Autor: José de Jesús Cervantes Hernández
Residencia: Calera de Víctor Rosales, Zacatecas, México
Así, tal cual…
llegó para quedarse;
sin vergüenza y descarada
a cualquier hora y en cualquier parte.
Sea de noche, de mañana,
tarde o madrugada
La Catrina, sin más, empina.
Empezó con Calderón,
el comandante Borolas,
aquel que en diciembre de 2006
declaró la guerra
a los que sí están organizados.
Su ira no paró,
continuó con El Copetes,
Enrique Peña Nieto.
Su matrimonio nos vendió;
apenas dejó Los Pinos,
su Gaviota voló.
Nos dejaron su novela
y el país hecho mie…
La Huesuda ya los trae;
van primero en su lista;
a él por inepto;
a ella por oportunista.
Total, la Muerte ya es nuestra;
creímos que con AMLO al frente,
la canija vería su suerte,
pero no, nuestro país le gustó
tanto que de la 4T también se enamoró.
Se ha disfrazado de todo;
nomás no pueden dar con ella.
Ya la Guardia Nacional
también le tiene respeto,
tanto así que hasta sus trocas
de blanco las revistieron.
Pobrecitos soldaditos;
cualquiera les pone sus cocos,
cualquiera les hace despojos.
“Muchachos maleducados”
En casa no aprendieron respeto;
sus madres y sus abuelas
seguro siguen con rezos
para que sus pobres angelitos
con la Muerte no caigan presos.
¡Mexicanos al grito de guerra!
Que la Huesuda se asuste.
Que la condenada se largue.
Que en ésta nuestra noble tierra
no sigan cayendo los nuestros.
Que la cuarta transformación
se ponga al tiro en sus puestos
y le dé una buena madrina
a la condenada Catrina.
Que se vaya de Michoacán.
Que no vuelva a Guerrero.
Que se olvide de Guanajuato.
Que a Culiacán lo deje un momento.
Catrina querida,
Huesuda de mi corazón,
ya no hay en nuestro país
un lugar en el panteón.
Márchate de Zacatecas,
que nuestro gober no duerme,
pobre, ya no encuentra la salida,
mas renunciar no pretende.
Se olvidó de aquel pacto
que hizo cuando en campaña
”¡Si no cumplo me voy!”,
y todavía lo tenemos.
¡Dale, Catrina!
una buena asustada;
nomás no te pases,
espera que la funeraria
tenga su caja acabada
para que lleve consigo
a toda su perrada,
a los pobres fracasados
que en las urnas no fueron agraciados.
Nos volvió a mentir Tello;
su gobierno sí fue
“agencia de colocaciones”.
Por ésta y otras cuantas cuentas
de tu lista no lo borres,
a menos que en lo que le resta
cumpla al cien sus propuestas.
«-Como Francisca, Catrina,
así te quiero traer,
de arriba para abajo
sin que me puedas tú ver.
Siempre me verás ocupada”,
Gema le dijo a la Parca.
Por eso los diputados
la plantaron en el Congreso.
“Esos qué saben de chamba”,
nomás se van a aplastar;
sirven para servirse,
Son re buenos pa’ cobrar.
Catrina, Catrinita,
Huesuda de mis amores
ya con ésta me despido;
por mí no te preocupes
que aquí yo sigo contento
a pesar de los pesares
y los muchos malestares,
dos sexenios han pasado,
ya nos han acostumbrado
a tenerte entre nosotros
y a sentirnos desgraciados.
Sólo un favor te pido,
en caso de ser requerido,
que sea como es debido,
como reza Octavio Paz.
Que la muerte ilumine mi vida,
y como ésta tuvo sentido
que también lo tenga la muerte.
Morir dignamente eso te pido,
sin traición alguna, ni de mala manera.
para evitar lamentos y estar todos contentos.
Permíteme, querida Huesuda,
¡morir como he sobrevivido a esto!
