Para Carlos Peña Badillo, presidente del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), después de cinco años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no se termina por lograr la satisfacción de muchos sectores de la sociedad, sino que, por el contrario, la decepción crece, aunque destacó que no todo está mal como es el caso de la consolidación de programas sociales que el PRI diseñó, aunque la gran preocupación, dijo, es el clima de inseguridad que se respira en el país y en el estado.
De acuerdo con el político zacatecano, la inflación que se vive tiene a la población con una preocupación permanente debido a la falta de recurso para resolver su día a día, puesto que muchos productos se han vuelto inalcanzables.
Asimismo, afirmó que hay crisis en el campo, en la salud, con el desabasto de medicamentos, la falta de atención y la falta de cuidado hacia quienes desarrollan y llevan a cabo una importante labor. Por otra parte, subrayó que los municipios hoy, más que nunca, viven una adversidad financiera por la falta de apoyo de la Federación y porque han afectado el presupuesto destinado a programas que permitían tener desarrollo y obra pública.
El líder tricolor en el estado señaló igualmente los proyectos de obra pública que no terminan por consolidarse, como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) que sigue siendo “una laguna” en el tema del desarrollo turístico-económico del país; un Tren Maya que no termina de realizarse y para el que además se ha multiplicado el gasto programado y se está cometiendo al mismo tiempo “el peor ecocidio” de la historia reciente del país.
En cuanto a la pobreza, el priísta zacatecano dijo que el presidente siempre tiene otros datos y, a pesar de lo comunicado por el Coneval hace semanas, Peña Badillo aseguró que la realidad es que en el país no solamente la pobreza no ha disminuido, sino que ha crecido y cada vez hay más mexicanos con menos acceso a los servicios y eso es de preocuparse, así como ha sido también la invasión a los poderes y las instituciones por parte del presidente López Obrador, como es el caso de INAI y el INE.
Finalmente, el político reconoció que para el último año no se le puede apostar a que “le vaya mal al presidente”, sino que, por el contrario, se pueda cambiar el rumbo y la realidad del país, pues a todos afecta si las cosas no marchan bien. “Ojalá podamos hablar de un México distinto en el último año de gobierno que le resta al presidente López Obrador y que con esto podamos estar pensando en que la realidad del país podría ser distinta”.
