A la Ciudad Luz
llegó la calaca flaca.
“Vine de vacaciones”, decía…
y los franceses se la creían.
Los mexicanos, más aguzados,
de inmediato sospecharon
que algo entre manos traía,
aunque ella nada decía.
Pero sólo los Ex-A-Tec
a abordarla se atrevieron,
y a una amena reunión
convidarla decidieron.
La parca aceptó gustosa
la cordial invitación,
y a un numeroso grupo
de Ex-A-Tec ahí conoció.
Pasadas algunas copas
de buen vino de Bordeaux,
la muerte más relajada
sus planes les compartió:
“Los panteones en México
ya muy llenos están…
No vine de vacaciones,
sino buscando exportar”.
“Con el Tec tengo convenio
de buenos profesionistas enviar,
para que vengan a Francia
los panteones a llenar”.