El 1 de marzo de cada año se celebra el Día Mundial de la Conciencia sobre la Autolesión, una jornada destinada a sensibilizar a la población acerca de la autolesión, un comportamiento que afecta a muchas personas, especialmente a adolescentes.
Este día tiene como objetivo aumentar la comprensión sobre este fenómeno, que no solo implica daño físico autoinfligido, sino que también está vinculado a procesos emocionales y psicológicos profundos.
En este contexto, el maestro Carlos Alberto García Chávez, jefe del Departamento de Salud Mental y Adicciones de la Secretaría de Salud de Zacatecas, destacó la importancia de visibilizar el fenómeno de la autolesión y ofrecer herramientas para comprenderlo mejor.
Según García Chávez, la autolesión o autoagresión es un acto donde una persona se inflige daño físico de manera intencional. Este comportamiento es frecuente entre los adolescentes, pero también puede presentarse en niños y adultos.
“El mayor miedo que surge cuando los padres o tutores descubren que su hijo o hija se está autolesionando es que esta conducta pudiera escalar hacia algo más grave, como el suicidio”, explicó el especialista. Sin embargo, destacó que es esencial comprender que la autolesión no siempre es un preludio de suicidio.
Aunque en ocasiones se asocia con la depresión o la ansiedad, muchas veces las personas que se autolesionan buscan una forma de enfrentar el dolor emocional intenso, encontrando, de manera paradójica, un cierto alivio momentáneo.
Una de las características más preocupantes de la autolesión según explico, es el estigma y la incomodidad que genera en el entorno cercano. La falta de comprensión sobre el origen de este comportamiento genera reacciones de preocupación, culpa e incluso miedo.
Además, existe el mito de que las personas que se autolesiona lo hacen simplemente para llamar la atención, lo cual es completamente erróneo.
“Este tipo de comportamientos no son una simple manera de llamar la atención, sino que reflejan una necesidad emocional profunda de manejar el sufrimiento interno”, subrayó García Chávez.
En cuanto a los signos visibles de la autolesión, las formas más comunes, mencionó incluyen cortaduras y quemaduras en la piel, especialmente en áreas que pueden ser cubiertas con ropa, como los brazos, el abdomen o los muslos. Sin embargo, no todas las autolesiones son visibles de manera inmediata. Algunos jóvenes recurren a golpearse contra objetos o a arrancarse el cabello.
“Las personas que se autolesionan utilizan cualquier objeto, para causar lesiones. Lo importante es reconocer que esto es un comportamiento de autoagresión que puede manifestarse de diversas formas”, explicó.
Pero, ¿qué motiva a una persona a autolesionarse? Según García Chávez, detrás de este comportamiento existen diversas causas, muchas de las cuales están vinculadas a trastornos emocionales como la depresión, la ansiedad o el trastorno de estrés postraumático.
En algunos casos, la autolesión también está relacionada con la presencia de trastornos de conducta o de personalidad.
En este sentido, el profesional de la salud mental enfatizó que la autolesión no debía ser vista como una simple fase de la adolescencia, sino como una señal de un problema subyacente que requería atención profesional.
El panorama en Zacatecas, al igual que en muchas otras regiones, refleja esta creciente preocupación. García Chávez mencionó que, si bien ha aumentado la sensibilización sobre los trastornos de salud mental, aún persiste un fuerte estigma social.
“Aunque se ha logrado una apertura, muchas veces no se habla de estos temas en casa ni en las escuelas. Es como tener un elefante en la sala: está ahí, pero nadie lo menciona”.
Además, las redes sociales y los desafíos virales han agravado la situación. El experto señaló que algunos jóvenes, especialmente en la adolescencia, pueden verse influenciados por contenidos en internet que promueven la autolesión o incluso la presentan como una forma de pertenecer a ciertos grupos.
“El uso excesivo de las redes sociales, en algunos casos, sirve como un detonante para el desarrollo de trastornos emocionales. Los adolescentes están expuestos a contenido dañino que los incita a realizar este tipo de conductas”, aseguró.
Ante este panorama, la recomendación más importante que hizo García Chávez fue que los padres y tutores mantuvieran una comunicación abierta y sin miedo con los jóvenes.
“A veces, como padres, tenemos miedo de preguntar, pero es crucial hablar de estos temas de manera abierta y empática. Es fundamental que los jóvenes sepan que estamos ahí para apoyarlos”, concluyó.
Además, en casos de sospecha de autolesión, el especialista sugirió buscar ayuda profesional, ya sea a través de centros de salud, líneas de atención como el 01 800 911 2000 o consultando con profesionales en salud mental. La prevención fue clave, y actuar a tiempo podía hacer una diferencia significativa en la vida de un joven.