos aún en colonias periféricas y semi urbanas, sin embargo, actualmente más que enfrentarnos al reto de la cobertura de los servicios debemos concentrarnos en la calidad y la sustentabilidad de los mismos. No es suficiente tener la tubería si no hay agua o los tandeos sólo permiten tener acceso una vez a la semana al vital liquido, y aquí es donde entra en juego el cuidado del ambiente y la responsabilidad no sólo de las autoridades, sino también de los ciudadanos que deben ser corresponsables.

Por ello, debe obligarse por ley que todos los desarrollos nuevos y los terrenos que serán utilizados como reserva urbana consideren estudios de factibilidad y acceso a los servicios no solamente en el corto plazo, como se hace actualmente, si no también una proyección al menos para los próximos 20 años y los planes municipales deberán integrar también opciones alternativas ante el agotamiento de los recursos, en pocas palabras, debemos profesionalizar la elaboración y aplicación de los planes de desarrollo urbano en los municipios y en los Estados.

Por último, es también fundamental para la calidad de vida que nuestra vivienda se encuentre en un entorno comunitario funcional, es decir, donde exista un respeto mínimo entre vecinos y por los espacios públicos comunes, y que se tenga la capacidad de organización para la gestión, pero sobre todo, para el cuidado del entorno. Nada que haga un gobierno servirá o permanecerá si los vecinos o las comunidades no se apropian y se hacen corresponsables de su cuidado. No es un tema de cultura ni de ingreso, ya que su servidor ha tenido la fortuna de conocer colonias y comunidades de personas de escasos recursos que de verdad me sorprendieron por el cariño y orgullo por su entorno.

La modificación de la Ley de Asentamientos Humanos y Ordenamiento Territorial que está trabajando la Sedatu en coordinación con todos los grupos parlamentarios es un tema fundamental para avanzar en todos estos aspectos, pero también lo será trabajar en una cultura de organización comunitaria y vecinal que además en Zacatecas es una asignatura pendiente.

 

P.D. El próximo domingo los zacatecanos tendremos la responsabilidad cívica de acudir a votar, ya que nos estaremos jugando el futuro de nuestra tierra. Los invito a que razonen su voto y que no solamente piensen en el candidato, si no en el equipo que le rodea. ■

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